Las luces de neón de la ciudad reflejaban la oscuridad de la noche fuera de la ventana. La figura recta del hombre también se ocultaba en la oscuridad, llevando consigo el misterio y el frío de la noche.
Weng Tong lo había conocido años atrás.
En aquel entonces, Shen Shaofeng había sido hospitalizado después de un accidente automovilístico. Shen Hanyu organizó la conferencia de prensa para su padre y alcanzó un éxito sin precedentes.
La impresión que Weng Tong tenía de él era la de un joven relativamente competente entre la generación más joven.
¿Quién hubiera pensado que en solo unos pocos años, Shen Hanyu ya se había convertido en una de las principales figuras de Ciudad Ming?
La habilidad detrás de su éxito superó con creces las expectativas de todos.
—Presidente Shen.
En el silencio sepulcral, Weng Tong finalmente reunió su coraje y dijo:
—He hecho todo lo que usted me pidió. Presidente Shen, por favor tenga misericordia de mí y de mi hijo…
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