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Capítulo#5”Arcontes”

Hora: 09:30 AM

Fecha: 24 de abril del año 2133

Ubicación: Madrid, España

Época: 115 años en el futuro

Nos situamos en el mismo lugar donde nos habíamos quedado, la pareja estaba atenta a cualquier movimiento que pudiera realizar el extraño, la ropa que este llevaba era un tipo de traje samurai con apariencia de Halcón, el cual era de un tono café y con toques dorados.

X: respondan — (ordenó) — ¿Quien los envío?

Por la voz antes escuchada, se podía deducir que era una mujer, eso no era información que les sirviera de algo, pero era mejor resaltar. El dúo no sabía que debían hacer, Stan solamente mantenía a su amiga detrás de sí mismo para poder protegerla. El pelinegro tuvo una extraña sensación en su pecho, él no sabía de qué se trataba, pero al cabo de unos cuantos segundos, supo exactamente lo que pasaba y de quién se trataba.

Stan: eres tú — (dijo)

X: ¿De qué estás hablando?

Stan: eres la chica de hoy en la mañana — (aclaro) — en la tienda de ropa.

La pareja no lo sabía, pero la chica del traje estaba sorprendida, ella se preguntaba, ¿Cómo supo que era ella?, ¿Él la ha investigado?, Si ese fuera el caso, tendría que acabar con ellos, ya que serían una amenaza para todos.

X: lo siento por esto.

Fue entonces que la chica se lanzó al pelinegro para matarlo con su katana; sin embargo, cuando sintió el contacto de algo que detuvo el filo de su arma, observo a aquello que antes era un chico. Stan había invocado otra vez al traje, y utilizando sus antebrazos, detuvo el ataque de la chica.

"Entrega el control" — escuchó Stan, él no sabía que estaba pasando, ni siquiera sabía lo que estaba haciendo — "Atrás" — El pelinegro pudo sentir como parte de su cuerpo se desprendía de él, pero aún estando completo, para luego ver cómo su copia elimino una especie de animal metálico con su Katana, luego de eso, volvió a unirse a Stan.

X: ¡¿QUÉ CARAJOS ERES?!

"Impacta" — nuevamente escucho la voz, Stan no sabía lo que él tenía que hacer, así que solamente vio como se volvía a dividir, pero, embistiendo fuertemente a la samurai, ella logró reaccionar a tiempo, bloqueando el golpe y saliendo disparada hasta la azotea de un edificio, la samurai se reincorporo rápidamente después de impactar, pero al momento de que vio su armadura en la parte de sus brazos, está estaba comenzando a desmoronarse.

X: imposible… — (dijo mientras volvía a ver en a la cafetería)

Las gafas que se encontraban en su casco se activaron, dándole una excelente visión, mostrándole lo que estaba pasando a kilómetros de su posición. El pelinegro ya no tenía el traje, y ahora estaba escapando junto con su compañera.

X: no escaparan

La samurai desplegó dos alas de metal que salían de su espalda, posiblemente de dos metros y medio cada una, ella se elevó en el cielo, voló hacia dónde estaba la pareja y aterrizó enfrente de ellos, bloqueando les el paso.

X: ¡Quédense donde están! — (dijo mientras extendía sus enormes alas) — ¿Encontraste algo Marisa? — (preguntó en voz baja, mientras otra contestaba con un no dentro de su casco) — Mierda — (dijo mientras observaba atentamente al dúo).

Stan: escucha — (dijo mientras colocaba a su compañera detrás de él) — no sé qué está sucediendo aquí, pero…

X: ¡CALLATE! — (grito, mientras que en su casco se escuchaba nuevamente un voz que le decía que encontró información de ambos) — ¿Como que están muertos? — (dijo incrédula) — ¡OYE! — (grito, llamando la atención de Stan) — ustedes son Stanislav Lazarescu y Meyla Zaharie, ¿Verdad?

Stan: ¿Cómo lo sabes? — (preguntó un poco nervioso)

La samurai estaba anonadada ante esto, ya que, según su computadora, ambos deberían de tener, al menos, setenta años muertos, pero se veían jóvenes, saludables y sobre todo, muy confundidos. Ella estaba tan concentrada en sus pensamientos, que no se percató en qué momento comenzaron a correr nuevamente.

X: ¡DETÉNGANSE!

Fue lo que gritó, seguido de eso, lanzó dos pares de sus plumas a forma de dagas. El pelinegro volvió a tener esa sensación de peligro, pero está vez, era más clara. De su pecho comenzó a emanar una luz verde, y el traje volvía a ser invocado y en tan solo un parpadeo, Stan se dió la vuelta y un enorme escudo de energía rodeo a Mey. Mientras esto sucedía, la samurai parecía estar hablando dentro de su casco he hizo una pregunta.

X: Marisa — (dijo) — ¿cuál fue su nivel de elixir? — (pregunto, a lo cuál, la respuesta fue cero, dejando confundida a la samurai)

En lo que ella analizaba los datos recibidos, Stan y Meyla estaban preocupados por su propios asuntos, la pelinegra estaba encerrada dentro de un domo gigante de energía dónde no parecía que hubiera algún tipo de entrada.

Stan: ¿Te encuentras bien? — (dijo mientras trataba de abrir el domo).

Mey: yo estoy bien — (respondió) — por ahora, preocúpate de ella.

Cuando Stan volteo vio como la samurai estaba por embestir lo, pero nuevamente, la voz apareció — "Bloquea" — de forma involuntaria, Stan cruzó sus brazos y bloqueo la embestida — "Ataca" — inconscientemente, el pelinegro estiró su brazo izquierdo, y de su antebrazo salió una especie de espada hecha de energía verde.

Stan: ¿Qué cara… — (dijo mientras su brazo cortaba el ala derecha de la samurai)

La samurai se desconcentro tanto por ver cómo el metal de su armadura era cortado tan fácil, como un cuchillo caliente en mantequilla. Stan retraso su brazo y esta vez escuchó — "Elimina" — fue entonces que el pelinegro sintió como su brazo acumulaba fuerza y antes de que se diera cuenta, la espada estaba de camino la cabeza de la samurai.

Stan: ¡ALTO! — (dijo y logró detener su brazo a tiempo).

La samurai vio que la espada estaba a centímetros de su cara, lo que la hizo reaccionar, un cañón se creó en su mano y disparó al pelinegro, dejándolo inconsciente y dejando a Mey desprotegida, ya que el escudo de energía desapareció.

Mey: ¡¡STAN!! — (grito, para luego correr al socorro de su amigo)

X: siento mucho esto — (dijo mientras un arma de fuego se creaba en su mano) — pero son un gran peligro.

Mey estaba entrenado en pánico, su cuerpo le decía, huye, pero ella se negaba, se negaba tanto a dejar a su amigo que no lo soltaba y, en cambio, le rogaba que despertaste.

Mey: Stan despierta por favor — (dijo mientras la samurai se acercaba) — ¡Vamos, despierta! — (pidió mientras las lágrimas comenzaban a brotar).

X: lo siento — (dijo mientras apuntaba y se preparaba para disparar).

Mey: ¡DESPIERTA!

La samurai disparó, creando una enorme cortina de polvo, ella creía que había terminado el trabajo, pero, las cosas se le complicaron. Ella recibió un golpe directo en su cabeza, lo cuál la hizo retroceder, la samurai se estrelló con un muro y en cuanto volvió a ver al frente, el Yelmo que tenía puesto se rompió, dejando a la vista parte de su rostro.

La chica estaba tan impactada como asustada, ya que, cuando vio en la dirección donde se disipaba el polvo, pudo ver nuevamente a aquel chico, que vestía como un sicario, el verde que irradiaba se convirtió en rojo, sus ojos seguían brillando como estrellas, pero lo que te transmitían eran aterrador. Con un paso lento pero imponente comenzó a acercarse a la samurai, mientras ella intentaba volar, pero le era imposible, ya que había perdido con anterioridad una de sus alas — "es inútil huir" — dijo el pelinegro mientras se acercaba a la samurai — "no puedes ganar" — dijo mientras creaba una katana de energía — "ni siquiera teniendo el amuleto"

Cuando la samurai escuchó al pelinegro mencionar el amuleto, está entro en pánico y lo único que había en su mente, era matarlo, la samurai desenvaino su Katana y se abalanzó hacia el joven chico, pero este mismo, con un rápido movimiento, cortó la mano izquierda de la samurai haciéndole soltar la espada, luego de eso, le dió la espalda y le atravesó el abdomen con su arma. Mientras esto sucedía, Mey salía de la cortina de polvo y pudo observar, como su amigo retraía su Katana y la samurai caía herida al suelo.

Mey: STAAAAAAN!!!

Ese grito hizo que el pelinegro regresará a sus cinco sentidos, estaba desorientado, pero, en cuanto vio su arma de energía llena de sangre, vio detrás de él, viendo como había herido de gravedad a una persona.

Stan: no… — (decía en shock)

"No te sientas mal" — volvió a escuchar la voz — "tú no la mataste" — el solamente comenzó a retroceder con miedo mientras parecía que sus oídos eran sordos a su alrededor, fue entonces que Mey llegó, tratando de hacerle entrar en razón.

Mey: STAN!!!, REACCIONA!!! — (dijo sin obtener respuesta) — DEBES AYUDARLA!!!

Stan no daba respuesta a ningún estímulo, el único momento en que reaccionó, fue cuando vio como la samurai tomaba un arma de fuego común y les apuntó. El pelinegro tomó a Mey en sus brazos, abrió otro portal y escapó de ahí, evitando al mismo tiempo la bala.

X: ¿Qué está sucediendo? — (se preguntó a sí misma).

La samurai estaba débil, demasiado, su cuerpo estaba perdiendo demasiada sangre y para colmo, había perdido el amuleto, estaba condenada, lo único que podía hacer en ese momento, era advertir al resto. Un brazalete que se encontraba en su antebrazo derecho se activó y un holograma salió de este mismo.

X: Aquí Nattaly del universo 230 — (dijo débilmente) — revisen los discos de mi guarida, tenemos una enorme amenaza.

Fue así que envió el mensaje, ella se encontraba demasiado débil, tenía frío, pero cada vez se sentía más tranquila y en uno de esos tantos momentos de paz, dio su último suspiro. Su antebrazo izquierdo, que estaba a metros de ella, comenzaba a brillar, y lo que parecía ser una pulsera en forma de un halcón, se volvió polvo, al igual que toda su armadura

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