—Gahrye se descubrió mirando fijamente a Kalle en vez de leer otra vez, y murmuró una maldición demasiado baja para que ella la oyera.
Estaban en la extraña habitación que ella llamaba biblioteca. A pesar de su desesperación, Gahrye se había asombrado al entrar. La habitación no era grande—del tamaño de su cámara nupcial—pero las paredes estaban completamente cubiertas de estanterías, del suelo al techo. Había extrañas escaleras que se deslizaban a lo largo de las paredes en pequeñas vías, y... la habitación olía a viejo, incluso para él.
Había mucho menos del acre y ofensivo olor de este mundo en esta habitación y pensó que si necesitaba un descanso, esto podría ser al menos una forma de obtener algún alivio.
Support your favorite authors and translators in webnovel.com