Después de dejar a Harold, Alicia regresó a su cámara. Lo primero que le golpeó la nariz fue el húmedo olor del lugar. No pudo evitar preguntarse si era normal que nadie se hubiera esforzado en airear su cama durante todo el día. Todo el lugar tenía un olor desagradable, sin embargo, nadie hacía nada al respecto, y lamentablemente no podía informarlo al rey ya que los sirvientes que habían estado involucrados en el llamado accidente podrían ser castigados por ello.
Como iba a dormir en la cámara de Harold durante los próximos siete días, decidió que por el momento no se dejaría molestar por el estado de su cámara. Hablaría con Harold al respecto más tarde.
Habiendo tomado una decisión, se fue a sentar junto a la ventana donde Luciana había estado sentada antes. Frunció el ceño al pensar en Luciana y lo que había dicho acerca de la reina tratando de conseguirle una segunda esposa al príncipe Iván. ¿Qué podría hacer ella para ayudar a la pobre chica?
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