—Mm —contestó Shi Yao mientras guardaba su teléfono.
—¿De la misma clase?
¿Por qué Liang Mumu mostraba de repente un interés tan profundo en sus asuntos escolares?
Shi Yao dejó de masticar su manzana y reflexionó en silencio durante dos segundos antes de responder: —No, es un sénior.
¿Han Jing? ¿Sénior?
¿Es ese Sénior Han que acaba de confesarse con ella recientemente?
Las cejas de Lin Jiage se entrelazaron discretamente.
—¡Wow! Yaoyao, te envidio tanto. Tu sénior te trata muy bien, lo primero que hace después de recibir delicias de su madre es compartir algunas de ellas contigo. Si tan sólo tuviera un sénior como el tuyo —exclamó Liang Mumu con envidia.
Al principio, el abuelo Lin no pensó mucho en el mensaje que recibió Shi Yao, pero después de escuchar las palabras de Liang Mumu, inmediatamente dirigió su mirada hacia Shi Yao, alarmado.
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