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Capítulo 65 - La Mano se reúne

Ophelia iba a decirle al resto que ya se estaban marchando, pero cambió de idea cuando vio las miradas que estaba recibiendo así que pensó en algo. "Yo ya terminé, si quieren pueden tenerlo ahora." La manera en la que hablaba sonaba como si estuviera dándoles sus sobras.

A Styx no le importó las palabras de su líder. "Entonces tomaré la generosidad de la líder." La mujer se acercó a Aegon y tomó su mano. "¿Por qué no entramos a la habitación del fondo tú y yo también?" Le dijo tratando de ser lo más seductora posible. Aegon le dio una mirada a Ophelia y le pregunto. "¿Estaré a salvo?" Ophelia solo se encogió de hombros y se marchó de la habitación un poco sorprendida de que Sinthea no la siguiera.

Davida y Sinthea observaron a Styx y Aegon dirigiéndose hacia la habitación del fondo y se miraron entre ellas. Ambas mujeres estaban confundidas por lo que estaba ocurriendo. No era ese chico el jefe y amante de su líder. ¿Por qué lo dejaría en manos de alguien como Styx que de seguro terminaría matándolo?

Davida fue la primera en actuar. "Al diablo con todo esto, hace meses que no recibo algo de cariño y el chico es muy apuesto, después de oír como manejó a Viper no quiero dejar pasar la oportunidad." Diciendo esto se marchó a la habitación para tener su diversión antes de que Styx lo arruinara todo.

Sinthea lo pensó un poco y siguió a Davida, no es que ella necesitara de un hombre, pero podía aprovechar la oportunidad para extraerle algo de información.

Unas horas después Aegon se marchó de la habitación dejando a 3 mujeres agotadas y sin fuerzas. Las 3 estarían por un buen rato descansando hasta que pudieran irse. Davida estaba completamente dormida sobre un sillón con una botella de agua fría entre las piernas para aliviar un poco la irritación.

Styx había quedado sorprendida, sus poderes le permitían absorber la fuerza vital hasta el punto de matar a su víctima, pero ahora se sentía repleta y nada le había ocurrido al chico. Ella era la más afectada de todas. En su interior sabía que ahora se había convertido en su esclava.

Una mujer en particular no estaba nada contenta en cómo habían resultado las cosas y esa no era otra más que Sinthea. La mujer estaba con la parte superior de su cuerpo sobre la mesa que se encontraba en el centro de la habitación, apenas podía mover sus piernas, pero sentía el líquido que corría por ellas y se sentía humillada.

Como era que una mujer como ella había terminado de esta forma, como una vulgar ramera. Ese chico había hecho de ella todo lo que se le había antojado, estaba segura de que no podría retornar a la base en su motocicleta. Lo peor de todo era como no había hecho nada por detenerlo. Cada vez que pensaba como ella misma le insistía que fuera más violento quería estallar de furia y vergüenza.

Aegon estaba dirigiéndose a casa cuando sintió como estaba siego seguido por un grupo de ninjas. Solo se le ocurría que estos ninjas eran parte de La Mano y de alguna manera lo habían vinculado con Roma y Matt.

Estas personas no eran ninguna amenaza para él, pero podían convertirse en un problema para las chicas que no tenían la experiencia suficiente para lidiar con tal molestia sin salir lastimadas. No queriendo conducirlos a casa aunque probablemente ya tenían su dirección, decidió deshacerse de todos. Esto no le tomó casi nada de tiempo y eso que no se lo estaba tomando en serio.

[TERCERA PERSONA POV]

En un salón están reunidos 5 personas, 4 de estos son los principales líderes de La Mano, la organización criminal detrás de todos los problemas de Daredevil. Hoy el último de ellos llegó a New York donde esperan llevar a cabo el ritual para despertar a la Bestia, un antiguo ser que les concederá poder y vida eterna con la que dominaran el mundo.

En otras palabras, un grupo de ilusos que cree en las promesas de una criatura a la que llaman la Bestia.

La última persona es una poderosa hechicera que estará ayudándolos con el ritual. Los líderes de La Mano no confían en ella, pero admiten para sí mismos que jamás hubieran llegado tan lejos sin la ayuda de la hechicera.

Los actuales líderes de La Mano son Makoto, maestro de la rama euroasiática, Yutaka, maestro de la rama africana, Matsu'o Tsurayaba, maestro de la rama japonesa y finalmente la única mujer entre los líderes que además no es de origen japonés, Ángela Del Toro la maestra de la rama norteamericana, más conocida como White Tiger. De los 4 líderes actuales Matsu'o es quien posee mayor poder sobre la organización.

La hechicera no es otra más que Morgan Le Fay, quien un día se acercó a Matsu'o con el propósito de brindarle su asistencia a la organización en la meta de liberar a la Bestia. Morgan no solo prometía su ayuda en tal cometido, también había prometido al líder más poderoso de La Mano que ayudaría a su amada a recuperar la memoria después de un intento fallido que casi les cuesta la vida a ambos.

Matsu'o había logrado descubrir cual eran los motivos detrás de la buena voluntad de la hechicera. Ella planeaba tomar control sobre la Bestia, pero eso no era algo que le preocupara. Para Matsu'o la Bestia era un ser de inimaginable poder, si una hechicera, no importa cual, lograra tomar control sobre la Bestia, eso solo significaría que la existencia de La Mano no había sido más que una broma todo este tiempo.

Ángela que no era muy devota de las creencias de la organización en el aspecto sobrenatural decidió no continuar perdiendo el tiempo. Ella solo se había unido por el poder que brindaba su puesto.

"Ya que todo estamos aquí es mejor si empezamos de una vez por todas. Las relaciones con el Kingpin son cada vez más tensas y ya que estamos más cerca que nunca de lograr el objetivo principal de la organización es mejor evitar un conflicto por ahora. Un conflicto que puede iniciar solo con hacerse conocida la presencia de todos los líderes de la organización estando en una sola ciudad. No habrá manera de que nos crean que no tenemos intención de tomar la ciudad."

"Bueno, Kingpin no está completamente equivocado, si planeamos tomar algo, solo que no es la ciudad. Es el mundo." Le respondió Makoto con una ligera sonrisa que era desagradable para la vista. Aun así, el resto parecía de acuerdo con no alargar la reunión y fueron directo al asunto.

Fue Yutaka quien hizo la primera pregunta, la que todos querían saber. "Dama Le Fay, ¿cómo van las preparaciones para el ritual?"

"Si no hay ninguna complicación, puedo decir con confianza que todo estará listo en no más de 4 días. Para ese entonces deben tener los 100 sacrificios. Recuerden que todos ellos deben ser fieles devotos de la Bestia."

El sacrificio era algo que no les gustaba a los líderes. No era porque no querían lastimar a nadie, era que las almas que debían ser sacrificadas eran la de sus hombres. Porque quien más sería un devoto de la Bestia. Incluso en la organización estos eran cada vez menos. Pero la suerte estaba de su lado y ya casi tenían todo lo que necesitaban.

El recordatorio del sacrificio hizo que Ángela se sintiera asqueada de la organización. ¿Cómo podían pensar en llevar a cabo una estupidez como esa? Pero su enojo no se mostró en su rostro. Sabía que el resto ya se habían puesto de acuerdo y no tenía sentido mostrar desaprobación, ella todavía era la que menos poder tenía entre los líderes de la organización.

"¿Qué han podido averiguar acerca de Roma y este vigilante que está colaborando con ella?" Ahora era el turno de Morgan de hacer preguntas. Si bien ella era más poderosa que Roma eso no significaba que la otra parte no podría terminar siendo una molestia que pusiera en riesgo sus planes. El problema era que había que ser cuidadosos a la hora de realizar alguna acción en contra de Roma o terminarían atrayendo algo más complicado.

"Nuestras fuerzas han estado vigilando a ambos todo este tiempo y hasta ahora no han hecho ningún movimiento que sea indicio de algún problema para nosotros." Yutaka era el que había tomado responsabilidad por la vigilancia de Roma, un trabajo que debía haber recaído sobre los hombros de Ángela, pero ese no fue el caso. Esto era una muestra de cómo Ángela aun no recibía el mismo respeto que el resto de los líderes.

"El único acercamiento que han tenido es con un joven ricachón pareja de la abogada compañera de Murdock." Nada de eso parecía un problema, pero la manera en la que Yutaka se había expresado les decía que había algo más. Sabiendo que sus compañeros preguntarían, no espero para responder. "Hoy en la noche envié un grupo de mis hombres a investigar al chico y si encontraban algo sospechoso capturarlo si era posible."

Estos eran jefes criminales de una organización que estaba esparcida por todo el mundo, no era muy difícil para ellos ver a donde estaba por llegar Yutaka. "Viendo que tocas un tema así asumo que nada fue como lo planeado." Morgan se expresó sospechando lo mismo que el resto.

"Hace solo una hora perdimos todas las comunicaciones con los hombres que participaban en la misión. Enviamos una segunda unidad, pero hasta ahora no han encontrado rastros algunos que nos digan dónde están y que sucedió."

"Envía a Elektra." La propuesta vino por parte de Makoto. "La mujer es conocida de Murdock por lo que nada debe ocurrirle. No debemos gastar hombres en estos momentos que estamos en una ciudad de la cual no tenemos control, como debería ser." Cuando dijo lo último miró a Ángela, era claro que se estaba burlando de su incapacidad por deponer de Kingpin.

Después de unos segundos de pensarlo Yutaka y Natsu'o estuvieron de acuerdo, Elektra era uno de sus mejores activos, pero estos eran momentos donde importaba más los números para la organización.

El resto de la noche estuvieron hablando sobre como procederían el día del ritual. El día donde todas sus ambiciones serian cumplidas.

Pero estas personas no eran las únicas que estaban discutiendo sobre la liberación de la Bestia. En el Sanctum Sanctorum el maestro de las artes místicas de New York estaba dándole un informe a la Hechicera Suprema sobre todo lo acontecido en los últimos días referente a La Mano y sus planes para liberar en el mundo a la Bestia.

"No puedo decir que es la primera vez que veo a personas tan tontas en mi larga vida." Dijo la Hechicera Suprema más para sí que para el maestro frente a ella. Ella estaba pensando como muchas veces el mayor peligro para la raza humana era la propia raza.

"¿Qué acción desea que tomemos maestra?" Preguntó el maestro del Sanctum de New York master Drumm, que esperaba recibir la orden de proceder a detener el ritual incluso antes de comenzar. Para su sorpresa ese no fue el caso. "No hagáis ningún movimiento y dejarlos llevar a cabo el ritual."

Viendo la sorpresa del maestro Drumm y Mordor quien la acompañaba, la hechicera dio sus motivos. "Si los detenemos ahora eso solo hará que continúen intentándolo más adelante. Es por eso que creo que es mejor demostrarle que el ser en el que tanta fe tienen no es tan todopoderoso como imaginan."

"Haga las preparaciones maestro Drumm, en 2 días se reunirán aquí una docena de los más poderosos maestros de la orden. Será un buen momento para que todos adquieran experiencia y experimente de primera mano el propósito de la existencia de Kamar-Taj."

Observando todavía el nerviosismo presente en sus 2 compañeros, les dio algo de alivio. "Descuiden no es una misión imposible de lograr, además, esta Bestia estará debilitada después de tanto tiempo estando sellada." Ella también sabía de la participación de cierto joven dios.