Sin negociaciones

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Multitarea ya no era realmente un problema para Lex. La habilidad de dividir su mente para tener cada mente enfocada en una tarea diferente lo hacía posible. Además, la situación actual solo requería que tuviera dos trenes de pensamiento separados: uno enfocado en la carrera y otro en la conversación en su oficina. Por un momento, sin embargo, tuvo que crear una tercera división para aplastar sin piedad el lado avaro y capitalista que surgía en él.

El pensamiento de que 300 millones de soldados pasaran por su Posada, con más en camino, desató su imaginación sobre cuántos MP podría obtener. Pero la razón por la que tenía que controlarse era que no estaba logísticamente preparado para manejar tal volumen.

Todos los sistemas que tenía en marcha se volverían repentinamente abarrotados y sobrecargados. Por mucho que le gustara Nueva York, no quería imitar un metro abarrotado en hora pico.