La segunda vez que disparó, Agatha cubrió sus oídos por adelantado.
Entonces vio una escena increíble.
No había el trabajo de carga interminable que ella esperaba. Gigante como parecía el largo tubo de metal, en realidad no era tan pesado como parecía. Cada disparo parecía sacudir la tierra. Sin embargo, su base permaneció absolutamente inmóvil, como si la tubería y la base no estuvieran relacionadas en absoluto. El tubo largo fue rápido y preciso cada vez en términos de retroceso y restablecimiento, y este proceso ni siquiera requería control humano: solo tres de los cuatro operadores estaban ocupados trabajando, mientras que el comandante Hacha de Hierro ni siquiera necesitaba dictar órdenes verbales.
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