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Escena 7 “Insectocraft”

–Vinz corramos a nuestro hogar.

–Lo tomé de la mano justo cuando el charco había alcanzado nuestros pies, y de la misma manera que habíamos salido por la mañana es como regresamos, con la diferencia de las huellas rojas que dejamos por todo el camino.

–Aun estaba en shock, nuestro reino es pacifico, no hay muertos violentos, pero tenia que contarle a Vinz lo que sabía, lo que ocurrió la noche anterior, comencé por explicarle que ya controlaba el vuelo estelar, que había sobrepasado el uso de jalea real por mucho, que la luna no era lo que nos habían dicho toda la vida, que existía un enorme nido secreto de Avispas monstruosas en ella, que apenas había logrado volver, pero mientras mas hablaba mas loca parecía, yo misma no me habría creído ni la mitad de todo eso, aun si viera fotos o videos como prueba, simplemente todo se escuchaba como un invento de alguien que ya lleva años viviendo entre paredes acolchadas.

–Vinz me tomó de las manos para calmarme, me miró con sus dos enormes ojos brillando como diamantes y me dijo lo que necesitaba escuchar, pero lo dijo en serio, no como cuando lo dicen los adultos.

–Te creo Vaini

–¿Cómo que me crees? ni yo me creo a mi misma, tal vez todo lo imagine por sobredosis de jalea real y falta de oxígeno.

–Siempre estamos peleando pero eres mi hermana mayor, no necesitas convencerme, yo siempre voy a creer en ti, incluso cuando tu no creas en ti.

–No pude hacer nada más que abrazarlo y soltarme a llorar por todo lo que estaba pasando.

–Entonces, tú eras la estrella fugaz de la profecía del Oráculo charlatán.

–Si, pero no lo menciones a nadie, no quiero recordar a ese horrible hombre y ya no hablemos de el que se nos puede aparecer su fantasma.

–Vamos a jugar insectocraft, me lo prometiste.

–Si si, pero primero a bañarse y comer algo.

–Si, te voy a mostrar el truco que aprendí en insectube esta super Mieloso.

–Ya comidos y limpios pasamos toda la tarde jugando y riendo como se supone deben ser las tardes de los niños, solo diversión, sin otro tipo de cosas en la mente, o en el corazón.