Yale no pudo reaccionar cuando escuchó las últimas palabras de ese niño.
Desde el principio, Yale había pensado que el niño era su descendiente del futuro, pero nunca pensó que el niño era él mismo en el pasado.
Aunque Yale no recordaba haber estado antes en la Frontera Intemporal, sabía que su vida pasada había estado allí antes y aún le faltaban muchos recuerdos, por lo que no le era imposible creer que podía encontrar su sombra pasada.
Sin embargo, el niño de pelo blanco era una verdadera conciencia y no una sombra, y conocer la verdadera conciencia de su pasado era algo que superaba con creces las expectativas de Yale.
—¿Lo dices en serio?
Yale sabía la respuesta a esa pregunta, pero fue incapaz de abstenerse de hacerla.
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