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Capítulo#3"Capucha"

Hora: 12:40 PM

Fecha: Desconocida

Ubicación: pirámides de Tenochtitlan

Época: entre el siglo XIV y XVI

////////////////////////"Narra Mey"////////////////////////

Me sentía aterrada, con miedo, aquellos hombres habían noqueado a Stan y ahora estaba por mi cuenta. Los guardias me tomaron por ambos brazos y la mujer empezó a traducir lo que decía ese supuesto rey.

Mujer: será entregada a Tláloc en sacrificio — (tradujo) — la hija de Mictlantecuhtli será una gran ofrenda.

Fue entonces que me llevaron a la fuerza a un lugar lejos de mi compañero, dónde se supone iba a hacer los preparativos para entregarme a ese supuesto dios — "Esto es una estupidez" — fue lo que pensé.

......

Hora: 6:20 PM

Ubicación: Zona de preparativos de ofrendas

......

Esto es vergonzoso, demasiado, cielos, esto es humillante, me obligaron a quitarme toda mi ropa, estoy totalmente desnuda, bueno, al menos son mujeres las que se están encargando de esto, pero aun así es vergonzoso. No sabría decir si los Aztecas eran masoquistas o algo así, pero el hecho que colocaran nudos con cuerda hecha de algún tipo de hilo alrededor de todo mi cuerpo, me hace cuestionarlo.

Mey: ¿Es necesario que esté totalmente desnuda? — (pregunté apenada)

Mujer: la deznudes da una vista sobre tu cuerpo a los dioses y de en qué estado se encuentra tu alma.

Vale, esa es la respuesta más estúpida que he escuchado, porque simplemente no puede decir que es un gran espectáculo de humillación para la ofrenda, santo cielo, ¿Por qué teníamos que parar en este lugar?

Mey: ¿Qué sigue después de esto? — (pregunté)

Mujer: serás escoltada a la cima de la pirámide mientras el pueblo observa la ofrenda.

¡¿TODOS ME VAN A VER?!, es decir, no tendría nada de malo, ¡Si no estuviera con el culo y pechos al aire!, ¡Eso es exhibicionismo!, o al menos así lo veo. Después de un tiempo, los nudos alrededor de mi cuerpo estaban listos, además de que comenzaron a colocarme adornos, como un collar hecho de plumas que, afortunadamente para mí, era muy grande, tanto que cubría mis pechos y una especie de falda hecha de algún tipo de hilo, que afortunadamente me cubría la parte baja de mi cuerpo.

Mey: bueno, al menos no será tan humillante

......

Hora: 8:20 PM

Ubicación: Pueblo de Tenochtitlan

......

Bien, aquí estamos, caminando hacia la cima de aquella pirámide, lo sé, lo sé, parece que me he resignado a morir, pero no es lo que parece, de hecho, ya intenté escapar, ¿Qué sucedió?, me golpearon tan fuerte que tenía miedo de volver a correr. Movía mi cabeza en todas las direcciones, buscando una salida, pero nada, todos me veían, como si hubiera cometido un crimen, ¿Acaso así se sintió Jesús cuando estaba por ser sacrificado?

Mey: No lo creo — (dije inconscientemente) — a él lo azotaron más de cuarenta veces.

Comenzamos a subir los escalones de la pirámide y vaya que eran enormes, pero tampoco imposibles de subir — "maldición mi espalda" — fue lo que pensé cuando llegué a la cima, había pasado alrededor de dos horas sin brasier y para ser honestos, no había notado lo cansado que era tener pechos. El verdugo dijo unas cuantas palabras que por supuesto, no entendí ni un carajo, luego escuché como los soldados hablaban en su lengua, fue entonces que me sujetaron de ambos brazos.

Mey: ¡¡¡SUELTENME!!! — (grite)

Se que era inútil, ya que no había nadie que hablara español o que pudiera ayudarme. Otros dos guardias me sujetaron ambas piernas y me colocaron sobre una piedra. Estaba por ser sacrificada y no podía hacer nada, trate de luchar con todas mis fuerzas, pero nada de lo que hiciera daría resultado.

Mey: ¡¡¡STAAAAAAAAAN!!! — (grite desesperada)

No estoy segura de por qué lo llame, se que él no me escuchará; pero, por alguna razón, tenía la esperanza que lo hiciera. El verdugo tenía el puñal sobre su cabeza, listo para abrir mi pecho, con el miedo apoderándose de mi cuerpo, solamente fui capaz de cerrar mis ojos y esperar mi muerte, la cual nunca llegó y en su lugar, un estruendo se escuchó.

Al abrir mis ojos, el día se había convertido en noche de la nada, el verdugo había dejado caer el puñal y observó el cielo estupefacto al igual que todo el pueblo. Relámpagos caían al suelo, las nubes cubrían el sol y de la nada, algo cayó del cielo, aterrizando en medio del público.

La cortina de humo antes provocada se disipó, revelando a un hombre de aspecto atlético. Vestía una chaqueta verde bosque, la capucha cubría su cabeza, mientras que, una vez se llegaba al codo, sus antebrazos, del codo a la muñeca, un patrón de vendas con tela negra se evidenciaba. En su pecho y espalda, portaba una coraza, similar al caparazón de una tortuga, la parte baja de su cuerpo, vestía un pantalón militar negro, con varios bolsillos a su alrededor, y sus pies, eran, eran cubiertos con botas militares verdes. Su rostro era cubierto por una máscara de metal, la cual tenía la apariencia de un pico de tortuga, teniendo el filo viendo hacia abajo, además, sus ojos brillaban como las estrellas, en un blanco muy vibrante, mientras que en sus manos, poseía guantes que se ajustaban muy bien a sus manos, con protección en cada nudillo y en la punta de cada dedo, había una garra muy filosa.

Este extraño hombre se posó sobre sus dos pies, teniendo un postura erguida que mostraba poder y seguridad, el extraño simplemente habló en aquella lengua que no entendía, parecía estar conversando con todo el pueblo; sin embargo, fue en ese momento en que el verdugo gritó, haciendo que todos los soldados se lanzarán sobre él.

Todos los soldados estaban tratando de hacerle algún tipo de daño a aquel encapuchado, un golpe, un rasguño, algo, pero nadie lo lograba, el hombre solamente desviaba los ataques, destruía las armas, mataba a los hombres y se abría paso para llegar a la pirámide donde yo estaba.

El hombre llegó a mi ubicación, observando mi rostro, mi cuerpo desnudo, era incómodo, pero, a la vez, sentía una presencia familiar; sin embargo, uno de los soldados lo empaló con su lanza, atravesando la parte derecha de su pecho y lo que salió de su boca no fue un grito, fue más un gruñido, incluso podría decirse un graznido que aterrorizó a todos los presentes, rápidamente se deshizo del soldado, extrajo la lanza de su cuerpo y me tomó en sus brazos, cargándo me como una princesa de fantasía.

Los soldados comenzaron a lanzarnos flechas y tal parece, el hombre buscaba proteger me, puesto que colocó su cuerpo, repeliendo las flechas con su caparazón, los soldados siguieron intentando y lograron herirlo de gravedad, pero él no cedía y continuaba. Fue entonces que el extraño abrió una especie de portal hecho de cenizas, llevándonos a la azotea de un edificio.

No mentiré, estaba asustada, creyendo que había sido secuestrada por un extraño, iba a decir algo pero el hombre me dejó en el suelo delicadamente y comenzó a caminar mientras se tambaleaba, fue entonces que cayó sobre sus rodillas, su vestimenta desapareció, portando ahora una sudadera roja, un pantalón de mezclilla negro y una mochila que colgaba de su espalda. Al principio esto no me había indicado nada; sin embargo, cuando el hombre se desplomó en el suelo y con un débil aliento dijo mi nombre, supe al instante, que se trataba de él.

Mey: ¡¿Stan?! — (dije preocupada) — ¡Stan!

Esto era malo, muy malo, Stan estaba completamente herido, no puedo dejar que muera, es mi mejor amigo, necesito salvarlo; pero, ¿Cómo?, necesitó pensar en un plan. Antes de que siquiera pudiera recordar el número del hospital, pude observar como cada herida de su cuerpo estaba sanando, aún paso lento pero acelerado, así que, viendo lo sucedido, trate de hacer mi mejor esfuerzo por limpiar sus heridas, para que de esta manera no se infectaran.

Recordando todo lo que Stan había aprendido de medicina en la universidad y más de alguna cosa que me había comentado, pensé que esto sería una mala idea, ya que él me había dejado en claro que no era buena idea limpiar una herida sin el material adecuado, puesto que se podría infectar y causar un daño aún más grave; sin embargo, este no fue el caso, cuando pase una de las telas que tenía puesta, la herida comenzó a cerrarse, claro que un poco de sangre lograba escaparse, pero a mis ojos, no parecía nada grave.

Mey: vale, parece que él está bien — (dije más calmada) — ahora necesitamos encontrar un lugar para pasar la noche…otra vez.

Empecé a ver a todo mi alrededor, pero por más que trataba de identificar el lugar donde nos encontrábamos, no lograba conseguir la ubicación de nuestro paradero.

Mey: mierda — (dije cansada) — me duele la espalda.

¡Es cierto!, ¡Mi pecho!, Había olvidado por completo que estaba desnuda, bueno, no del todo, pero aún así no podía bajar de este edificio con mi cuerpo medio descubierto. Trate de pensar que podría hacer para cubrirme aunque sea un poco, pero entonces observe la mochila de Stan.

Mey: ¡Cierto! — (dije alegremente) — no creí que esto fuera útil algún día.

Stan siempre llevaba una muda extra, una de él y otra mía, mi amigo siempre decía que era por mera precaución, pero no creí que llegaría a ser útil. Abrí la mochila y efectivamente, habían dos mudas dentro, siempre me sorprendió cómo lograba meter dos mudas de ropa en su mochila y aún así seguir con espacio. Tome el burrito de ropa y lo desdoble, sinceramente pensé que él traería solamente ropa y ya, pero no, él también había empacado mi ropa interior.

Mey: no sé si molestar me, sentirme avergonzada o agradecida — (dije algo molesta) — pero debido a la situación, te lo agradezco.

Me coloque mi ropa interior y mi sudadera negra, al parecer la muda de emergencia estaba pensada para eso, emergencias, ya que él no había empacado ni calcetines, ni zapatos o siquiera un pantalón, afortunadamente mi sudadera era lo suficientemente grande como para cubrir mis atributos y mi zona baja.

Mey: bien, busquemos una vez más — (dije para mí misma)

Peine con la vista una vez más el área, no parecía que hubiera un lugar donde pudiéramos pasar la noche, pero entonces ví a lo lejos algo que podría sernos útil. Puede que en otras circunstancias me hubiera negado, pero un motel es nuestra mejor opción por ahora.

Mey: bien — (dije tratando de darme ánimos) — creo que me toca cargar te.

Cuando estaba por cerrar la mochila de Stan, note un sobre blanco dentro de la misma, lo tome y cuando lo abrí, me encontré con una gran cantidad de dinero, no era nada exuberante, pero sí que sorprendía. Luego de guardar el sobre en la mochila nuevamente, tomé uno de los brazos de mi compañero y empecé a movilizarme.

Mey: no creí que pensarás tanto — (me queje) — ¡Ni siquiera estás gordo!, ¡¿Por qué pesas pendejo?!

Luego de un par de minutos y un par de quejas más, llegamos al motel, cuando preguntaron por el estado de mi amigo solamente dije que había bebido demasiado, afortunadamente me creyeron. El hombre que atendía me pidió que pagará por adelantado, para que no hubieran conflictos, yo sin saber que responder solamente pregunté cuánto era, a lo que respondieron que serían dos euros, gracias al cielo que el sobre que trae Stan sean billetes en euros.

Al llegar a la habitación, recosté a mi compañero en la cama, esperando a que despertara; sin embargo, me sentía muy estresada por todo lo que había sucedido, así que fui a tomar un baño.

Mey: ¿Qué carajos es lo que está pasando?

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