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Estoy de vuelta.

Está todo oscuro, no veo nada, no hay nadie. Voy de un lado a otro y nada. ¿Dónde estoy? Veo una luz al fondo, voy corriendo, es una sala, pero está vacía. Solo las paredes, pero que está pasando.

No entiendo nada, o me estoy volviendo loca o estoy soñando. Pero parece tan real. Ya estoy empezando a casarme. Cuando estoy a punto de empezar a desesperarme empiezo a escuchar ruidos, voy hacia allí, y veo una puerta cerrada, un momento. Esto me suena. Ya he vivido antes esta situación. Pero no recuerdo donde ni que pasó. Debería abrir la puerta, o me voy, que hago.

Pero se supone que si estoy aquí será por algo, creo que lo mejor que debo hacer es abrirla y que sea lo que tenga que ser. Si mis sueños me han llevado hasta aquí, será a lo mejor porque es la forma que tengo para poder recordar.

Me acerco a la puerta, pongo la mano en el manillar, cierro los ojos, mi respiración está muy acelerada, el pulso también. Los ruidos son cada vez más fuertes, abro la puerta, no soy capaz de abrir los ojos, doy unos pasos hacia dentro, noto como la puerta se cierra detrás de mí.

De repente los ruidos cesan, se hace el silencio, empiezo a abrir los ojos despacio, quiero saber por qué no se escucha nada. La habitación está iluminada, en el centro hay una mesa, con una silla. Y una carpeta, me acerco y me siento. Cojo la carpeta, y en la portada veo mi nombre. La abro y empiezo a leer. Sujeto de investigación Lena, primera semana ningún cambio, segunda semana empieza a tener pesadillas, duerme menos... Otra vez esa sensación de que esto ya lo he vivido.

Por favor, vuelve de una vez memoria. ¿Qué significa todo esto, qué es eso de que soy objeto de investigación? Y por qué tengo está sensación de que todo esto me suena, de que ya lo he vivido todo, qué es lo que intentas decirme. Fue decir esto, y de golpe empecé a escuchar una voz en el interior de mi cabeza, al principio no podía entenderla, luego ya se fue haciendo cada vez más clara. Hasta que por fin la escuché claramente.

(-Lena, escúchame, soy tú yo interior, abre tu mente, intenta recordar todo. Te estoy mandando señales, si es verdad que todo esto lo has vivido ya. Piensa un poco, yo te iré ayudando, pero también tienes que poner de tu parte, e ir atando cabos para que la memoria venga).

Vale, lo haré, porque yo quiero volver a ser la persona que era antes. Aunque creo que hay algo de lo que me arrepentiré, por las cosas que pensó Albert. Pero también sé que cuando estoy con él, lo que mi cuerpo siente, y lo que él también siente, eso quiero volver a tenerlo. Está bien, cerebro, vamos a hacerlo, quiero volver a recordarlo todo y volver a ser la Lena de antes de los disparos.

Ya pase el resto de la noche tranquila, dormí profundamente, sin soñar nada. A la mañana siguiente me desperté, después de desayunar y hacer las cosas de casa e ir a comprar lo que me hacía falta, me senté en la mesa del comedor con un boli y un cuaderno. Antes de hacerlo llamé a Albert, y le pregunté que si podía venir, si no estaba muy ocupado. Me dijo que sí que en media hora estaba aquí, me preguntó que sí estaba todo bien, le contesté que si que no se preocupara, pero que necesitaba su ayuda para una cosa.

Estaba en el salón esperando, me fui a preparar un café, cuando sonó la puerta, era él. Cuando entro, me volvió a preguntar si estaba bien, y al ver la sonrisa que le puse se quedó más tranquilo.

-Me estoy preparando un café, ¿Quieres uno? Va a ser una mañana un poco larga -le dije.

-Vale gracias, aunque ya llevo unos cuantos, creo que lo voy a necesitar. Aunque me dices que está todo bien te conozco Lena, y sé que si me has llamado, y más ahora, es porque te preocupa algo o vamos a tener que hacer algo para lo que vamos a tener que estar bastante despejados.- Me dijo devolviéndome la sonrisa y mirándome a los ojos, tan fijamente que parecía que estaba intentando leerme la mente, igual que yo hago. ¿Será que él también puede?.

Cogimos los cafés y nos fuimos al salón, le hice señas para que se sentara en la mesa, y vio el cuaderno que tenía, me miró y le dije:

-Para esto es para lo que te necesito Albert. Te explico. Anoche tuve un sueño un poco extraño.

Le conté todo el sueño, y lo que iba a hacer a partir de ahora, iba a apuntar cada vez haya tenido algún déjà vu o todo lo que me vaya pasando a partir de ahora.

-Me parece una gran idea Lena, y ¿en qué quieres que te ayude yo?

La verdad, yo voy a ir apuntando todo, pero me gustaría que también tú me ayudases, que me contases todo.- Según se lo dije vi su expresión, su cara le iba cambiando por momentos, antes de que me contestaste ya sabía su respuesta.

-Me encantaría poder hacer eso, y sería un honor para mí, pero creo que no sería ético, y no es algo que me corresponda a mí. Yo estaré aquí contigo. Y te puedo ir ayudando dándote pistas si quieres, pero lo siento mucho, y oído que me perdones, me entiendas y no te enfades conmigo, pero eso es algo que tienes que hacerlo por ti misma.

-La verdad Albert, es que esta es la respuesta que me esperaba, no sé porque, pero la verdad que es esa, y cada vez estoy más convencida de que entre tú y yo hay una conexión especial- vi que asintió, y eso me hizo feliz. Porque por fin iba por el bien camino.

-Bien, voy a empezar, apuntaré primero lo que ya he recibido, te parece bien- volvió a asentir- en el hospital el pasillo largo, luego cuando te leí el pensamiento, está noche en la sala lo del informe del expediente de que soy un experimento.

-Bien, yo te puedo decir que sí que has vivido las tres cosas, son reales. Vas bien, te puedo decir Lena, que conociendo como te conozco, que le hagas caso a los déjà vu que estás teniendo, tu cuerpo te está mandando señales y son las correctas para hacerte recordar la memoria.

Sé que tiene toda la razón, yo también me estoy dando cuenta de eso, y es lo que voy a hacer. Dejarme llevar y que salga todo por si solo, no hacer que sea forzado, porque creo que por eso me está costando tanto.

-De acuerdo Albert, voy a hacerte caso y voy a dejar que las cosas pasen cuando tengan que pasar, no voy a forzarlo, que ve venga la memoria cuando tenga que venir, solo espero que no te vayas y que esperes a que este de vuelta. No me dejes sola.

-En la vida Lena. Cómo tú has dicho, sí que hay un vínculo entre nosotros, te quiero muchísimo, y te protegeré toda la vida, para mí eres como mi hija, eso no lo olvides en la vida. Daría la vida por ti, ahora y siempre. ¿Me oyes?

-Gracias Albert sé que puedo contar contigo para todo, eso lo tengo bastante claro.

Me sonrió a la vez que le sonríe yo, nuestras miradas se cruzaron, y en ese momento pasó algo, de repente, empezaron a venir todos los recuerdos a mi mente, todo. Desde que le conocí el primer día de universidad, luego cuando empecé a trabajar con él, cuando conocí a Perla, lo que pasó en su laboratorio, cuando me dispararon ...

-Buena Lena, cuando necesites algo me llamas, tengo que irme, que entró a trabajar en un rato. Llama para lo que sea.- Dijo Albert.

Le acompañé hasta la puerta, y antes de que se fuera, le miré y le dije con una sonrisa en la cara de oreja a oreja:

-Ya mañana te llamo Albert, y tomamos café, llama también a Zac, y celebramos mu salida del hospital, y ya me contarás lo de la carta que le dejaste diciendo que me cuidase, y lo de que te dejase allí y me fuese. Eso nunca te lo voy a perdonar que lo sepas.

-Lenaaaa has recuperado la memoriaaaa- Me dijo cogiéndome por la cintura y dándome unas vueltas en el aire.

-Siiii-Le dije riéndome a carcajadas.

Ya me bajo al suelo, nos dimos un gran abrazo, me dijo que le daba cosa tener que irse en ese momento, le dije que se fuera que nos se preocupara, que ya mañana hablaríamos tranquilamente de todo. Según se fue, cerré la puerta, fui al salón, me senté en el sillón, y suspiré aliviada. Ya por fin sabía quién era.