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CARTA

Desde la abismal oscuridad emergió una figura discordante.

 

Cada paso la alejaba de la onerosa oscuridad y la acercaba al cálido abraso de la temerosa luz.

 

Sus ojos ámbar resplandecían con un brillo autoritario, pero acobijarte, que rosaba lo sagrado y su lacio cabello dorado, parecía capas de alejar la oscuridad.

 

La encantadora figura atrae la mirada de cualquier hombre, pero su piel tan blanca como la porcelana más fina, te insta a interpretar como un pecado, tan siquiera tocarla con tus manchadas manos.

 

[Elfo…]

 

Reconocidos como los seres más cercanos a la naturaleza, una raza que cualquiera podría reconocer como una protectora de la luz.

 

Emergió de la sofocante oscuridad que la acobijaba como un objeto precioso.

 

"Discordante", es la única palabra posible para interpretar la extraña escena en la cual la luz parece temerosa de una existencia que debería poder representarla.

 

[Q… Maldit.]

 

Tal vez cansado de la asfixiante situación, uno de mis subordinados trato de maldecir.

 

[[…]]

 

Pero antes de que pudiese terminar su oración, había desaparecido en la abrumadora oscuridad, dejando atrás nada más que una estela de sangre.

 

Fue demasiado rápido, incluso yo, apenas pude notar como la mujer se movió.

 

En fracciones de segundos conecto su palma contra el pecho del desprevenido hombre.

 

El impacto fue tan potente, que era como si la mujer hubiese golpeado un globo de agua en el aire y solo la sangre incapaz de seguir el impulso aplastante quedo atrás.

 

En un parpadeo, tal acto se repitió hasta que en la habitación solo quedamos dos personas, un rio de sangre y el sofocante hedor del hierro.

 

[[…]]

 

Frente a los ojos dorados de lo que solo puede ser llamado, la manifestación de la muerte misma.

 

Sirvo otro trago de alcohol.

 

La vista de la mujer que acababa de protagonizar una masacre, pero aun así no tenía una sola mancha de sangre sobre ella, era a la vez perturbadora y fascinante.

 

[…]

[He…]

 

No pude evitar reír cuando tal mujer levanta una ceja con incredulidad por mis acciones.

 

[El primer elfo que conocí robo mi corazón y posteriormente mi felicidad.

El segundo que conocí, me robara la vida.

¿Qué pasa con esta obra de mal gusto?]

 

Comente casualmente sin ninguna intención particular, solo el deseo instintivo de no irme sin antes dejar mi maldición a este mundo desgraciado.

 

Lo bueno es que saque el alcohol bueno para esta reunión.

 

Irse al infierno con esta agradable sensación de ardor bajando por tu garganta no esta tan mal.

 

Pero en serio, en mi siguiente vida quiero ser un orco, tengo muchas ganas de visitar las aldeas elficas.

 

[¿Estás seguro de desear eso?]

 

El maldito alcohol casi regresa de mi estómago, cuando la profunda voz ronca que parecía contener el mandato de la noche misma, resonó en la habitación.

 

Un escalofrió primitivo recorrió cada sección de mi cuerpo y mando a mi mente señales de alerta que rosaban en la loca sugerencia del suicidio.

 

"Porque incluso la muerte es piadosa, frente a esa existencia"

 

La mujer frente a mí, no parece estar mejor.

 

Sus pupilas tiemblan mientras trasmiten una mescla de miedo y duda.

 

Con cada toque del bastón que se acerca desde la abrumadora oscuridad.

 

Su cuerpo agitado parece debatirse entre escapar o adorar, a lo que sea, que se acerca.

 

Finalmente, ya fuese porque era demasiado tarde o porque honestamente decidió servir, la mujer se hizo a un lado y entre temblores ofreció una cortes reverencia.

 

Como si hubiese estado esperando la seña un par de estelas azuladas lentamente se asomaron desde la penumbrosa nada.

 

La puerta ya no era ni remotamente visible, pero la figura apenas distinguible que emergía del anonimato, definitivamente no debería poder atravesarla.

 

Pronto la habitación parecía hacerse más pequeña.

 

Dos metros y medio tal vez más, con cada paso emergió de la noche como un titán inamovible para ejercer su voluntad.

 

Mientras más trataba de acercarse a la luz, está más parpadeaba, como si temblara de miedo sofocada bajo un deseo instintivo de mantenerse alejada.

 

Al mismo tiempo, la figura parecía estar siendo retenida por la codiciosa sombra que se negaba a soltar su abrazo.

 

Incluso la siniestra luz azul metálico que emanaban sus destellantes ojos, no era suficiente para discernir una pisca de rostro que la oscuridad tan odiaba compartir.

 

Tal lucha irreal y sin sentido, continuo hasta que la figura estuvo justo frente a la mesa.

 

Finalmente, los ancestrales poderes parecían haber llegado a un consenso obligatorio.

 

De mala gana, la oscuridad retrocedió en la imponente figura que fácilmente podría ocupar el espacio de tres hombres, mientras formaba para su comodidad, un asiento de noche misma, sobre el cual se sentó como si fuese algo natural.

 

Y con exactamente la misma resiliencia o incluso más.

 

La temerosa luz permitió discernir parte de la oscura existencia.

 

Solo entonces, recordé que los humanos necesitan respirar e incluso la consternada elfa, tal vez recordando su papel, rápidamente se posiciono detrás del ominoso ser sin apartar su mirada incrédula.

 

Cada pisca de autoridad había desaparecido de ella, que ahora solo podía temblar junto a su maestro.

 

[Por tus circunstancias, es más probable que violar elfas, sea una obligación y no un deseo, entonces, solo terminaras desperdiciando dos vidas.]

 

La ronca voz que resuena en todas direcciones habla como si pudiese leer mis pensamientos.

 

Debido a su imponente estatura, me veo forzado a levantar la cabeza en un intento de coincidir con sus ojos.

 

Cubierto por una gabardina tan roja como la sangre más espesa que se extiende hasta perderse en las sombras.

 

El rostro abrazado por la celosa oscuridad, es apenas distinguible.

 

Pero lo suficientemente visible para entender que al menos equivaldría a dos cabezas humanas.

 

Aun así, por irracional que sea la idea, de que tal existencia pueda compartir especie conmigo mismo.

 

Instintivamente, no puedo evitar asócialo con la raza humana.

 

No, más que eso, no puedo evitar asociarlo con un conocido. Como si un trauma familiar arraigado a mi alma, gritase que el hombre frente a mí.

 

Al que debería haber conocido solo hoy, fuese un antiguo verdugo que me atormento por décadas.

 

[¿Tu mente ya está más clara?]

 

En la pregunta del misterioso hombre, finalmente todas las piezas encajaron en mi mente como un rompecabezas recién armado.

 

[Yo estaba… Corrupto… Ahhh…]

 

No puedo evitar soltar un suspiro cansado al llegar a la única conclusión lógica.

 

No era que estuviese particularmente calmado ante la cruda realidad de mi destino inevitable.

 

Más bien, estaba somnoliento, luego de que mi mente fuese liberada tras mucho tiempo de retardo.

 

[El archiduque te tiene severamente acorralado desde hace cuatro meces, pero no desististe.]

 

Mientras el hombre habla, me sirvo otro trago, el ultimo no paso por el lugar correcto, pero este definitivamente lo ara.

 

[En circunstancias normales, habrías escapado hace mucho.]

[… Parece que mi lord, me conoce bien…]

[… Por un lado, puede decirse que, si… Por otro lado, puede decirse que, no]

 

La elfa sirvienta intercambia la mirada entre el hombre y yo, como si tratase de seguir el ritmo infructuosamente.

 

Lamentablemente, es una tarea imposible.

 

Pero ahora que lo veo con calma, dejando de lado que es una elfa, la insignia del clan illusius hace que me sienta tonto, por preguntarme la identidad de este hombre.

 

Aun así, su identidad es irrelevante en esta situación.

 

O, mejor dicho, prefiero fingir ignorancia por el bien de mi cordura.

 

[¿Crees que la corrupción mental fue impuesta por tu contratista?]

 

En la pregunta del hombre, niego obedientemente en respuesta.

 

[Imposible, no es por presumir, pero estoy orgulloso de mi resistencia mental, no se me ocurren muchas formas de corromperme, pero, además de eso, mis hombres nunca tuvieron contacto con el contratista.

Incluso si usaran un artefacto antiguo con el poder suficiente para corromper mi mente y que esa corrupción se extendiese a mis allegados.

No tiene sentido usar algo así en mí, solo para presionar un par de meses extras al archiduque, además, no he tenido contacto directo con ellas desde hace casi 2 años.]

 

[¿Qué pasa si hay un usuario de maldiciones lo suficientemente competente?]

 

[Una persona así no se molestaría con un pequeño plan de destruir una casa archiducal, de hecho, una persona así, ¿No podría solo apoderarse de la casa?]

 

Las maldiciones no son algo muy apreciado en esta época, son muy difíciles, tienen demasiadas condiciones y penalizaciones.

 

Además, sus alcances son demasiado extremos, lo cual hace los resultados impredecibles.

 

Y del repertorio de maldiciones, las corrupciones mentales son las más complejas.

 

Un usuario capaz de crear una corrupción tan especifica como "violar a la hija del archiduque illusius" y que, además, pueda volverla contagiosa.

 

Todo eso sin siquiera tener contacto con alguno de mis hombres o conmigo y sin pasar por algún ritual.

 

Lo siento, pero no puedo imaginar que algo así exista y no sea dueño de la mitad del continente.

 

[Tal vez esta esclavizado.]

[¿Quieres maldecir a un experto en maldiciones?]

[Es importante borrar todas las posibilidades.]

[Incluso si no te gusta la respuesta, debes aceptarla o solo terminaras sufriendo]

 

No pienso que su suposición sea ilógica, de hecho, hay muchos secretos en el mundo, pero conozco el tono que comenzó a usar, el tono de alguien que prefiere negar la verdad.

 

Soy experto en ese tono, he vivido por décadas con él.

 

[Ahhhh…]

[Parece que la tienes difícil… ¿Me liberaste de la corrupción?]

 

Cuando pregunto con algo de interés, el hombre niega lentamente.

 

[Va más allá de mis capacidades, experimente con todos tus hombres, pero incluso en este reino de penumbras, donde mi voluntad es la ley, solo puedo liberarte a ti, que tienes una fortaleza mental anormalmente alta e incluso eso, será por muy poco tiempo.]

 

Que maldita locura…

 

[… Deseo…]

[¿?]

 

Mientras pensaba en la ridícula situación a la que me enfrento, una palabra inesperada llega a mis oídos, sacándome de mi aturdimiento.

 

[Solo digamos que hay cierta historia entre nosotros… Incluso dejarte vivir, no es imposible, siempre que se cumplan algunas condiciones.]

 

Miro al hombre que tiene mi vida en sus manos con incredulidad… Ese maldito subordinado me trajo alcohol adulterado, la muerte te sienta bien.

 

Y fue en medio de mis divagaciones.

 

Lentamente el hombre levanto su imponente brazo y con calma señalo mi pecho, con su dedo.

 

[Pero independientemente de tu deseo, debes entregarme esa carta.]

 

Mi corazón, mi respiración e incluso el tiempo, parecían detenerse por la solicitud inesperada de una carta que solo yo en todo el mundo, debería conocer.

 

Una carta que he escrito y borrado tantas veces, que ya es imposible de contar.

 

Cada vez que cogía a una prostituta en un intento de olvidarla, cada ver me atiborraba de alcohol, en un intento de ahogar mis penas.

 

[… Qué pasa si… Mi deseo es que… Entregues una carta diferente… Una que quiero escribir ahora…]

 

Tal vez incluso este hombre no esperaba esa respuesta, el silencio se prolongó por algunos segundos.

 

Por supuesto que, no olvido, que no tengo derecho a negarme o exigir.

 

De la misma manera, él no tiene razones para decirme la verdad.

 

Aquí y ahora, podría decir cualquier cosa e irse.

 

Pero por alguna razón, mis instintos insisten en que esta existencia nunca aria eso.

 

[¿Darás tu ultima oportunidad de vida por esa mujer?]

 

En tan calmada pregunta fue mi turno de quedar sin palabras.

 

[AHAHAHAHAHAHA]

 

Al final, no pude evitar reír.

 

[Oye, ahaha, oye, oye, ahaha, Ey ¿Quién eres? ¿Mi mejor amigo de otra vida o algo? Ahahah ¿Te estas preocupando por mí?]

 

Diablos ¿Qué es esto? Tan malditamente gracioso.

 

No pude evitar servirme otro trago, no, serviré dos.

 

[No bebo]

[Va, se un hombre]

[No, es por un tema de edad]

[No digas más, no quiero saberlo]

 

Me tomo los dos tragos mientras ignoro convenientemente las cosas problemáticas.

 

[Ahhh, al diablo esa mujer, solo me siento estúpido cuando lo recuerdo… Debí haber dejado el continente y empezar una nueva vida, aún era joven.]

 

[Aun lo eres]

 

100 Años…

 

[Mi núcleo fue sellado, no me quedan más de 20 años, mi apariencia solo se mantiene joven, pero es todo.]

 

[Se extendería si aceptaras tu bendición]

 

[Ah, ¿Bendición? ¿Me usas, me abandonas y luego vuelves arrastrándote? Si veo a esa maldita diosa del agua en la otra vida, le escupirá en su cara.]

 

Al hombre parece importarle poco o nada mi blasfemia, definitivamente me agrada este tipo.

 

[Ahhhh, solo responde mi pregunta.]

[… Si la nueva carta no cumple con mi objetivo, entonces nunca la entregare.]

[ehehe]

 

Me rio de buena gana mientras saco la carta de mi pecho y se la arrojo al hombre.

 

[No te preocupes, yo no te decepcionare.]

 

Digo mientras saco un nuevo papel y sumerjo la pluma en tinta.

 

Hoy es un gran día.

 

[Sino me decepcionaras, entonces ¿Por qué no darme la nueva carta y conservar tu vida?]

 

Luego de mucho tiempo de silencio para darme tiempo de escribir la carta, el hombre finalmente volvió a hablar.

 

Con calma doblo el papel y se lo acerco, no tiene sentido que lo guarde en una carta cuando sé que la abrirá.

 

Entonces, saco un pequeño frasco de mi pecho y vierto el líquido en la cerveza frente a mí.

 

El hombre nunca detuvo una sola de mis acciones, solo espero pacientemente incluso mientras agitaba la bebida envenenada.

 

[¿Qué sentido tiene conservar algo que no quieres?]

 

Rezo para, en mi próxima vida, tener un amigo como tú, mocoso.

 

[Fue mi placer, dragón del mar arcano, Makoto Aquiarian.]

[Te veré en el infierno, mi más querido amigo, Lokarius illusius.]