Capitulo 1: No siento nada por los pechos

No se como, ni porque, pero en este momento soy un bebe.

Ya paso un par de meses desde que estoy en esta situación, se que es difícil de creer pero solo me queda aceptar mi nueva vida... Aun cuando estoy seguro que ningún camión me atropello...

En este momento soy el hijo recién nacido de una humilde pareja, mi padre es un hombre de cabello negro fornido de alrededor de 30-35 años y según entiendo es una especie de cazador o algún tipo de soldado, aun no estoy seguro ya que no he llegado a comprender bien el lenguaje, salvo algunas pocas palabras.

Mi madre es una mujer bastante hermosa si debo decir, tiene alrededor de 30 años, con el cabello largo de color negro y ojos rojos, por alguna razón la mayor parte del tiempo cuando no esta cuidándome o haciendo alguna tarea del hogar, pasa el tiempo meditando. Creo que debe ser debido al trabajo de su esposo ya que debe ser peligroso y la meditación ayuda a calmarla.

La vida de bebe es bastante aburrida y monótona, solo quería crecer ya que lo único que podía pensar es que cuando tenia que tomar leche de mi madre, encontraba la sensación bastante extraña, ya que sabia que era una mujer hermosa pero no sentía la emoción de poder chuparle los pechos.

Supongo que solo por tener la sabiduría mayor a la edad de mi cuerpo no signifique que mi cuerpo siga el paso de mi mente.

De esa manera paso medio año hasta que la temporada cambio y era invierno, cuando nuestra casa estaba bastante helada por las bajas temperaturas, donde presencie algo increíble, cuando mi padre trajo leña, esta se encontraba húmeda por lo que no pudieron encenderla con el encendedor de la casa y fue entonces cuando mi madre saco un pergamino del cual luego de que cerro sus ojos y con un fenómeno paranormal, sus manos brillaron con un débil color anaranjado y del pergamino apareció una bola de fuego del tamaño de una pelota de tenis, la cual se dirigió a la chimenea donde se encontraba la leña húmeda y fácilmente la bola de fuego prendió la leña temperando la pequeña casa que teníamos.

Pero no me importaba la temperatura en ese momento, solo quería estudiar el pergamino y preguntarle a mi madre que era eso, lo malo es que aunque ya comprendí el conocimiento básico del lenguaje de mis padres, no había forma de que un niño de alrededor 8 meses comience a hablar sin problemas.

Entonces se me ocurrió ya que no puedo estudiar el pergamino, debería intentar comprender el extraño fenómeno que realizo mi madre antes de utilizar el pergamino.

Comencé a pensar que era algún tipo de Chakra o Mana debido a la meditación diaria a la cual mi madre siempre tenia tiempo, por lo que intente sentir algún tipo de energía en mi cuerpo o en mis cercanías.

Pasaron los días y no sentí nada hasta que en el décimo día, sentí como una especie de corriente fluía a mi alrededor y al concentrarme en ella, esta se dirigía a mi cuerpo.

Estaba emocionado por el nuevo descubrimiento ya que seria un gran pasatiempo ya que no puedo hacer mucho en este momento.

De esa manera fue practicando mi control de la extraña energía, hasta que cumplí los tres años, donde tuve una charla con mi padre y supe algo de información del mundo de su parte, aunque sigo pensando que era una conversación que debió darme cuando fuera mucho mayor...

Aquella noche de nuestro protagonista.

"Feliz cumpleaños, Nikuro"

"Feliz cumpleaños, Nikuro"

"Gracias, mamá, papá" dijo Nikuro mientras soplaba las velas de un pequeño y simple pastel que estaba frente a él.

Nikuro Rokudou era un niño de cabello negro y ojos rojos como su madre. Era bastante lindo ya que siempre que salia con su madre al hacer las compras, muchas mujeres jóvenes y amas de casa lo tomaban en sus brazos y llenaban de besos y lo ahogaban con sus pechos.

También notaba como muchos jóvenes adolescentes estaban celosos de trato que recibía el niño, pero cuando uno de estos adolescentes quiso lastimar al pequeño Nikuro, muchas amas de casa salieron a defenderlo con uñas y dientes, por lo que aunque los adolescentes se sentían celosos, nunca se atrevieron a lastimarlo ya que ver a un grupo de mujeres molestas que protegían al niño como si su vida dependiera de ello, los lleno de pavor.

En la noche de su tercer año, luego de celebrar y comer la comida que su madre preparo con cariño, el padre de Nikuro, Kuni Rokudou, el cual se entero que era un soldado que protegía las murallas de la ciudad.

"Nikuro, debes ser un hombre y pararte sin importar cuantas veces caigas, debes recordar que no vivimos solos en esta ciudad y debes hacer tu parte y proteger a las personas que viven con nosotros. Aunque el mundo exterior este lleno de bestias, gracias al sacrificio de muchos héroes, nuestra ciudad a logrado mantenerse en pie, esta ciudad es la ultima esperanza de la humanidad y debemos protegerla"

"...Entiendo, papá, protegeré a la ciudad Gloria"

Que diablos, como le das una charla a un pobre niño de tres años sobre el sacrificio, hombre, estas matando el estado de animo de esta celebración, aunque no es que me importe ya que no me gusta actuar como niño. No se como aquel detective de secundaria pudo actuar como niño durante tanto tiempo.

"Ese es mi hijo, se que seras un gran hombre en el futuro como tu padre ¡Ha ha ha!"

Kuni no sabia que su hijo estaba pensando como volverse el mas fuerte para que su vida no se vea amenazada en este violento mundo, ya que el sabia que si se encontraba en la primera linea de tiempo entonces el y todos los demás morirán cuando las bestias invadan la ciudad Gloria, mientras solo el suertudo protagonista sobrevivirá he incluso cuando fallo en derrotar al ultimo enemigo, tendrá una segunda oportunidad de volver en el tiempo.

Lo que le preocupaba Nikuro fue si es que estaban en la primera linea de tiempo y cuando el protagonista fracasara y volviera al pasado, el siquiera notaria el cambio de lineas temporales o renacería en otro mundo cuando Nikuro probablemente muera en la invasión de las bestias demoníacas.

De esa manera Nikuro paso sus siguientes años entrenando y dominando la energía de este mundo.