webnovel

La huida

Es mejor asi. Supongo que la casa de la bruja es mi mejor opcion por ahora. De seguro ella me ayudara y podre deshacerme de la visita inesperada de la Diosa, despues de todo yo no pedi verla y no le prometi nada tampoco. Me mantendre al margen de las cosas y si la Diosa no me busca mas, estare muy agradecida.

Decido adentrarme al sendero a pie, envuelta en mi capa, y una neblinilla cubre el piso; mientras el viento mese las hojas de los arboles y la luna, con la poca luz que logra penetrar la espesura de los arboles,alumbra mi camino, escucho a lo lejos el aullar de los lobos. El bosque es demasiado espeso y las sombras me juegan malas pasadas, a lo lejos veo que la niebla comienza a espezar, conforme avanzo, poco a poco comienzo a quedar envuelta en ella. La casa de la bruja quedaba a medio dia de camino, recorriendolo a caballo, pero yo iba a pie, asi que me tomaria mas tiempo en llegar. La luz de la antorcha de la casa de los Castillo se alcanzaba a medio dibujar en la lejania, asi que sabia que el paso al que iba estaba bien. Tan pronto llegara a la reja de la entrada,donde estaba la antorcha y la pasara, la oscuridad y la niebla volveria a ser lo unico que me acompañaria el resto de mi viaje, esperando que todo transcurriera sin complicasiones. Tomo una empanadilla de mi bolso, y comiezo a deborarla, el camino esta siendo demaciado largo para ser de noche, el calor del dia no estaba y aun asi unas perlas de agua mezclada con el sudor, surcaban mi rostro. Pero me consuelo a mi misma diciendome que, una vez llegada a la casa de la bruja, todo estara bien.

Pasando el camino principal, me desvio de el y me sumerjo en la espesura del bosque, donde los troncos caidos son comunes y los animales hacen en ellos sus nidos. Tratando de no tropezar y pegarme con alguno, escucho los lobos aun mas cerca y un terror se apodera de mi. Las manos me sudan y un grito se queda atorado en mi garganta, haciendo que sude frio y mis rodillas tambaleen. Esperando no encontrarme con esas crituras salvajes, y sin lograr ver que hay mas aya de mi mano frente a mi cara, choque con algo que hizo que cayera inconciente.