webnovel

Huida

Algún bar en la isla de los sabios, dos semanas atrás.

—¡Maldito seas Crowley!— los gritos de Walter Lee borraban el buen ambiente del lugar, llevaba ya tres tarros de cerveza, haciendo que el humor del hombre empeorara. Nuevamente, había sido humillado por el director actual del colegio al tratar de enfrentarlo en duelo.

Lo había intentado ya todo, desde lo diplomático hasta lo ruin, nada servía, el cuervo lograba en cada ocasión que los fantasmas lo echaran de la escuela sin que nadie se percatara de su existencia. Walter ya no sabía que más hacer, si el diablo se le apareciera no dudaría en hacer un trato con él.

—Oye, pones de malas a mis clientes, paga y lárgate— lo empujaba el tabernero, Walter lo miro furioso, intento lanzarle un hechizo, el hombre lo esquivo, —Por favor, eres el peor mago que ha entrado aquí— jalándolo por el cuello lo llevo hasta la entrada y lo aventó fuera del local.

Mientras el ex profesor se recuperaba del golpe oía a los comensales del bar celebrar, se paró y escupió al piso maldiciendo su suerte. Si tan solo su magia no fuera tan débil, su vida sería tan diferente si pudiera hacerse con el puesto de director.

Camino por las calles solitarias del pueblo rumbo al hostal donde se quedaba, sus ahorros se le estaban agotando, y se negaba a conseguir otro trabajo que no fuera el de Crowley. —Estúpido cuervo, yo merezco ese puesto más que tú.

—¿Y por qué estás tan seguro de ello?— una extraña voz lo asustaba.

Detrás del un sujeto vestido todo en negro y con la cabeza cubierta por una capucha oscura lo observaba. Aunque sus ojos no se veían una sonrisa se dejaba ver, la piel pálida parecía brillar y los dientes le daban una apariencia terrorífica.

Walter Lee se quedó congelado, aquel sujeto emanaba un aura maligna. —Te estuve escuchando en el bar, ¿Realmente serias mejor que Crowley?— la sonrisa ahora parecía burlona, aunque aún estaba aterrado el ego de Walter le impulso a hablar.

 —Por supuesto, puede que mi magia no sea tan poderosa… pero conozco cada embrujo y hechizo, tengo memorizada casa receta de pociones y venenos existidos, no hay ni un solo ser mágico del que no conozca sus propiedades, eso y más, además, no me contendría en la forma más adecuada de corregir a un mal estudiante.

El encapuchado ensanchó su sonrisa, extendió su mano hacia el profesor, —Yo podría ayudarte con eso, a cambio de un favor claro está, ¿qué dices?

Walter miró a aquel sujeto, si aún hubiera algo de sentido común en su mente hubiera echado a correr, pero él ya estaba al borde de la desesperación y el encapuchado lo sabía, con temor en sus movimientos Walter estrecho la mano ofrecida, dispuesto a perder el alma en su objetivo.

Cabaña en el bosque, dos y media de la mañana, presente

Walter Lee volvía a aparecer después de haber estado en la oficina de Crowley en la escuela. Mientras los otros siete estaban en sus respectivas batallas el ex profesor fue a investigar si existía algún modo de cambiar el estatus de director actual para hacerse con el puesto, no obstante no consiguió nada.

Esperaba ver algún documento o algún libro mágico en el que él pudiera firmar y así ser oficialmente director de Night Raven College no obstante no fue así, en cambio, solo encontró papeles de los estudiantes y una gaveta llena de espejos y cosas brillantes.

No había otro remedio, le había prometido a su socio entregarle al/ a la chico/a de otro mundo sano/a y entero/a, esperaba que un par de dedos no hicieran la diferencia. Al acercarse a la puerta escucho movimiento en el interior, temiendo que alguien lo hubiera descubierto abrió la puerta de un golpe.

Todo lucia igual a como lo dejo, salvo que ahora el/la estudiante estaba despierto/a. Walter suspiro, cerro la puerta usando su bastón y se acercó al/ a la joven. Cuando su rostro estuvo iluminado por las llamas de la chimenea Mc pudo ver cómo algunas partes de su piel tenía un enfermizo tono verde.

—Walter, no te ves muy bien, eres el espejo de un queso azul, solo te falta el aroma— el ave hacía ademán de taparse su nariz, el hombre solo gruño. Fue hasta la chimenea donde dejo su bastón, de entre sus ropas saco un cuchillo el cual limpio con su ropa.

Mc trago saliva, tuvo una idea de lo que el hombre pretendía hacer. Crowley también lo noto, por lo que decidió que era momento de ejecutar su plan. —Estando aquí me preguntaba, ¿por qué quieres tanto mi puesto? La paga es buena, pero existen mejores empleos.

Walter rio, jugo con el cuchillo en sus manos y se dirigió al ave, sin mucho cuidado bajo la jaula del techo y la puso sobre la mesa para que ambos se observaran bien. —No es por el dinero, desde siempre la gente elogio mi inteligencia— comenzaba a explicar el hombre.

—Desde que tengo uso de razón mi mente ha sido mi mejor arma, no era un mago poderoso, pero con lo que sabía podía fácilmente enfrentar a mis oponentes, además tienes que admitirlo, cuando fui profesor logre que muchos estudiantes problema pasaran el curso— decía jactancioso.

—No hay forma de hacerlo, eras tan bueno como Mozus o Crewel, ¿por qué no mejor te quedas así? Si me liberas, y tras el debido cumplimiento de condena por tus delitos, podrías fácilmente volver a enseñar—Crowley movía sus alas mientras hablaba.

El hombre rio como si el cuervo hubiera dicho un chiste, —Alguien como yo no se puede conformar con tan poco, estoy seguro de que bajo mi dirección podría llevar a Night Raven College a ser la mejor escuela de todo Twisted Wonderland— decía Walter alzando las manos.

Crowley hizo un esfuerzo por no reírse por el dramatismo del ex profesor, —Tal vez lo que mencionas es cierto, pero no pasaste las pruebas necesarias para el puesto, ¿Qué tan difícil es entender eso? — miraba serio el cuervo al hombre, quien comenzaba a enojarse nuevamente.

—Eso no demuestra nada— declaraba en un berrinche Walter, —Walter entiende, se necesita más que teoría para enseñar a los chicos, además muchos de ellos son incluso más poderosos que uno mismo, ¿qué harías si uno se sale de control? ¿O entra en overblot?

Walter le miraba con rabia, muy en el fondo sabía que era cierto, sin embargo, su orgullo nunca lo haría admitirlo en voz alta, fue a la chimenea donde clavo el cuchillo con violencia y tomo su báculo, regresando a donde la jaula se encontraba.

—Ahora tengo magia, ¡Más poderosa que la tuya!— gritaba el ex profesor, —¿A qué costo?, mira tu cara, esa cosa está consumiendo tu vida— Crowley también elevaba la voz, a pesar de su estado no se dejaba intimidar fácilmente.

—Esto… es temporal— Walter evitaba ver su reflejo en las ventanas, —Además, una vez que mis chicos lleguen victoriosos, yo entregare a tu alumno/a y por fin seré el director del colegio, no hay nada que puedas hacer para evitarlo esta vez.

Crowley lo tenía donde lo quería, ahora debía ser cuidadoso para sacar a Mc de aquel lugar. —Como si de un día para otro pudieras ser tan buen brujo, ¿ya sabes un hechizo básico de ataque?— comenzaba a retarlo el cuervo.

Walter alzó su báculo y destruyó uno de los sillones en pedazos, —Sencillo, ¿Qué tal un hechizo de transformación? Convierte los pedazos en espejos— volvía a retarlo Crowley, nuevamente Walter alzaba su báculo y hacía que los fragmentos se volvieran espejos de diferentes tamaños.

—¿Estás convencido ya Crowley?— la mirada del hombre se ponía un poco maniática, reía desquiciadamente. —Pff, hasta el más distraído de mis alumnos de primero puede hacer eso— el cuervo bostezaba nada impresionado, borrando la sonrisa de Walter.

—¿No te asombra? ¿Qué tal si convierto los espejos en portales al colegio?— decía rabioso Walter, Crowley detuvo su fingido bostezo, lo miro serio, esperando que su actuación convenciera al hombre, —Eso es complicado— la voz dudosa alentaba al otro a hacerlo.

Juntando magia Walter hizo que los espejos levitaran y comenzaran a emitir una luz verde, al terminar los espejos emitían brillo propio y en la superficie de estos se veían diferentes zonas de la escuela, —¿Qué te parece?, incluso hice que cada uno te lleve a diferentes lugares.

Crowley miro rápidamente a Mc a los ojos, "llego el momento" le expresaba sin palabras. Antes de que Walter desencantara los espejos Crowley escapo de la jaula y se aventó a los ojos del ex profesor cegándolo temporalmente.

Mientras Walter luchaba con el cuervo por quitárselo de la cara Mc se quitó la soga de las manos, tomo el espejo que tenía más cerca y salió corriendo de la casa. Walter finalmente pudo agarrar a Crowley por el cuello y lo aventó a la jaula, la cual encanto para hacerla más pequeña.

Busco al/ a la chico/a, pero solo advirtió el sitio vacío y la puerta abierta, maldijo a los dos y salió dispuesto a atrapar al/ a la joven. Mc corrió lo más rápido y lejos que pudo, un rayo roso su hombro derecho provocando un fuerte dolor.

Aun así, no se detuvo, el/ la chico/a escuchaba los gritos de Walter al mismo tiempo que esquivaba más rayos, la mala condición física del hombre hizo que su presa se alejara más, juntando magia lanzo una bomba verde sobre la cabeza de Mc, haciendo que un árbol callera frente a el/ ella.

Mc volteo asustado/a, Walter se aceraba peligrosamente, levanto el espejo a la altura de sus ojos.

A) ¡Llévame al colegio!

B) ¡TSUNOTAROU!

El espejo emitió un brillo intenso que envolvió al/ a la estudiante, antes de que Walter pudiera ponerle una mano Mc ya había desaparecido. Walter no sabía qué hacer, había encantado los espejos para llevar a su usuario a cualquier lado del colegio, más no tenía forma de rastrearlo.

Dormitorio de Onboro, dos con cincuenta minutos de la mañana.

No estaba seguro si sus oídos habían escuchado realmente ese nombre, Malleus se sentía aturdido, después del despliegue de magia que había hecho no se fiaba mucho de sus sentidos. Phinny se acercó a él, —¿Usted también lo escuchó?— el fantasma también parecía dudoso.

Sin darle una respuesta el hada voló en dirección al bosque detrás del colegio, donde estaba seguro había provenido aquel grito. Cuando llego al campo de entrenamiento pudo ver a un ser pequeño correr en cuatro patas.

Advirtiendo de quién se trataba extendió una mano e hizo que el pequeño felino volara en dirección a él, —¿Quién se atreve a sujetar a Oresama…?— se removía Grim para liberarse, pero al notar de quién se trataba se quedó callado, ambos entraron al bosque.

No fue mucho el tiempo que paso antes de que los dos vieran una silueta entre los árboles, —¡MC!— grito Grim zafándose del mayor y corriendo hacia el/la chico/a.

A) ¡Grim!

El/ la joven abrió los brazos recibiendo al felino que de un salto lo alcanzo, ambos se abrazaron fuertemente, —¡Perdóname Mc!, no pude protegerte— lloraba el gato aferrándose a la ropa del/ de la chica, quien solo negó.

Al separarse de Grim Mc noto que había alguien más, se tensó antes de notar de quién se trataba.

A) Tsunotarou…

B) Malleus…

Aun con Grim en brazos Mc corrió hasta el hada lanzándose a abrazarlo, Malleus no tardo en corresponder el abrazo. En cuanto Mc se sintió a salvo no pudo evitar comenzar a llorar, el miedo que había sentido junto a la preocupación finalmente salían.

—Tranquilo/a, ya estás a salvo— decía dulcemente Malleus a Mc, abrazándole lo más fuerte que podía, como si tuviera miedo de perderlo/a nuevamente.

Mientras tanto en la cabaña.

Walter estaba furioso, había caído por completo en la trampa de Crowley, incluso en la última parte el mismo se puso en bandeja de plata. Entro a la cabaña, destruyendo los espejos restantes al instante.

—¿Qué tal el paseo?— se burlaba Crowley desde su jaula después de comprobar que Mc había logrado escapar, Walter lo vio con odio, levantó el báculo dispuesto a acabar con el cuándo una sombra apareció en la casa, al tomar forma el socio de Walter se hacía presente.

—Esta sensación…— decía Crowley en voz baja al sentir familiar el aura del sujeto, —Hola Walter, vengo por mi parte del trato— extendiendo su mano el encapuchado esperaba algo. Walter estaba nervioso, viendo a todos lados como buscando un pretexto, —Yo… yo no…

El encapuchado movió de un lado a otro uno de sus dedos, —No, no, no Walter, teníamos un trato. Yo ya cumplí al entregarte el poder de los siete estudiantes más ruines de la historia, ahora entrégame al/ a la chico/a y a Luke— volvía a extender su mano.

Walter estaba en shock, el encapuchado suspiro decepcionado, —Que mal, ya decía yo que hacer tratos con sujetos que conoces en bares no era buena idea— aunque tenía un tono decepcionado lo cierto es que el sujeto se burlaba de Walter.

—Por favor, dame más tiempo…— rogaba Walter hincándose y sujetando a su socio por su túnica, este parecía meditarlo, —Muy bien, tienes hasta antes del amanecer, de lo contrario…— dejaba la frase al aire, Walter agradeció y el misterioso hombre volvió a desaparecer.

Walter maldecía una y otra vez, antes que otra cosa pasara comenzó a llamar a cada uno de sus alumnos.

Sala de los espejos, tres de la mañana.

La escuela estaba libre de los fantasmas falsos, los estudiantes que se habían quedado junto a los profesores se habían encargado de eliminarlos, en ese momento la mayoría se encontraba recuperando fuerzas, siendo curados o planeando contraataques.

Phinny junto con Grim llegaron primero para buscar a sus camaradas de Onboro, —Gustav, Ezrael, ¿¡a que no adivinan lo que paso!?— gritaba feliz el felino, llamando la atención de todos los presentes, al ver a la entrada de la sala vieron a dos personas ingresar.

De repente el aire triste y desanimado se sintió renovado por esperanza, —¡MC!— gritaron todos los chicos de primero, amigos de Mc.

A) ¡Chicos!

Mc corrió a ellos siendo efusivamente recibido/a primero por Deuce y Ace, al abrazo luego llego Epel y finalmente Sebek se les unió, aunque regreso a su semblante serio al advertir a su maestro acercarse a ellos. Otros estudiantes también se acercaron al/ a la joven para saludarlo aunque no tan efusivos como los de primero.

El/ la chica estaba feliz, pero su mirada se puso algo triste al notar que algunos de los chicos estaban heridos, siendo su mayor preocupación Riddle, Ruggie y Kalim quienes lo notaron, —Tranquilo/a, no es tan malo como parece— hablaba Riddle en nombre de los heridos.

A) ¿Dónde está Jack?

B) ¿Dónde está Lilia?

C) ¿Dónde está Azul?

Con la pregunta del/ de la chica algunos chicos volvieron a tener semblantes tristes o preocupados.