Después de muchos meses de paz en Altria, Hiro y Los Renegados recibieron una perturbadora noticia: un nuevo enemigo mágico estaba atacando el reino. Esta vez, la amenaza era un antiguo mago oscuro que se había dividido en dos entidades distintas.
Hiro sabía que esta sería una batalla especialmente difícil, ya que enfrentar a un enemigo divido en dos lo hacía impredecible y peligroso. Los Renegados se pusieron en marcha de inmediato, decididos a detener esta nueva amenaza y proteger a su amado reino.
La primera entidad, llamada Ereb, era un mago maestro de los elementos oscuros. Tenía el poder de controlar las sombras y desatar tormentas de oscuridad. Ereb estaba decidido a sumir a Altria en una eterna noche, sumiéndolo en el caos y el miedo.
La segunda entidad, llamada Lumis, era un mago maestro de la luz. Poseía el poder de curar y purificar, pero también podía lanzar rayos de luz devastadores. Lumis estaba obsesionado con la idea de purgar el reino de Altria de todo lo que consideraba corrupto y maligno.
Hiro y Los Renegados se enfrentaron a Ereb y Lumis en una serie de intensas batallas. Cada entidad demostró ser un adversario formidable, utilizando sus poderes con maestría y mostrando una resistencia impresionante.
La magia se desataba en Altria mientras Hiro y sus compañeros luchaban por proteger a su pueblo. Pero a medida que la batalla se prolongaba, Hiro comenzó a notar una extraña conexión entre las dos entidades. Parecía haber algo más que los unía, algo que los mantenía juntos incluso en su estado dividido.
Con cada enfrentamiento, Hiro comenzó a notar que la esencia de la oscuridad y la luz se complementaban entre sí. Ereb y Lumis eran dos partes de un todo, y solo uniendo fuerzas podían encontrar la paz y la estabilidad verdaderas.
Así, Hiro y Los Renegados decidieron hacer lo impensable: unir a Ereb y Lumis una vez más. Sabían que esto sería una tarea desafiante y arriesgada, pero estaban dispuestos a intentarlo por el bien de Altria.
(Parte 2)
Hiro y Los Renegados se embarcaron en una misión llena de peligros para encontrar la manera de unir a Ereb y Lumis una vez más. Sabían que si tuvieran éxito, podrían detener la devastación causada por estas dos entidades y restaurar la armonía en Altria.
Recorrieron antiguos templos y consultaron a sabios magos en busca de respuestas. Finalmente, encontraron un antiguo pergamino que contenía un poderoso ritual capaz de unir la oscuridad y la luz.
Con la ayuda de sus compañeros y la guía de los sabios, Hiro comenzó a realizar el ritual. Requirió de una gran concentración y control de magia, pero poco a poco, las dos entidades comenzaron a acercarse una a la otra.
Ereb y Lumis se miraron con desconfianza al principio, pero cuando se percataron de que estaban destinados a estar juntos, algo cambió en ellos. Comenzaron a recordar su vida pasada como un solo ser, antes de su división.
La energía mágica comenzó a fluir entre ellos, y una luz brillante envolvió a Hiro y a los Renegados. Una poderosa explosión mágica ocurrió, y cuando se disipó, Ereb y Lumis estaban nuevamente unidos como un solo ser.
El ser combinado se llamó Artemis, y su apariencia mostraba un equilibrio perfecto entre la oscuridad y la luz. Ahora poseía el poder de la curación y la purificación, pero también la capacidad de controlar las sombras y la luz.
Artemis se disculpó con Hiro y Los Renegados por el caos que había causado y juró proteger a Altria y usar sus poderes para el bien. Hiro y sus compañeros aceptaron su disculpa y se unieron a Artemis para enfrentarse a los verdaderos enemigos del reino.
Finalmente, la paz volvió a reinar en Altria. Hiro se convirtió en un líder respetado y admirado, capaz de enfrentar cualquier desafío que se presentara. Artemis se mantuvo a su lado, utilizando sus poderes para proteger el reino y guiar a Hiro en su camino.
El enemigo mágico había sido derrotado, pero la conexión entre la oscuridad y la luz dejó una poderosa lección en Hiro: que incluso en la oscuridad más profunda, siempre existe la posibilidad de encontrar la luz.