¿Capítulo 39 No Había Acordado Conocerse?

"En cuanto Su Bei subió al coche, siguió sin prisa a la camioneta de la niñera.

Observó por la ventana el paisaje extraño pero familiar.

Había vivido en esta ciudad durante dieciocho años, por lo que muchos lugares todavía le eran familiares. Sin embargo, como el mundo seguía cambiando, también había muchos detalles nuevos diferentes a lo que recordaba.

Mientras estaba absorta en sus pensamientos, el coche continuó avanzando.

Cuando Su Bei volvió en sí, vio de repente un bosque rodeado de carreteras de montaña sinuosas a través de la ventana. Sorprendida, preguntó:

—Señor, ¿por qué camino tomó?

—Minxuan acaba de decir que había un embotellamiento adelante y nos pidió que cambiáramos de ruta —respondió el conductor—. No te preocupes. Conozco muy bien estas carreteras de la montaña. Llegarás a tiempo.

Al oír esto, Su Bei se sintió un poco aliviada. Sabía que también podía llegar a su destino de esta manera.

Después de mirar su reloj, se alegró de encontrar que había suficiente tiempo.

Sin embargo, antes de que Su Bei pudiera estar segura, el coche se detuvo repentinamente con un ruido.

—Voy a salir a ver —dijo el conductor.

Su Bei también salió del coche y se encontró de pie en la carretera de la ladera, rodeada de un área vacía. El cielo ya oscurecía a medida que el sol se ponía en la distancia.

—¿Cómo va? —preguntó Su Bei.

—Se averió. Hay algo mal con el circuito. No puedo arrancar el coche —dijo el conductor con una mirada de culpa en su cara—. Lo siento, Srta. Su. No esperaba que eso sucediera.

Su Bei sabía que no había sido un accidente. No le importaba si el hombre era inocente o no en ese momento.

Después de que Su Bei pasó la primera prueba, obtuvo beneficios que no solo eran para ella sino también para la empresa. ¡No esperaba que Qiu Minxuan se atreviera a meterse con los asuntos de la empresa!

—Srta. Su, llamé a una empresa de remolques. Pero como estamos en un lugar tan remoto, y también es la hora punta... —dijo el conductor disculpándose.

Su Bei sacó su teléfono y abrió la aplicación para llamar a un taxi. Tras ingresar el destino, se dio cuenta de que estaba en un lugar mucho más remoto de lo que había imaginado. Si realmente alguien venía a recogerla, no llegaría a tiempo para su prueba.

Además, era la hora punta. En la aplicación, el mapa estaba casi completamente rojo, lo que indicaba que todas las carreteras estaban actualmente congestionadas.

En realidad, si un conductor aceptaba el pedido, es posible que no pudiera llegar a ella pronto.

Su Bei miró a su alrededor y descubrió que ni siquiera había una bicicleta compartida en este maldito lugar.

Cuando no sabía qué más hacer, la cara severa de un hombre apareció de repente en su mente.

Como conductor a tiempo completo, debería estar bastante familiarizado con las carreteras y las condiciones de tráfico en la Ciudad de Jingdu. Quizás él sabría cómo sacarla de allí a tiempo.

Sin dudarlo, Su Bei agarró de nuevo su teléfono y marcó el número de Lu Heting.

Rezó para que él no estuviera demasiado ocupado en ese momento y que no tuviera que recoger a su jefe.

Si perdía esta oportunidad, podría pasar mucho tiempo para que llegara otra. Otras personas podrían permitirse esperar, pero ella no. Cada segundo era demasiado precioso para ella.

Mientras tanto, Lu Heting estaba inconscientemente deslizando su dedo por la pantalla de su teléfono.

Habían pasado tres días, pero nunca recibió otro pedido de las aplicaciones de taxi. Además, Su Bei aún no se había puesto en contacto con él.

¿No habían acordado conocerse?

Los ojos de Lu Heting se oscurecieron.

Justo cuando estaba a punto de guardar su teléfono, una serie de números parpadeó en la pantalla. ¡Aunque no había identificador de llamadas, Lu Heting conocía esos números de memoria!"