-Alice- me podrías contar de lo que sería un día perfecto para ti?
-.... Supongo que el de todos no?
-Alice-... Tal vez no he sido clara contigo, no tienes que tratar de parecer común, la realidad es que nadie es igual. Tal vez muchos tienen gustos similares, a mi me gusta el café, a mi esposo le da náuseas el sabor, pero casi a todos mis compañeros de trabajo les encanta. Eso no hace a mi esposo extraño , o a nosotros. Eso nos hace personas. Solo los robots tienen los mismos gustos. Y eso es porque siguen un código que se les ha impuesto. No trates de parecer normal. Eso no te hace normal. No hay un tipo de gusto que sea considerado normal. Solo son.. Gustos.
-...
-Alice- bien entonces de nuevo, me podrías contar de lo que ser...
- Un lugar lejos de un hospital. Donde sea considerado sano y no me vigilen. Donde confíen en mi criterio. Y poder estar sentado en un lugar como... Una playa. Donde el sol está apunto de meterse. Quiero poder verlo sin que alguien me diga "ya es hora de dormir" quiero comer comida chatarra y no medir las calorías de cada platillo. Y poder hablar con personas sanas. No una vez al mes.... Todos los días... ¡NO! cada 5 minutos... Todo el tiempo.
El joven voltea a ver a Alice quien lo ve con tristeza. Los ojos de Vermothel brillan y poco a poco se derriten. Alice acerca sus manos y seca sus lágrimas.
-Alice- lo lograrás
Vermothel se suelta en llanto mientras los ojos de Alice se humedecen.
-Alice- cuando salgas, tal vez yo te lleve a un lugar parecido. ¿Te parece?
"Mentiras!, nunca saldré de aquí, y el solo hablar de tal cosa me da falsas esperanzas y luego me recuerda que nunca pasará."
- Claro....
-Alice- bien... Creo que hemos terminado, ten! Esta esta mejor
Alice le ofrece una paleta en forma de sandía cubierta de polvo rojo.
-tal vez lo único bueno de estas cosas
-Alice- no digas eso
Ambos sonríen. El se despide con un abrazo y se va. Camina hacia su habitación y mientras tiene la manija en sus manos escucha esa voz. La voz de la bella joven que había visto antes en el jardín de reposo.
-la joven- Ella me dijo que le trajera esto. Dijo que era importante. No está?
-enfermera-no habías venido ayer? Porque no se lo diste entonces.
- la joven - la vi por pocos segundos y en el momento no se lo pude dar, pero me dijo que era urgente.
-Damira- es ella? Hace mucho ruido, no es tan perfecta como dijiste.
-callate!
-la joven-..... Disculpa?
-aaaamm.. A quién buscas, tal vez te pueda ayudar
La joven lo observa por unos segundos y se voltea hacia la enfermera con la que mantenía una conversación. Vermothel la observa decepcionado. Una enfermera se acerca a Vermothel y lo toma del brazo con fuerza mientras lo arrastra hacia su habitación y lo encierra.
- enfermera-debes de entender! Que la gente de fuera te vea como alguien peligroso o a lo mucho con lástima. Esa chica jamás te dirigirá la palabra si no está siendo obligada, escuchas!?
- entiendo.
-enfermera- Bien!
Seguido de su respuesta la enfermera sale de su habitación y la bloquea por fuera.
-Damira- esa chica es problema
-....
Damira arrepentida de sus palabras se acerca unos pasos a él.
- Damira-No te sientas así, las personas juzgan a otras por las apariencias, dándose que ese fue el caso. Se puede arreglar con facilidad, no es así?
-... No son apariencias, soy un paciente en un hospital psiquiátrico, que tanto puede aprender de mí, ni siquiera he visto una vaca real en mi vida. De pronto se escucha un toquido en la parte de cristal de la puerta. No se puede ver nada más que una silueta a través.
- la joven--Estás bien?
Vermothel reacciona instantáneamente a su voz. Su expresión cambia al igual que su ánimo.
-.....
-la joven-.... ¿Sabes quien es Alice Dannnengberg?
-... Si!..... Digo, la conozco, ella está en la habitación que tiene el número 215 en la puerta.
-la joven--gracias!, me llamo Salem.
-yo.... Yo me llamo Elías.
-Salem- gusto en conocerte Elías.