Una semana un tanto especial había pasado en la capital de todos los Youkais del mundo en un santiamén.
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La presencia de este nuevo Mago humano y misterioso que de alguna forma había arribado a Kyoto, ya era conocida en todo lo ancho y largo del mundo sobrenatural. Existieron todo tipo de pensamientos, y todo tipo de suposiciones, pero más que por ser el principal sujeto en el suceso monumental que sucedería más adelante en todo el mundo sobrenatural, su existencia en este mundo se hizo más fuerte por una simple causa.
Exactamente.
Era porque ese maldito y suertudo tipo desposó a una de las mayores mujeres, sino la mayor, solteras y codiciadas por todo tipo de seres que sabían de su presencia.
Esa era, la excelencia de los Youkais, y su líder, el Kyuubi Yasaka.
"¡Ese hijo de puta, lo mataré, ¡lo mataré!"
Algunos de los sacerdotes exorcistas más dedicados a su carrera eclesiástica, tenían pensamientos no tan eclesiásticos sobre el asunto cuando se enteraron.
"Jajajaja, quién iba a pensarlo, quién lo iba a pensar, ¡jajaja! Así que la pequeña Kyuubi finalmente consiguió pareja, ¿eh? Naturalmente, debería probar a este nuevo Mago humano, ya que de otra forma, no me sentiría muy bien por dentro, jajaja."
Entre los Dioses, uno fue especialmente sorprendido con esta noticia. Y naturalmente pensó en visitar cuando tuviera algo de tiempo el lugar de Yasaka, ya que como uno de los Ancestros de los Youkais en este mundo, sentía que la gran Líder Youkai era como su tatara-tatara nieta o algo así, por lo que se aseguraría de que no hubiera sigo parte de algún estrepitoso marco de alguna potencia mundial.
"Oh, parece que está habiendo cambios extraños en el Sur, ¿eh? Y este tipo ahora... ugh, ¡sólo pensar en lo que hizo me envuelve de envidia! Es de Yasaka-chan quién estamos hablando, ¡Yasaka-chan! Ah, por cierto, de todos modos tenía que ir en ese momento, ¿no? Después de todo, ir y proclamar algo así como la paz mundial entre las Facciones... suspiro, estos malditos chicos siempre están dándoles problemas a un viejo como yo. Por Dios."
"Padre, sé que Miguel-dono nos envió personalmente ese informe pero... aún así, es sorprendente que actualmente se siente como que el mundo se concentra en ese lugar."
"De hecho, tienes razón, ah, ese pequeño Miguel, no sólo él, sino que el tal nuevo Lucifer y el revoltoso de Azazel, tienen todo un pequeño juego aglomerado en general."
"Hmm, entonces, ¿no deberíamos mostrarle a esos pequeños personajes lo que los verdaderos Dioses son?"
"Mi amada Freya, una guerra en este momento es demasiado para mi viejo cuerpo, sin embargo, todavía estoy yendo hacia ese lugar, y de paso observaré un poco de esos Rating Game mientras estoy en ello."
"Estoy deacuerdo, mi amado, pero esto, ¿cómo conoces a esa Yasaka-chan de la que tanto hablas?"
"¿Eh? ¿Freya, activaste tu Dominio de Hielo en este momento? ¡Sorprendente mi amada, increíble! ¡Tu control sobre el hielo es incluso mejor que ese desgraciado de Belgermir! Ah, ¿te vas? No importa, ¡me voy contigo para hablar del maravilloso Dominio de Hielo de tu madre, Tho-...!"
"Lo siento padre, pero mis amigos necesitan de mi compañía en el campo de guerra, ¡hasta luego padre, madre!"
"¡Tú, malagradecido! Ciertamente no vas a un campo de guerra, ahora mismo no hay ninguna guerra, seguramente vas a tomar de nuevo... ¡Ay, qué frío! Em, mi amor, ¿quieres ir a un paseo solo nosotros dos para reavivar nuestro amor? La verdad es que hace tiempo que quería ir contigo mi amada, a un paseo así, sin nadie que nos interrumpa, y recuperar mucha pasión."
...
Al parecer, los relatos que estaban sucediendo en Japón también se difundieron bastante en el Norte.
Lo que dió cuño final sobre una hipótesis que tenían muchas personas en este momento.
Se trataba sobre que lo que sea que pasara en los próximos momentos, en los tiempos venideros, probablemente tendría cabida en la pequeña isla del Este donde se concentraban una importante parte las Facciones que gobiernan sobre el mundo sobrenatural.
Un poco extraño, pero al mismo tiempo, algo interesante.
Si, era como esas veces cuando uno se imaginaba que algo iba a pasar sólo con las más minúsculas pistas que podían existir en todo el mundo.
Y en el epicentro de la atención mundial en este momento, el cual no era el Cielo, o el Inframundo, o Asgard, se encontraba una figura, una persona, que cambiaría no sólo a la forma de ver el mundo, sino a la forma del mismo mundo en sí.
.....
"¿Pasa algo, querido?"
Claudia estaba a punto de decir algo, pero le preguntó a Alexander al notar que este levantó repentinamente la cabeza con una expresión de cejas fruncidas.
"No estoy seguro... pero en este momento, siento como que algo increíblemente extraño y molesto acaba de pasar, o que podría pasar dentro de poco."
La mano de Claudia, que ponía la taza de té sobre la mesa, tembló un poco en ese momento.
Claudia sintió que su corazón empezó a latir más y más rápido.
¿Temor?
Tal vez.
No puede ser que... él lo sepa, ¿verdad?
Realmente... ¿realmente será como Olga-sama dice?
La mente de Claudia se volvió un desastre en ese momento, porque justo cuando estaba a solas con Alexander, y justo cuando estaba a punto de hacerle una revelación impactante... todos los temores que se habían ido cuando habló calmadamente con Olga, volvieron con la fuerza de mil Dragones de Fuego al escuchar el presentimiento que Alexander decía sentir.
Supongo que...
Esto no es el momento de decirlo después de todo, ¿eh?
Para que Alexander no se diera cuenta, Claudia respiró profundo y trató de calmarse bastante sin aparentar haber estado nerviosa en primer lugar.
Y luego sonrió pícaramente mirando a Alexander, "Alex-sama, ¿tal vez no se trataría sobre esa pequeña gata problemática que hace poco has tomado bajo tu ala?"
"Uhh... eso..."
La cara de Alexander ahora mismo hizo reír un poco a Claudia, y en efecto, calmó bastante sus agitadas emociones...
...
La llegada de Kuroka a Kyoto había sido un total desastre, y su llegada al Harem de Alexander había sido otro total desastre, después de todo, ¡ella misma tenía la posible misión de incluso matar a Alexander!
Si, más como descubrir, pero también asesinar en caso de que fuese necesario.
En un principio, obtuvo el visto malo de todas las chicas de allí, lo que significaba el visto malo de todos, pero gradualmente... las personas se fueron dando cuenta de quién era esta pequeña y desafortunada chica, y cuál había sido su historia hasta ahora.
Era posible ver a Alexander riéndose levemente, viendo las expresiones de Kuroka mientras contaba de manera externa y precisa, su pasado, casi como si hubiese estado presente allí.
No sólo fue la estupefacción, sino que también fue un poco de tristeza rememorando esos momentos.
Kuroka es ahora mismo, una talentosa usuario de las artes naturales, como el Senjutsu y más importante, hechizos de sigilo de gran calidad, o sea, ella era bastante poderosa ya de por sí... pero Kuroka no nació así, e incluso ni siquiera pidió ser así.
La historia de Kuroka, y la actitud de Alexander, que le parecía tan extraña a Kuroka, hicieron que su estatus cambiara hasta ser vista con ojos cálidos.
Literalmente fue así cuando una llorosa Celestine tomó a Kuroka entre sus largos y piadosos pechos de nivel divino, llorando por el malo destino que había tenido la chica hasta ahora.
No fue sólo Celestine, las demás también reaccionaron parecido, aunque obviamente con menor intensidad.
...
"Por cierto, Claudia, ¿tenías algo que decirme antes?"
"¿Eh? ... No, ¿por qué lo preguntas, querido?"
"..."
Alexander sólo miró fijamente a Claudia, y en ese momento, ella empezó a sudar un poco.
Luego Alexander se movió para estar justo al lado de Claudia, y le tomó su mano, entrelazando sus dedos sobre la mesa, y mirándola con sus ojos azules profundo, casi como si de un mar lejano, o si de un fuego azul asiduo se tratase.
"Te conozco muy bien, mi amor. Te conozco incluso mejor que tú misma. No sólo, físicamente..." La mano de Alexander entrelazada con la de Claudia empezó a acariciar sus dedos, dándole a Claudia una sensación única, que le puso su hermosa cara toda roja, era un pequeño movimiento normal en los dedos... pero Claudia llegó a pensar que Alexander acariciaba lentamente todo su cuerpo, como suele hacer casi todas las noches...
"... Sino también mentalmente, por eso, dime lo que me quieras decir, tú eres mi mujer, y yo soy tu hombre, creo que hemos dejado eso bastante claro."
"..."
Claudia se mordió los labios, lidiando con la vergüenza, y con el nerviosismo, que hacían latir su corazón de manera diferente, pero con la misma intensidad.
"Hai."
Finalmente, con una sonrisa llorosa y pura, como una niña pequeña, ella asintió.
Claudia era una persona que cabía perfectamente en la palabra "Milf", pero ahora, su apariencia delicada la hacía parecer una joven que enamoró bastante a Alexander, porque era muy raro que Claudia, una mujer como ella, actuara de esa forma.
Y en ese momento, con dudas extrañas en su corazón, Alexander se preguntó para dentro de sí: '¿Qué es lo que quería decirme Claudia?'