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El Soldado de las Montañas

Comedor, cinco con cuarenta y cinco de la mañana.

—Él no está solo.

Heishan miro al vice líder y al resto de Scarabia con rabia, de golpe fue cubierto por niebla negra que al despejarse dejo ver al exlíder en su forma overblot. El peli azul volvió a preparar otro ataque contra Kalim; sin embargo, Amín, Yusuf y Reda lo atacaron primero.

Mientras los tres chicos junto con otros estudiantes combatían al overblot Jamil fue hasta donde el peliblanco aún seguía en el piso. —Kalim, ¿estás bien?— agitando al chico de los hombros, Jamil trataba de sacar del shock a su amo.

Kalim tenía la mirada perdida, —Oye Kalim, ¡reacciona de una buena vez!— volvió a sacudirlo con más fuerza. —Lo siento— dijo en voz apenas audible.

Los ataques iban y venían, pero para los chicos parecía que el tiempo se había detenido. Jamil miro al peli blanco sin entender por qué se disculpaba, —Oye, metiste la pata, pero no es como si fuera la primera vez…

—Lo siento por existir.

El silencio volvió, en otro momento ver así de roto a su amo hubiera sido un deleite para el Viper, pero no ahora, y no solo por la situación en la que se encontraban, ¿en verdad iba a hachar todo a la borda en ese momento?

Guiado por la furia, Jamil le dio una cachetada al menor, esto finalmente saco de su letargo a Kalim. —¿Estás jodiéndome ahora?, ¿después de todo lo que has hecho vas a rendirte justo ahora?— los ojos de Jamil lo veían de forma reprobatoria.

—¿Y qué quieres que haga?, ¡lo intente y falle!, soy un lastre… soy…— Alzaba la voz Kalim, cerca de ellos un vidrio roto regresaba su imagen, —Yo solo quería probar que podía ser diferente a mi familia… quería que … Me veían más allá de mi apellido… pero no veo eso, ya ni siquiera me veo en mi reflejo.

El chico comenzó a llorar en silencio, Jamil veía una cara que nunca había visto de su amigo, o una que nunca se permitió ver. —Aquella vez… cuando entre en overblot…— decía él vise líder captando la atención del otro chico, —Dije cosas que no te correspondían, no era contigo con quien estaba enojado.

Ambos chicos se miraron, —Aún sí, algo que siempre me irrito fue esa manía tuya de ayudar, incluso cuando la gente intentaba alejarte… y es eso lo que necesitamos justo ahora— con algo de dificultad Jamil sonrió de manera sincera.

Kalim miro conmovido a su amigo, —Ya en serio, tienes que hacer algo, los chicos no resistirán mucho tiempo— dijo Jamil señalando a donde los chicos poco a poco comenzaban a perder terreno contra Heishan.

Con sus ánimos renovados, Kalim comenzó a analizar la situación, tenía una idea, pero necesitaba la ayuda de alguien especial. —Ve con los chicos, cuando veas la señal, sácalos a todos de la cafetería— antes de que Jamil pudiera protestar, el de ojos rojos ya había salido corriendo.

Saltando y esquivando hechizos, Kalim busco a la alfombra por todo el lugar, finalmente dio con ella, pero está al verlo salió volando. El chico la persiguió, esta voló a la cocina; sin embargo, se quedó sin vía de escape, —¡Alfombra espera!— dijo el chico bloqueando la salida.

El líder de Scarabia se acercó a esta lentamente, era como tratar con un animalito asustado. —Lo lamento mucho alfombra— comenzó a disculparse Kalim, —No tengo forma de excusar lo que hice, pero te prometo que no lo volveré a hacer, eres mi mejor amiga… si quieres claro…

La alfombra dudó, no obstante el cariño que le tenía al chico era mayor, al sentir las palabras del chico sinceras esta voló alrededor de Kalim y lo envolvió en su tela.

—Gracias, amiga, ¡nunca más te volveré a fallar!— dijo Kalim correspondiendo al cariño de la alfombra, —Ahora… necesito que me hagas un favor— al decir esto el objeto se separó enojada, con señas parecía decirle "Después de lo que hiciste, ¿crees que te ayudaré y ya?"

Kalim junto sus manos implorando porque aceptará, la alfombra hizo un movimiento parecido a un encogimiento de hombros, "Bueno" expreso con mímica.

Mientras tanto, en el comedor, los chicos ya estaban cansados, con la intervención de Jamil habían logrado resistir; sin embargo, su suerte no parecía querer durar mucho más tiempo. Heishan estuvo por golpear a un chico de segundo cuando algo nublo su vista.

Jamil supuso que esa era la señal, —Scarabia, retirada— ordeno a los demás, estos de inmediato obedecieron y comenzaron a dirigirse a la salida. Kalim también apareció, pero este iba en dirección a tomar la espada que aún seguía clavada sobre una de las mesas.

Por un momento Heishan quedo libre y pudo ver lo que pasaba, al notar las intenciones de Kalim tomo con ambas manos a la alfombra y la estrujo, —Igual de traidora como su dueño— dijo arrojando al objeto lejos de él.

A pesar del gran salto que dio, no fue suficiente para evitar que Kalim tomara su espada, —Je, como sea, no la necesitó para matarte— decía de forma retadora el exlíder, —Menos mal, yo la necesitó para detenerte.

Ambos líderes comenzaron a pelear, la espada resulto una gran ayuda para el menor, aunque no pudiera blandirla correctamente contra Heishan si le ayudaba a bloquear los hechizos que este le lanzaba. 

—¿Por qué insistes en luchar?— con furia Heishan veía retadoramente a Kalim, —Porque te lo debo— la respuesta confundió al exlíder. —Tú… no merecías lo que mi familia te hizo, pero insistes en seguir con este odio…— decía Kalim.

De alguna forma Kalim comenzó a ganar terreno, poco a poco hizo retroceder a Heishan hasta llegar cerca de la chimenea, —Si no quieres entender por las buenas…— viendo que la alfombra tomaba su posición Kalim se dispuso a dar los últimos golpes, —¡Te haré entender a golpes! ¡Lo siento por esto!

La alfombra voló a nivel de piso haciendo que Heishan se tropezara con esta, momento que Kalim, reuniendo todas las fuerza que tenía, lo pateara en el pecho y le hiciera caer al suelo, clavo con la espada una parte de su ropa a las baldosas del piso.

—¡OASIS MAKER!— usando su magia única hizo aparecer un río a mitad del comedor, el cual impacto con gran fuerza contra el exlíder haciendo que se estrellara contra la chimenea. 

Kalim respiraba agitado, Heishan callo al suelo, trato de levantarse, pero no pudo hacerlo. 

Un griterío asustó al peliblanco, sus compañeros lo rodearon jubilosos, las felicitaciones iban y venían, aunque feliz Kalim se sintió mareado con toda la atención. —¿Estás loco?— llegaba hasta él su vice líder, Kalim sonrió nervioso.

—Supongo… que ya debería estar acostumbrado— resignado Jamil solo le sonrió.

Cuando los vítores bajaron, todos voltearon a ver al overblot inconsciente, —¿Qué hacemos con él?— pregunto Reda aún enojado, —Tranquilo, no creo que intente otra cosa— respondió Kalim tranquilo.

Heishan comenzó a despertar, aún estaba en el piso cuando un sonido capto su atención, al levantar la vista vio cómo las paredes de la chimenea se comenzaron a agrietar, antes de que pudiera reaccionar estas se vinieron abajo, creando una nube de humo.

Los estudiantes comenzaron a toser, —¡Eso no debía pasar!, ¡Heishan!— grito Kalim corriendo a ayudar al exlíder. Ninguno de los chicos daba crédito a lo que pasaba, resignado Jamil únicamente siguió a su amo —Vallan por un botiquín— ordeno a los chicos de su dormitorio, entre los dos quitaron las piedras que cubrían a Heishan.

Finalmente, encontraron al exlíder, quien débil había vuelto a su forma original, —Resiste Heishan, ya viene la ayuda— decía Kalim preocupado, —¿Si recuerdas que solo hace cinco minutos intentaba matarte verdad?— le recordaba Jamil.

Ambos chicos volvieron a discutir, aprovechando la distracción, Heishan intento usar un hechizo de oscuridad para herir al peli blanco; sin embargo, mientras más se repetía que quería odiar al chico los recuerdos de sus pláticas, el poco tiempo que convivieron en la montaña, incluso las palabras dichas en la pelea volvían a su mente con mayor fuerza.

Suspiro resignado, —Es inútil— dijo para sí mismo Heishan; sin embargo, su frase llamo la atención de los otros dos. Notando la mirada de los menores, el chico comenzó a explicarle a qué se refería.

—Quería odiarte, quería que pagaras por lo que tu familia le hizo a la mía… pero odiarte no se siente bien, no cuando fuiste el único que me hizo olvidar el odio— dijo más relajado Heishan, su mirada era triste pero serena.

Kalim se acercó al exlíder, aun con la espada de este en sus manos, —Perdón… por usarla en tu contra— dijo poniendo el objeto cerca del chico, este río bajo. —Está bien, después de todo, fue hecha para que un líder de Scarabia la portara.

Los menores lo miraron confundido.

DaShan, Scalding Sands, ochenta años atrás.

Un padre y su hijo revisaban un campo de cultivo, no todas las plantas se habían dado, el niño de ocho años miro a su padre preocupado, —Tranquilo Xiao Ying, nunca habíamos hecho esto, pero aprenderemos— tranquilizaba el líder a su heredero.

"Mi clan era originariamente nómada, cuando cumplí los cinco años, mi padre, el nuevo rey de las altas montañas, decidió que era momento de establecernos en un solo lugar. Al principio no fue fácil, mi pueblo careció de muchas cosas, pero supimos salir adelante.

El día que la carta de Night Raven College llego fue toda una sorpresa, era la primera vez que alguien era invitado a acudir al colegio. Al principio no quise aceptar, estaba más preocupado por mi familia y mi gente; sin embargo, mis padres me convencieron con la idea de que de esta forma ayudaría más al clan".

Unos chicos se estaban peleando en los pasillos, un alumno de Pomefiore trataba de separarlos, pero los otros dos no le hacían caso. Heishan vio esto, activando su magia única logro separarlos por la fuerza.

—Gracias em…— decía el chico de Pomefiore.

—Heishan Ying, primer año, estoy en Scarabia— se presentaba el chico.

—Mozus Trein, también de primero.

—Es todo por el entrenamiento de hoy, vayan a ducharse y prepárense para la cena— decía Heishan al frente de un grupo de primero en su dormitorio, por petición de su líder, había estado ayudando a sus compañeros menos atléticos.

Mientras se retiraban y algunos agradecían por el entrenamiento, el líder de dormitorio se acercó al menor, —Nada mal, esto hace más fuerte mi deseo de nombrarte como mi sucesor— decía sonriente el chico; sin embargo, Heishan no se veía feliz.

—Ara, no esperaba que saltaras de alegría, pero sí algo más… de emoción— decía el mayor. Heishan lo miro un poco avergonzado, —No es eso… pero con la ayuda que le doy a mi familia y la escuela no sé si sea el mejor candidato.

El líder de dormitorio palmeo su hombro, —Estoy seguro de que podrás, ya tienes la lealtad de los chicos— volvía a animarle el mayor.

"Quisiera o no mi candidatura fue aprobada, en realidad no fue para nada algo malo, incluso con mi nuevo título pude cambiar el clima, algo de frío no hace mal a nadie. Los días en Scarabia fueron los mejores. Tener la lealtad de mi dormitorio fue una fortuna…, ya que lo que vino después hizo que ganara muchos enemigos gratuitamente".

Heishan volvió a casa para las vacaciones de invierno, era su segundo año. Mientras caminaba rumbo a su aldea, una estructura a medio construir llamo su atención, no le dio mucha importancia. En la entrada de DaShan su gente lo rodeo.

Muchos decían que por fin habría una solución, otros que finalmente el trabajo volvería, otros más afirmaban la salida de los Asim de las montañas. Al llegar a la choza del rey, sus hermanos lo recibieron felices.

—Dage, ¿verdad que tú y papa acabaran con los Asim?— decía una niña de diez años. Heishan no entendía nada, un carraspeo hizo que todos los infantes guardaran silencio, su padre lo veía preocupado.

Heishan estaba terminando otra muñeca de trapo, había conseguido la tela rosa para el vestido en un mercado, el cabello negro se agitaba con el viento de la montaña. Su padre se acercó, —¿Hasta cuando vas a estar enojado conmigo?— preguntaba el rey después de suspirar.

—¿Cuándo pensabas decirme que el clan se podría quedar sin trabajo por ese acueducto?— decía Heishan sin molestarse en mirar a su padre, este volvió a suspirar, —No quería preocuparte estando tan lejos, además… los Asim accedieron a oír mi trato, todo saldrá bien.

"Mi padre era un líder sabio, pero ingenuo. Volver al colegio se tornó un infierno, si no eran las malas noticias eran los idiotas que gustaban de juzgar".

—Maldito salvaje— grito un chico mientras le lanzaba un huevo a la cara, Heishan logro esquivarlo; aun así, la acción era humillante. —¿Por qué no se regresan tú y tu gente a la cueva de donde salieron?— coreaban otros repitiendo la acción.

Los Asim se habían encargado de comprar a la mayoría de los medios de comunicación para ponerlos a su favor, la familia que quería traer el futuro a su aldea eran atacados por un clan de bárbaros, eso era lo que los periódicos vendían.

—¡Dejen al líder Heishan en paz!— varios alumnos de Scarabia se pusieron frente al chico, lo conocían y admiraban, ellos a diferencia de la mayoría sabían lo que realmente pasaba entre los clanes.

Era la hora de la cena, Heishan ya rara vez salía del dormitorio, era constantemente atacado y no quería que sus estudiantes se vieran envueltos en peleas por su culpa. —¿Qué les parece si pongo algo de música?— decía un chico trayendo una radio consigo.

Heishan solo comía, agradecía que los chicos trataran de animarlo, pero la preocupación y el resentimiento no lo dejaban tranquilo. De repente la transmisión se cortó, un reportero comenzó a dar una nota alarmante.

"No puedo creer lo que pasa, creía que los tiempos de las guerras habían terminado, varios hombres a caballo se están enfrentando a los pies del territorio de DaShan… o por dios, ¿eso fue una bomba?"

Heishan se quedó helado, oír las explosiones y la gente gritando lo aterro, —¡MI FAMILIA!— grito corriendo a la salida del dormitorio, el resto de estudiantes lo siguieron tratando de calmarlo.

Antes de que lograra cruzar el espejo de regreso a la escuela, varios alumnos se interpusieron, —Por favor, no me hagan pelear con ustedes…— Heishan hacía un gran esfuerzo por no activar su magia única.

Los estudiantes se miraron los unos a los otros, dos de ellos se pusieron frente a su líder, —Sabemos que no podemos detenerlo… y que no somos de ayuda, pero al menos queremos darle esto— decía uno de ellos, el otro descubrió un objeto que llevaba envuelto.

Brillaba intensamente, el filo era algo tosco e incluso tenía una forma poco convencional, —Nos esforzamos por hacerla a escondidas, todos cooperamos para reunir el metal… al menos una parte de Scarabia luchará a su lado— ofrecía el chico la espada a su líder.

Heishan la tomo con cuidado, no podía creer cuanto aprecio había generado en esos chicos, —Si en esta vida ya no puedo verlos, sepan que la lealtad, la valentía y la verdad que me han demostrado vivirá en el filo de esta espada.

Con una rápida despedida, Heishan abandonó el dormitorio y la escuela, a la cual nunca pudo regresar.

Comedor, presente.

Aunque sabían la historia, los líderes actuales de Scarabia no pudieron evitar sentirse nuevamente mal por ese pasado oscuro del clan Asim, Heishan poco a poco se sentía más débil, su hora había llegado nuevamente.

—El resto ya lo saben, perdimos contra los Asim… nadie de mi familia sobrevivió…— finalizaba su historia Heishan. Kalim estaba silencio, había querido solucionar el mal que su familia había hecho, pero ya no quedaba nadie a quien poder retribuir lo pasado.

—Lo siento tanto…— lloraba Kalim, Heishan lo miro sorprendido, suspiro, se esforzaría por curar esa herida con su último aliento

—Tú no deberías disculparte, nada tienes que ver con ellos… pero si aún quieres enmendar el pasado, entonces cumple con algo…— se esforzó por tomar el mango de la espada y se la ofreció al chico.

—Esta espada fue hecha para un líder de Scarabia, yo no logre salvar a mi clan, así que en nombre de ellos, usa esta espada para que la injusticia que vivió mi pueblo nunca se repita.

Kalim tomo la espada con ambas manos, hizo una venía al exlíder aceptando lo dicho. Heishan rio, —Quien diría, que al final un Asim lograría convertirse en mi amigo— dijo sonriendo.

—¿Me consideras tu amigo?— pregunto ilusionado el menor; sin embargo, nunca obtuvo respuesta, Kalim llamo a Heishan sin obtener palabra alguna, Jamil miro con tristeza cómo su amigo lloraba con más fuerza sobre el cuerpo del exlíder.