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Un Viejo Conocido

Acabada la reunión, Meyer dejó el complejo militar. El sol del atardecer pintaba el horizonte con tonos anaranjados mientras caminaba por el sendero de piedra y cal que llevaba a la ciudad. Los transeúntes iban y venían, cada uno inmerso en sus propios pensamientos, mientras los titulares de los periódicos anunciaban una nueva temporada de incertidumbre. Sin embargo, para Meyer, su mente estaba enfocada en una única dirección: hacia su próximo destino.Mientras transitaba las calles concurridas, su mente repasaba las conversaciones de la reunión y las palabras de sus compañeros. Se preguntaba qué impulsaba a cada uno de ellos, qué motivaciones se escondían detrás de sus acciones y qué los mantenía unidos en tiempos tan inciertos.Al llegar a una pequeña casa de ladrillos rojos, Meyer fue recibido por una brisa perfumada a café. La joven que le abrió la puerta irradiaba calidez y afecto genuino mientras lo saludaba efusivamente. Meyer correspondió con una sonrisa sincera, pero su mente aún zumbaba con las conversaciones de la reunión. Con felicidad, la joven saludó al soldado. El resplandor del sol de la tarde se filtraba por las ventanas, iluminando la habitación con tonos dorados y cálidos.— ¡Hans! ¡Qué alegría verte! ¿Cómo has estado? ¡Hace mucho que no vienes a visitarme!Con una sonrisa igualmente radiante, Meyer asintió.— Apenas he llegado a Nueva Alberta, estaba ansioso por verte, Sarah.El aroma del café recién hecho envolvía la sala, mezclándose con el maullido de los gatos y el suave tintineo de las tazas. Los rayos del sol se filtraban a través de las cortinas, pintando patrones de luz y sombra en las paredes. Cada detalle parecía cobrar vida, desde el peculiar crujir del suelo bajo sus pies hasta el susurro del viento en el exterior traían recuerdos a su mente. Sin embargo, Hans Meyer no estaba allí para una amena conversación. Al entrar a la sala, se encontró con el Mayor Sammuelle Vandermeer, hermano mayor de Sarah. El aire se volvió denso, como si una sombra hubiera caído sobre la estancia.— ¡Hans! Me alegra verte, ¿cómo has estado? Siéntate, te sirvo un café —invitó Sammuelle, intentando romper la tensión en el ambiente.Después de unos minutos de intercambiar cortesías, Hans guardó silencio y se concentró en la mirada fija que le dirigía Sammuelle. Sacó un sobre de su bolso y se lo entregó, mientras el tintineo de las cucharillas contra las tazas llenaba el silencio.— Es sorprendente que el capitán Velázquez siga con vida, pero lo que no entiendo es la actitud de Voznikov —comentó Hans, rompiendo finalmente el silencio tenso que había caído sobre la habitación.Sammuelle sonrió con un dejo de melancolía y tomó un sorbo de café antes de hablar, su expresión grave reflejaba la gravedad de la situación.— No hay duda de que Voznikov es un hombre lleno de misterio.Hans sonrió con incomodidad ante el comentario de Sam, sintiendo el peso de lo no dicho flotando en el aire.— No hay muchos líderes de Mifdak interesados en enviar a sus capitanes de defensa, por eso Voznikov tiene miedo. Pero también podría haber otras razones para el desinterés de la CSG por enviar más tropas...Sammuelle bajó la mirada, la intranquilidad era evidente en su rostro, reflejando el peso de secretos oscuros compartidos entre ellos.— Es debido a ese documento, ¿verdad? —inquirió con cautela, como si temiera la respuesta.— Sí —respondió Hans, su voz apenas un susurro cargado de angustia—. Todavía no puedo creer haber visto esas fotografías. Cinco mil soldados desmembrados, sin siquiera una bala en sus cuerpos... Si pudiera entender cómo es posible.De repente, desde la cocina se escuchó el llanto de Sarah. Con lágrimas en los ojos se asomó hacia la sala, su figura frágil y temblorosa rompiendo la serenidad tensa del momento.— Así que solo has venido para llevarte a mi hermano, ¿no es así? —susurró Sarah con voz temblorosa, su mirada llena de dolor y desesperación.Hans intentó calmar a Sarah, mientras ella lloraba desconsoladamente, sus sollozos resonaban en la habitación como un eco de angustia.— Sarah, por favor. Sabes bien que está a punto de desatarse un nuevo conflicto —murmuró Hans.— ¡No te quiero escuchar! ¿Acaso es nuestra culpa? ¿Quieres llevar a mi hermano a sufrir otra vez? ¿No le prometiste a mi madre que nunca volveríamos a esta guerra? ¿Quieres que Sam muera como mi madre? —exclamó Sarah entre sollozos, con su voz quebrada por la desesperación y el miedo.Sammuelle gritó, evocando su desesperación.— ¡Sarah, cállate! No sabes de lo que hablas, no entiendes la gravedad de lo que está pasando en nuestro país.Sarah aún lloraba sin consuelo, su cuerpo era sacudido por los sollozos. Hans, preocupado por ella, se sentó a su lado, su presencia era una fuente de consuelo en medio de la tormenta emocional que los envolvía.— El día que tu madre murió... Prometí protegerlos a costa de mi vida. He estado con ustedes porque los aprecio. Mi querida Sarah, solo te pido que confíes en mí. Nada malo le pasará a tu hermano mientras yo esté junto a él, es una promesa —susurró Hans con voz suave y palabras cargadas de sinceridad y afecto.Sarah limpió sus lágrimas con manos temblorosas y se mantuvo en silencio, su mirada encontrando la de Hans en un gesto de complicidad y confianza. Las campanadas de las 11 sonaron en un ambiente pesado, su eco llenó la habitación con un sentido de urgencia, Hans debía marcharse. Despidiéndose de Sammuelle y Sarah, se adentró en la oscuridad de la ciudad, donde los callejones estaban plagados de basura y los susurros del peligro acechaban en cada esquina. Observaba cautelosamente su entorno mientras avanzaba, pero esa noche, sus pasos lo llevaron sin darse cuenta hasta la Viper Room, un territorio infestado de peligrosas organizaciones criminales. Fue entonces cuando unos hombres se abalanzaron sobre él, rodeándolo con miradas amenazadoras y gestos violentos.— Eres el capitán Meyer, ¿verdad? —preguntó el líder del grupo, su tono cargado de desprecio y arrogancia. — ¿Has oído hablar de la recompensa que ofrecen por tu cabeza? —añadió, apretando el hombro de Hans con fuerza.Hans suspiró profundamente, manteniendo su compostura con una sonrisa de confianza.— Mejor suéltame. Parece que no tienes el coraje para hacer gran cosa.— ¿Qué? ¿Hans Meyer cree que puede venir aquí y amenazarme? ¿En mi territorio? —el líder se rio con desdén. — ¡Estás muerto, genocida de mierda!El agresor sacó una navaja y la hundió en el pecho de Hans, pero este reaccionó rápidamente, agarrándolo del cuello y levantándolo con un movimiento poderoso. Los demás miembros del grupo retrocedieron sorprendidos al ver a su líder en peligro.— Lombardino... No mereces pronunciar mi nombre siendo un pecador. — dijo Hans con determinación, apretando la garganta del hombre con fuerza.Un crujido llenó el aire y los brazos de Lombardino quedaron inmóviles. Hans lo soltó y dejó caer su cuerpo sin vida al suelo. Sin detenerse, continuó su camino, ignorando los intentos de los otros miembros del grupo por detenerlo.Al llegar a casa, Hans retiró la navaja y su herida comenzó a cicatrizar lentamente. Se recostó en la cama y se durmió, pero fue despertado por un fuerte graznido que resonó en la habitación. Se encontraba en un barco, con la brisa marina azotando su rostro.— ¿Dónde estoy?Una mujer estaba a su lado, y cuando Hans la miró, vio una joven hermosa con cabello dorado y ojos brillantes como diamantes. Sin embargo, su expresión era siniestra, llenando a Hans de inquietud.— ¿Quién eres tú? —preguntó Hans con desconcierto.— Hans Meyer... No, tú no eres Hans. —respondió la joven con decepción.— ¡¿Entonces quién soy?! —exclamó Hans, confundido y alarmado.La joven cambió de apariencia, convirtiéndose en una niña pequeña junto a una pareja de ojos vendados.— No, tú no eres Hans. —repitieron con solemnidad.— ¡¿Qué quieren de mí?! —preguntó Hans, sintiendo la angustia apoderarse de él.El barco se detuvo repentinamente, y en ese instante, una bandada de cuervos blancos y negros se abalanzó sobre ellos. La pequeña niña se acercó a Hans, tomó sus manos y le suplicó:— Sálvame, ¡sálvame por favor, Hans Meyer!Hans cayó de la cama, angustiado, mientras abría desesperado las ventanas de su habitación.— No puede ser... Ese maldito sueño otra vez...Información Relevante:Viper RoomLa Viper Room es una organización criminal de renombre internacional, fundada en 1901 en las sombrías calles del sur de Nueva Alberta. Desde sus inicios, se ha destacado por su involucramiento en actividades ilícitas que van desde el narcotráfico hasta el terrorismo y el tráfico de órganos. Su siniestro liderazgo, ejercido por una figura enigmática conocida únicamente como "El Funcionario", ha sido la columna vertebral de su influencia y poder a lo largo de los años.El modus operandi de la Viper Room se caracteriza por su astucia y brutalidad. Utilizan una red de distribución de drogas meticulosamente organizada que se extiende por todo el territorio, controlando cada aspecto del comercio ilegal. Además, han perfeccionado técnicas de lavado de dinero y corrupción que les permiten operar bajo el radar de las autoridades.Su participación en el terrorismo se ha convertido en una herramienta para extender su dominio sobre la población, infundiendo miedo y caos en la sociedad. Han orquestado numerosos ataques violentos, desde explosiones en edificios gubernamentales hasta secuestros y ejecuciones públicas.Una de las prácticas más despiadadas de la Viper Room es su involucramiento en el tráfico de órganos. Aprovechan la desesperación de las personas más vulnerables, secuestrando y mutilando a sus víctimas para obtener órganos que luego venden en el mercado negro internacional. Este comercio inhumano ha dejado un rastro de muerte y sufrimiento a lo largo de los años.A pesar de los esfuerzos de las fuerzas del orden y los gobiernos para erradicarla, la Viper Room ha logrado sobrevivir y prosperar. Han utilizado su influencia para pactar con líderes corruptos del gobierno, garantizando su impunidad y protección. Sus acciones han desencadenado varias guerras civiles y conflictos internos, sembrando el caos y la destrucción a su paso. La Viper Room es una oscura entidad criminal que representa lo peor de la sociedad. Su liderazgo despiadado y sus métodos brutales la han convertido en una fuerza a temer, extendiendo su influencia corrupta a lo largo y ancho del mundo criminal.