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La impresionante esposa del CEO

-Jamás me llevarás a la cama. -¿Quien dijo que tendría que ser precisamente en la cama? -¡¿Que?! -Si, hay mejores opciones, como la ducha, el sofá, el piso por ejemplo. -No me cambies el tema, no dormirás conmigo- solo quería borrar la estúpida sonrisa del rostro de Tiago. Luego de que las revistas publicaran un artículo asegurando que el CEO de Grupo Navarro la empresa número uno en la ciudad es homosexual, su familia obliga a Tiago Navarro a tener citas y casarse para desmentir esas falsas acusaciones, luego de muchos intentos fallidos Tiago conoce a Sofía Scott, una joven de 22 años. Ella es parte de la familia Scott, una familia de renombre aunque no tanto como la familia Navarro, ella siempre a estado en desacuerdo con su familia y tienen peleas constantemente, para sus padres, ella es una malcriada que ni siquiera estudia aunque para su abuelo ella son sus ojos. Luego de la traición de su novio y prometido Leo Banner ella toma un vuelo a las Bahamas donde conoce a Tiago quien en verla no duda en proponerle un trato al que ella acepta sin dudar: ella fingirá ser su esposa a cambio de que él cumpla todos sus anhelo y también para evitar tener a su familia encima buscándole un nuevo prometido. Cuando Sofía se convierte en la joven señora de la poderosa familia Navarro ella se vuelve una mejor versión de sí misma, esa que no está dispuesta a volver a dejar que su familia la pisotee y que con el amor y el apoyo de Tiago esperaba salir victoriosa de todas las batallas con su familia y la de él.

Natalia_Vv · ย้อนยุค
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16 Chs

Demostrarte

Sofía

-Hola pendeja- dice Marcela desde el otro lado del celular.

-Hola boba, ¿cómo estás?- le pregunto.

-Muy bien, ¿cómo vas con lo de olvidarte del pendejo de Leo?- a ella nunca le cayó bien Leo y ya veo que tenía razón.

-Pues me voy a casar- le digo y ella grita tan fuerte que creo la escucharon del otro lado del país

-¡¿Qué?! ¡¿Con quien?!- pregunta y casi me deja sorda.

-Con Tiago Navarro, lo conocí en mi viaje a las Bahamas y ahora en dos semanas me caso- digo y ella chilla pero esta vez de felicidad.

-Ese papasito si te lo apoyo mi reina- dice ella.

-Si pero necesito tu ayuda porque me caso en dos semanas- le digo.

-¿Tan pronto?

-Si, el me dio esa fecha y quiere que me encargue de todo.

-Ok, tomare un vuelo en la madrugada y me tendrás en tu casa mañana.

-No, en realidad estoy viviendo con el desde hoy- le digo.

-Mmh, entonces me pasas la ubicación.

-Necesito que me ayudes en todo ya que dudo que mi madre lo haga- le digo siendo sincera.

-¿Por qué? Debe de estar de lo más feliz- dice ella y es que conoce a mi madre y ella es muy superficial.

-Porque hace cuatro días Tiago envió una carta a la casa diciendo que se quería casar con la joven señorita Scott y Rosa creyó que era ella, tenías que verla hasta me amenazo diciendo que me mantuviera al margen porque si ella se lo pedía a Tiago el me destruía y también discutió con Leo y le dijo de todo- digo y Marcela suelta un suspiro dramático.

-Tu hermana siempre a sido una perra- dice con diversión.

-Ella preparo todo y cuando Tiago llegó ella le agradeció y le dio un discurso barato y el le preguntó que quien era, le dijo que el no la conocía y no se quería casar con ella- digo yo y escucho a Marcela reír- ella se puso histeria y se fue llorando, cuando Tiago se fue ella y mi madre me pidieron que cancelara todo para que Rosa se pudiera casar con él.

-Es que siempre lo he dicho, Rosa es una perra y tú madre la quiere más a ella- dice Marcela.

-Si pero papá me defendió y les dijo que la única forma de que la boda se cancelara era porque yo lo quería no porque ellas me lo pidieran.

-Eso debió ser épico, ¿tú madre lo mando a dormir con el perro?- pregunta.

-No lo sé- digo- hablando de perros, aquí en la casa de Tiago hay dos, más lindos, son pastores alemanes y son una ternura- le digo y ella ríe.

-Siempre quisiste un perro y no lo tuviste porque tu hermana no quiso, ya era hora, ¿no crees?- pregunta.

-si y son muy lindos, y…- dure alrededor de una hora más hablando con Marcela, me encanta hablar con ella, es genial.

Cuando es hora de la comida bajo y preparo un postre, una tarta de manzana y huele delicioso.

-No sabía que cocinabas- dice Tiago haciendo que me asusté, el una hora después de que lo sacara de la habitación me dijo que tenía que ir a la oficina de urgencia.

-Pues si, me encanta cocinar- le digo sonriendo- ¿quieres tarta?

-Por favor- dice sonriendo y yo le sirvo un poco de tarta.

-¿Cómo te fue?- le pregunto y se ve sorprendido por mi pregunta.

-Muy bien pero fuera perfecto si mi hermano no metiera las narices en todo- me dice y yo rio- ¿y a ti?

-Bien, hablé con Marcela, una amiga y mañana viene a ayudarme a preparar todo lo de la boda- digo, el sonríe y asiente.

-Enzo ya debió de haber contratado a alguien para que te ayude, debo de preguntarle a ver qué hizo- dice el y creo que Enzo es uno de sus hermanos- ¿que te parece si mañana me acompañas y te presento a mi familia?

-Esta bien- le digo y el me pasa una tarjeta dorada.

-Compra lo que quieras y un vestido para mañana- dice, yo sonrío y le regreso la tarjeta

-No la necesito, tengo mi dinero, puedo comprarlo yo- le digo y el me mira sorprendido.

-Insisto, tómala es tuya por derecho- me dice pero yo niego.

-No gracias, yo puedo comprarlo- le digo pero el toma mi mano y pone la tarjeta en mi palma.

-Quiero que la tengas- dice y yo suspiro.

-No la voy a usar- le digo y el sonríe.

-Espero que la uses pero ya eso es tu decisión- me dice sonriendo y sigue comiendo tarta- ¿me das más?

-Claro- digo sirviéndole otra porción.

-Está muy rica- me dice sin dejar de comer.

-Gracias- le digo sonriendo.

-¿Cuántos años tienes?- me pregunta cuando termina de comer.

-22- le respondo y veo como se ahoga- ¿estás bien?

-Si, es que… eres muy joven- me dice mirándome y yo rio nerviosa.

-¿Tú cuántos tienes?- pregunto para desviar el tema.

-29 cumpliré los 30 en cuatro meses- me dice y mira a otro lugar.

-¿Puedo preguntarte algo?- le pregunto cuando se me viene algo a la mente y se que es mala idea pero la curiosidad me mata.

-Todo lo que quieras, debemos conocernos bien- me dice.

-¿Es verdad?- le pregunto y el me mira sin entender- ¿es verdad que eres gay?- le pregunto directamente, veo como entrecierra los ojos y se me acerca peligrosamente.

-No soy gay- dice muy cerca de mi y puedo jurar que da miedo, lo peor es que no siento miedo, es como si supiera que jamás me haría daño. Se me acerca al oído y con un susurro ronco y muy sexy me dice- si quieres puedo demostrarte lo hombre que soy.