—Cada vez que le acariciaba el muslo, dejando que las puntas de sus dedos recorrieran su piel, los diminutos vellos de sus piernas se erizaban y su piel se estremecía bajo su toque. El gruñido de apareamiento se levantaba en su garganta. Ya lo había tenido que tragar una docena de veces. Estaba tragando y oliendo como un adolescente en su primer apareamiento. Habría sido embarazoso, pero había tanta gente y tanto acontecimiento, que confiaba en que la mayoría no se tomaban el tiempo de discernir su olor. Rezaba para que no lo hicieran.
—Aunque le hacía gemir de frustración, estaba casi agradecido cuando Behryn se puso a su lado y pidió silencio. Se vio obligado a retirar la mano de ella, lo que le ayudó mucho con su concentración, pero menos con el fuego interior que le urgía a tocar, y probar, y llenar su nariz con ella. No quería pensar en nada más.
Support your favorite authors and translators in webnovel.com