Nicolai esperó a que la mujer hablara pero como no lo hizo, levantó una de sus cejas y tomó el control de la situación. —Estás celosa —su voz no era interrogativa sino segura.
¿Celosa? Ariana giró la cabeza y fulminó al hombre con la mirada. Pequeñas llamas de ira, rebeldía y algo más danzaban dentro de aquellos encantadores azules. Malevolencia envuelta en un lindo lazo rojo de veneno.
Estaba tan feliz que iba a soltar algunas malditas lágrimas, su Pallas quería herirlo. Lo que significaba que estaba molesta por el hecho de que él tuviera una cita concertada.
—No estoy celosa, Señor De Luca —dijo Ariana con despecho—. Solo creo que es incorrecto de su parte darle ilusiones a alguien cuando ya tiene a alguien con quien está arreglado para casarse.
Aquellas llamas en sus ojos, si era posible, se volvieron más brillantes y feroces.
Por fin. Estaba empezando a creer que las murallas alrededor de ella eran simplemente impenetrables e imposibles de derribar.
Support your favorite authors and translators in webnovel.com