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Capitulo 53

Beatriz sonríe al ver aparecer entre las nubes la ciudad de Río de Janeiro. Mira a Flávio que duerme plácidamente ao seu lado. Ese viaje para o Peru fue muy agotador para ele. Bee toca la cara de su esposo haciéndolo despertar e besa la mano de su esposa, sonriendo.

— Hogar, dulce hogar - comenta Flávio besando los labios de Bee.

— Sim. - responda Beatriz, mirando uma vez más por la ventana.

La ciudad te da la bienvenida con su intenso calor y su cielo azul. Los dos caminan hacia el automóvil estacionado y pronto llegan a la mansión de la familia Wilkinson. Cada vez que Bee llega a la mansión, suspira como si fuera la primera vez. Toma la mano de Flávio y entra siendo recibida por Leninha que se acerca com los ojos muy abiertos.

— Dona Beatriz, te ves tan hermosa. - alaba Leninha, sosteniendo la maleta de su ama. Camina al lado de Bee mientras habla de los eventos: doña Sônia llamó diciendo que a próxima semana está em la ciudad, doña Miranda también llamó para ver se ya estaban en casa. Y también llamaron de la tienda de antigüedades de Seu Flávio. Y el almuerzo ya está servido.

— Gracias, Leninha - gracias Flávio, tocando el hombro de la sirvienta — Si alguien llama, dile que todavía no llegamos y almorzamos en das horas - termina siendo mirado por la sirvienta, confundido.

— Gracias, Leninha. – responde Beatriz, siendo praticamente empujada hacia la habitación por Flávio.

Cierra la puerta y sostiene a su esposa en sus brazos haciéndola sonreír. Flávio besa a Bee y la lleva a la cama, donde se acuesta con ella.

— Solos por fin – dice Flávio, tocando los botones de la blusa de Beatriz — Lejos de nuestra realidad...

— Pero estuvimos solos toda esta semana – recuerda Beatriz — De hecho, siempre estuvimos solos...

— ¿Algo te esta molestando? – pregunta Flávio, levantando una ceja.

— Não… Solo… Fue un reflejo – responde Beatriz, mordiéndose el labio. Ella sostiene el cuello de su esposo: no puedo tener suficiente de estar a solas contigo.

— Esta es mi chica – comenta Flávio besando a Beatriz.

****

Después das horas de descanso, Beatriz e Flávio bajan e almuerzan tranquilamente no jardim. Se está chegando de las pifias que cometieron in Lima, cuando suena el telefono de Flávio. Él resopla, mirando a su esposa, diciendo con los ojos "de vuelta a la realidad", e contesta o telefone:

— Dile a Luiz – Flávio al socio del anticuario — Hmm... No hay manera de esperar hasta mañana... Entiendo que é una cuenta grande Luiz, pero sabes que não é una prioridad para mí... Ahora. – sonríe y toca la mano de Beatriz, quien lo mira con curiosidad — Luís... Lo sé... Iré para allá, pero solo me quedaré media hora... Una hora... Solo una hora... No me quedaré más tiempo que eso... Adiós – termina casi tirando su celular sobre la mesa.

—¿Problemas? – pregunta Beatriz, limpiándose los labios.

— Nova conta. Te prometo que volveré lo antes possible – garantiza Flávio besando a su mujer. Se levanta e caminha hacia las escaleras.

Beatriz permanece sentada, admirando el jardín y pensando na conversação anterior. Nos últimos meses tem sentido a sensação de que falta algo em sua vida. Não es que Flávio no la hiciera feliz, pero se sentía incompleta. Ella niega con la cabeza, alejando sus pensamientos e se levanta para se preparar para ir a Decor & Heels para ver como está nas cosas e passar o tempo.

****

Beatriz llega a la empresa y va diretor a su oficina. Los empleados seguían disfrutando de las férias coletivas regaladas por los dos amigos. Tan pronto como enciende su computadora, la foto sonriente de Ashley aparece como su salvapantallas. Bee toca el monitor sonriendo, encantada e extrañando a su ahijada. Está tan distraído que se sobresalta cuando escucha que alguien llama a la puerta de su sala de estar.

— ¡No puedo creer que estés aquí!— exclamação Beatriz desde su mesa al ver a Sonia de la mano de la pequeña Sofía. Le tiende los brazos a la niña pelirroja de tres años que corre hacia ella sonriendo. Bee la toma en sus brazos y la colma de besos — ¡Qué hermosa te ves, Sofía!

— Y traviesa - completa Sonia, praticamente tirandose en la silla. Se abanica con cansancio — Tiene todo el vuelo listo.

— ¿Cuando llegaste? – Pregunta Beatriz, curiosa, besando la mejilla de Sofía — Leninha dijo que vendrías recién la próxima semana.

— urgente que tratar contigo - explica Sonia misteriosamente.

—¿Que tema? – pregunta Beatriz,

— Como sabes, vivo más em París que aquí, ya que la mayoría de las empresas para las que trabaja mi esposo están allí. De hecho, solo vengo aquí por Decor – afirma Sônia, limpiando la cara de su hija — Así que decidí que era hora de tomar una decisión en mi vida: te paso mi parte de la empresa.

- That? – grita Beatriz, sorprendida por la noticia — ¿A qué te refieres? ¿Te encanta la compañía? ¿Estás seguro de que lo pensaste bem?

— Beatriz Gouvêa Wilkinson, estoy segura. Me gusta la compañía, pero amo a mi familia. Quiero participar en el crecimiento de Sofia y sin mencionar que esta empresa siempre ha sido más tuya que mía. Además, ni siquiera te di un regalo de bodas... Así que este será mi regalo.

—No puedes hablar en serio... Esto... ¿Estás seguro? – pregunta Bee mirando la sonrisa en el rostro de su amiga quien asiente. Ella contiene las lágrimas — Ya que es serio… Haré la cena en casa para ti. Te extrañaré - confiesa Bee llorando. Mira a Sofía, y mucho de esa jovencita.

—Pero vengo aquí, amigo. Sólo menos que ahora.

—Está bien . - acepta Bee, sonriendo.

— Bueno, me tengo que ir - dice Sonia, tomando a Sofía en sus brazos. Se pone de pie y explica—Tengo que ver a mi madre y darle la noticia.

— Está bien, nos vemos en la noche - se despide Beatriz, recibiendo un adiós de Sofía. Sônia le da un beso a su amiga y sale de la habitación, dejando a Beatriz sola, sumida en una tristeza inexplicable — ¿Qué me pasa?

****

La cena preparada por Leninha fue tan maravillosa que al final no quedó nada. Beatriz, Flávio y Sônia con Sofia van a la sala a tomar un café y continúan la animada conversación sobre París. La única que no está muy contenta es Sofía , que llora insistentemente en el regazo de Sonia.

— ¿Ella está bien? – pregunta Flavio, preocupado.

— Esta sí. Solo extraña a su papá. Todas las noches él la toma en sus brazos y mece a la princesita hasta que se duerme – explica Sônia, meciendo a su hija — Pero conmigo llora, no sé cuál es la magia...

— ¿Puedo intentar? – pregunta Flávio, extendiendo su brazo hacia Sofía.

— Bueno, tú puedes, pero ella va a llorar tanto como yo - afirma Sônia, entregándole la pelirroja a Flávio.

Se levanta y arropa a la pequeña Sofía en sus brazos mientras tararea una melodía suave. Poco a poco Sofía deja de llorar y cierra los ojos, durmiendo plácidamente.

— Tienes que enseñarme esa magia. - dice Sonia, asombrada.

— Eso es un secreto de los hombres - susurra Flávio en broma. Comienza a caminar por la habitación bajo las miradas encantadas de Beatriz y Sônia.

— Él tiene una habilidad con los niños, ¿no es así? - dice Sonia sonriendo. Luego se da cuenta de la expresión triste de Beatriz mientras toma un sorbo de café — ¿Todo bien?

— Sí... Pero cada vez que veo a Flávio así con Sofia o Ashley, no sé... Míralo. Flávio nació para ser padre y eso se lo estoy negando.

— Amiga... No te preocupes – dice Sonia — Él sabe que no es su elección tener hijos o no, al menos naturalmente. Y él te ama de todos modos. ¿Alguna vez se ha quejado de eso?

— No... Y no creo que lo haga nunca. Pero ni siquiera lo pienso solo por él, sino también por mí. Últimamente me falta algo y creo que puede ser... Eso – explica Beatriz señalando a Flávio ya Sofia — me falta una familia.

— Entonces es hora de que lo hables – dice Sônia — Y también de que hables con Sandra y veas si eso es lo que quieres. Un hijo es un paso muy serio y definitivo.

— Lo sé… – coincide Bee — Por eso estoy confundida, porque va a cambiarlo todo. Y nos afectará a los dos. No seremos solo Flávio y yo libres y sin trabas, viajando por todas partes... No hay mucho de qué preocuparse... No sé si Flávio también querrá renunciar a esta vida juntos por un hijo...

— Amigo – llama Sonia — Habla cuanto antes con él y averígualo. No sigas pensando en las posibilidades y ve tras la certeza.

— Tu bella princesa se durmió — advierte Flávio, acercándose a sus amigos.

— Que bueno. Gracias, Flávio – gracias Sônia, tomando a su hija en brazos. Ella sonríe y comenta — Hice bien en elegirlos a ustedes como padrinos de Sofía.

— Les agradezco la confianza — dice Flávio.

— Me tengo que ir — informa Sonia levantándose — Tengo mucho que empacar antes de irme a París.

— Fue genial verte amiga - dice Bee abrazando a Sonia y pasando su mano por el rostro de Sofia — Espero que la próxima vez nos veamos allá en París.

— Te espero allí - dice Sônia, caminando hacia la puerta al lado de Beatriz. Cuando están cerca del auto de la pelirroja, ella dice— Habla con él y luego dime qué piensas hacer". Te estoy apoyando.

— Gracias amiga - gracias Bee abriendo la puerta a Sonia. Tan pronto como su amiga acomoda a Sofía en el asiento trasero, Beatriz dice: Oren por mí.

— Me iré - dice Sonia, saliendo con el coche.

Beatriz respira hondo y camina hacia la mansión, pensando en la decisión que está a punto de tomar.

****

En cuanto Beatriz entra en la habitación y oye correr la ducha, Flávio se está duchando. Se sienta en el tocador y se quita las joyas con calma, mientras recorre mentalmente la conversación. En su cabeza, trata de encontrar varias respuestas que daría Flávio, incluso las de que al final está en contra de tener un hijo. Está tan absorta en su discusión imaginaria que se sobresalta al sentir las manos firmes de Flávio tocar sus hombros y masajearlos.

— ¿Qué te preocupa, Beatriz? – pregunta Flavio, serio. Toca la mano de su marido y la besa. Ella respira hondo y lo mira nerviosa — ¿Qué fue, mi amor? Y no digas que no es nada, porque puedo ver en tu cara que algo anda mal...

— No está nada mal... En realidad, la conversación no debería empezar así - responde Beatriz, mordiéndose el labio.

— ¿Qué conversación? – pregunta Flávio levantando una ceja — ¿Qué hacías en tu cabeza con mi yo imaginario y sexy?

— Sí... - susurra Bee — Pero no me dejaste terminar.

— Está bien, haremos lo que está en tu cabeza – propone Flávio, alejándose — En tu cabeza, ¿dónde estoy?

— Sentada en la cama - responde Beatriz señalando su cama — De tu lado, terminando de leer El corredor de las cometas...

— Pero voy por la mitad… – argumenta Flávio, tomando el libro — ¿Será por la mitad?

— Él puede.

— Cierto — Flávio se arrojó sobre la cama y fingió leer el libro — Ahora te toca a ti.

Beatriz se levanta del tocador, se sienta al lado de Flávio y le toca la pierna, llamando la atención de su marido. Ella le sonríe a él que la mira fingiendo curiosidad. Ella respira hondo y dice:

— Flavio, he estado pensando...

— Hmm… - dice Flávio, recibiendo un golpe en el brazo otorgado por Bee — ¿Qué pasa?

— Flávio es un asunto serio y en mi mente no haces Hmmmm - afirma Bee — Adelante. He estado pensando en un asunto muy serio. De hecho, en los últimos meses esto me ha conmovido mucho... Es tan difícil hablar de eso... Sé que dije que estaba lista para tener una vida solo nosotros dos... Y tú dijiste eso también, pero... Creo que es hora de reevaluar nuestra decisión.

— Continúa, Beatriz - dice Flávio, serio.

— Flávio, estoy pensando que es hora de que tengamos un hijo. Sabes, no puedo dejar de pensar en eso. No sé si esto te está pasando a ti. Pero me he estado sintiendo incompleto. No es que seas tú, pero miro esta casa, nuestra vida... Y... nos extraño más... ¿Entiendes? En mi mente estaba siendo más claro...

— Estás siendo - alega Flávio. Se mete en la cama y dice — Quieres un bebé y eso está bastante claro.

— Quiero saber qué piensas al respecto… Y quiero que seas honesto - pide Beatriz, mirando fijamente a su esposo. Esa parte de la conversación en su cabeza no terminó bien.

— Se você quer saber se está na lista para ter um filho: Não direi que está na lista para ter um filho. De hecho, no creo que nadie é 100% listo para tener un... - comienza Flávio, serio — Si quieres saber si quiero tener un hijo... Yo quiero, pero esta decisão não é justa. depende de mi, o solo de ti. . Somos una pareja y mientras no quisieras que lo hiciera, mantendría la calma. Y você nunca lo tuviéramos, tampoco seria um problema para mim. Después de todo, prometí que tendría una vida contigo.

—Entonces... ¿quieres tener un hijo? – pregunta Beatriz nerviosa.

— Quiero tener un hijo contigo, Beatriz. – dice Flávio, sosteniendo la mano de sua esposa — Pero quiero saber si estás listo para esto.

— ¿Como es eso? – pregunta Bee sin entender la pregunta, ya que a ella se le ocurrió la idea.

— Es un paso importante en nuestras vidas. É uma eleição que não podemos voltar atrás. Tener un hijo cambiará mucho y debemos estar preparados para todo. Aunque no resulte... ¿Tem pensado nas alternativas que quieres para tener un hijo?

— Todavía no - admit Beatriz — Pero pienso en la adopción. Quiero tener un hijo, pero quiero que entienda toda la situação y sente que queremos muito, aunque no salga de mí.

— Todo bem. Como quieras, mi amor – responde Flávio, besando la mano de Bee — Lo haremos a tu manera... Quiero que sepas que hablar conmigo me hizo muy feliz.

— Saber que tu también queres un bebé me ha hecho mucho más grande. - dice Bee, besando los labios de su esposo.

— Bee... Mi vida eres tú. Y todo lo que salga de los dos será prueba de lo grande que es nuestro amor.

— Te amo .. - declara Abelha.

— Yo también te amo - responde Flávio — ¿Quieres hablar con Sandra sobre eso y ver qué piensa?

— Não, esta vez a decisão será de nosotras dos - explica Beatriz.

— Bueno, entonces creo que deberíamos investigar muito a respeito, buscar informações e después de analizar muito, tomar a decisão final.

- Porque? – pregunta Beatriz, confundida. Estaba segura de que lo había hecho, pero ahora parcía que se estaba echando atrás.

—Porque es una decisão que cambiará nuestras vidas para siempre. Quiero tener un bebé contigo, pero también quiero saber más sobre todo el proceso y lo que puede o no pasar. Hay muchas cosas sobre la adopción que no sabe, Bee. Y creo que deveríamos saber tudo antes de tomar uma decisão final. ¿Estás de acuerdo?

— Estoy de acuerdo - responde Beatriz, apoyándose en el pecho de su marido.

— Apuesto a que tu esposo imaginario no dijo nada de eso.

— Cállate, Flávio - deja escapar Beatriz sonriendo — Solo para enterarme al final me tiró en la cama y me amó como nunca.

— Creo que puedo superarlo — dice Flávio, arrojando a Beatriz sobre la cama.