Yo Rompiendo Contigo (3)

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Luo Weibing se tensó. Se detuvo a mitad de paso y dijo secamente

—Hermana Lin, ¿estás bromeando? ¿Tu exmarido es... Mu Tingfeng?

—Así que, ¿conoces a mi marido? Oh no... quiero decir, a mi exmarido. No es broma. Es él.

Antes de que Zhao Youlin terminara sus palabras, Luo Weibing giró su cuerpo y se preparó para huir. Pero Zhao Youlin tenía la vista aguda y lo agarró. Dijo con voz baja

—¿Qué pasa?

—Oh, maestro. Mi querido maestro, por favor ten piedad de mí. ¡Realmente no puedo permitirme ofender a ese hombre! —Luo Weibing lloraba amargamente y miraba a Zhao Youlin con una mirada lastimera.

El rincón de los labios de Zhao Youlin se crispó. Levantó las cejas y dijo

—¿Quién fue el que dijo que cumpliría su deber hasta la muerte y completaría su misión incluso al costo de su vida?

—Hermana Lin, ¡no dijiste nada de que tu exmarido fuera Mu Tingfeng!

Viendo la cara de inútil de Luo Weibing, ella le lanzó una mirada de desaprobación. Cuando recordó que su exmarido los estaba observando desde no muy lejos, se impacientó.

Alargó la mano para pellizcar el brazo de Luo Weibing en el punto ciego de la multitud. Apretó los dientes y dijo

—Es Mu Tingfeng, ¿y qué? Déjame decirte, incluso si fuera un Dios, ¡tienes que estar conmigo en esto! Si te atreves a huir en el último minuto, confía en mí, te haré arrastrarte fuera de esta cafetería y te colgaré en el Río Coin para que los peces se den un festín contigo.

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Luo Weibing tembló violentamente. Había estado en un dilema durante medio día entre dos opciones: o ser disciplinado por su padre según la tradición de su familia, o ser colgado por Zhao Youlin en el río para que los peces se den un festín con él. Eventualmente, sintió que ser devorado por los peces era más aterrador. Entonces, enderezó su cuello y le ofreció su brazo a Zhao Youlin como si fuera lo último que iba a hacer en esta vida.

Zhao Youlin sonrió. Extendió su mano para alisar las arrugas en su brazo que su pellizco había causado y envolvió sus manos alrededor de su brazo. Luego, caminaron hacia Mu Tingfeng y Su Qing.

Los dos terminaron su pelea encubierta. Ni se dieron cuenta de que parecían una pareja atractiva, susurrándose el uno al otro íntimamente como si nadie más estuviera alrededor, exhibiendo su afecto públicamente.

Al ver la interacción íntima entre los dos, la expresión molesta de Mu Tingfeng se intensificó. '¿Qué le pasa a esa mujer? Ella en realidad actuando tan acaramelada con otro hombre, tan íntimamente ante la multitud. ¡No tiene ni pizca de conciencia culpable! Además, debe haber olvidado que todavía es una mujer casada. ¿Cómo se atreve a seducir a otro hombre frente a mí? ¡Qué vergüenza!'

En ese momento, Mu Tingfeng aparentemente había olvidado que pronto ya no sería un hombre casado. Más aún, era él quien estaba deseando divorciarse de ella. La escena de Zhao Youlin comportándose íntimamente con otro hombre debería haberlo alegrado en cambio. No había necesidad de que estuviera tan enojado.

Mu Tingfeng estaba irritado y al momento siguiente, él mismo se dio cuenta de ello también. Si esto hubiera sido en el pasado, no solo no estaría furioso al ver a esa mujer tan cerca de otro hombre, sino que estaría muy feliz. Estaría tan feliz de que tendría una razón para finalmente sacarla de su vista. Sin embargo, sin saberlo, verla tan cercana con otro hombre en ese momento le provocaba un gran disgusto.

Mu Tingfeng siempre había sido un hombre autodisciplinado. Muy rápidamente, reprimió su propio desagrado sin dejar rastro. Hubo un atisbo de incomodidad en sus ojos, lo cual fue un espectáculo raro en el momento en que vio a Zhao Youlin envolviendo sus brazos firmemente alrededor del brazo de Luo Weibing.

La cafetería de alta gama era visitada frecuentemente por muchos élites de la clase alta. Después de estar aturdidos por su belleza al principio, muchos de ellos comenzaron a identificarlos como Zhao Youlin y Mu Tingfeng.

El desacuerdo marital de Zhao Youlin y Mu Tingfeng no era ningún secreto entre la sociedad de clase alta. Solo que esta era la primera vez que ambos aparecían en un lugar público, acompañados de amigos cercanos de géneros opuestos. La mayoría de la gente sentía agudamente que estaba a punto de ocurrir un evento explosivo. Mantenían los ojos abiertos y los oídos atentos, listos para un buen espectáculo.