Tang Lingyun reaccionó e inmediatamente rugió —¡¿Cómo que mi hermana es fea?!
Qiao Xi alzó las cejas. Parecía que Tang Lingyun sabía muy bien en su corazón que la Señorita Tang Ruge parecía muy ordinaria. Solo parecía un poco más erudita, por lo que se veía indiferente y elegante.
La expresión de Tang Ruge se oscureció. Tang Lingyun gritó —¡Deja de decir tonterías! ¿Vas a apostar o no? ¡Si pierdes, quiero el collar de esta mujer!
El collar que llevaba puesto Qiao Xi era una reliquia de Xia Yunqiu, el Corazón de Rosa. Anteriormente, cuando la Anciana señora Yin vino, le había instruido que llevara este collar.
La leyenda decía que una hebra del alma de un pariente fallecido permanecía en el Corazón de Rosa. Cuando el portador estuviera en peligro, este último soplo del alma podría asegurar su seguridad. La Anciana señora Yin creía que el alma de Xia Yunqiu en el cielo definitivamente protegería a Xi Xi, así que le pidió a Qiao Xi que llevara este collar.
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