Recomendación Musical: Antiphon de Nicholas Britell.
Al escuchar las palabras de Madeline, la habitación quedó en silencio. Nadie esperaba que la chica humana hablara de la forma en que lo hizo. La Señora Rosamunda miró a la criatura inferior, sus ojos rojos brillantes y ligeramente abiertos.
—Como esposa del Rey, y como la Reina, creo que me daría el privilegio de llevar a cabo el matrimonio sin necesidad de pedir dinero prestado ni dejar que mi familia se endeude —dijo Madeline, sus ojos fijos directamente en la Señora Rosamunda. Madeline no estaba contenta con que Beth se casara con Markus, pero al mismo tiempo, no iba a permitir que los Wilmot miraran por encima del hombro a su familia. Eran humanos, pero eran humanos respetables que no lastimaban ni denigraban a la gente.
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