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Poderes

Cuando el vínculo finalizó, un torrente de información fluyó hacia él. Los pensamientos y recuerdos de Sora se mezclaron con los suyos, y en ese instante, Ian supo que la lucha había terminado. Había ganado.

Su cuerpo, sin embargo, no pudo soportar más. Con el alma de la sirena finalmente sometida, Ian sintió cómo su energía lo abandonaba, y en un último suspiro de alivio, cayó al suelo, inconsciente.

Ian despertó lentamente, su mente desorientada por un momento, sin saber quién era ni dónde estaba. Todo a su alrededor parecía difuso, como si su mente se negara a recomponerse del agotamiento. Los recuerdos de la intensa batalla para esclavizar el alma de la sirena comenzaban a regresar poco a poco. Sintió un leve mareo antes de tomar aire profundamente y enfocarse en su entorno, todavia esta en la cueva en el fondo del océano.

Miró a su alrededor y notó que no estaba solo. En una esquina de la cueva, Tarek, conversaba con la sirena que antes había sido su enemiga. Ahora, la criatura marina parecía sumisa, su actitud completamente diferente a cuando la habían enfrentado. Ian sintió una sensación de alivio; la misión había sido un éxito. Finalmente, había logrado capturar su alma en el último minuto.

Tarek giró inmediatamente hacia su maestro, al igual que las almas de los aventureros, quienes aguardaban en silencio. El goblin se acercó con una ligera reverencia.

Maestro, me alegra verlo despierto.

¿Cuánto tiempo he estado dormido? preguntó, todavía recuperándose.

Unas dos horas, maestro respondió Tarek con calma.

Aproveche el tiempo disponible para investigar un poco sobre la información que la sirena conoce.

Ian asintió lentamente, sintiendo aún el cansancio en su cuerpo, pero la curiosidad empezó a tomar el control. Se apoyó en una roca cercana y miró a Tarek con ojos inquisitivos.

¿Has aprendido algo interesante de la sirena mientras yo dormía? preguntó Ian, con el tono medido.

Tarek asintió de inmediato, sus ojos brillando con una mezcla de emoción y respeto.

Sí, maestro. Esta cueva es una base de emergencia que la sirena tenía preparada para preservar su vida en situaciones extremas. Es un refugio oculto, lleno de recursos valiosos que nos pueden ser útiles. Hemos encontrado una considerable cantidad de perlas que en su interior tienen un poder muy puro, son alrededor de mil unidades.

Ian levantó una ceja, impresionado. Sabía que las perlas de poder puro eran extremadamente valiosas, concentraciones de energía que podían ser utilizadas tanto para cultivar como para alimentar hechizos poderosos gracias a la información proporcionada por los militares.

¿Y qué más? continuó Ian, sintiendo que había más por descubrir.

Hay algo más respondió Tarek. Hemos encontrado un coral de sangre, un raro recurso que puede aumentar el físico de quien lo consume. Hay unas trescientas unidades de este coral. Pero lo más interesante son unas piedras con una concentración muy alta de poder de atributo agua. La sirena me explicó que, este es el recurso le llaman piedra de agua y lo utilizan para cultivar ya que el poder en su interior es muy adecuado para su raza.

Ian se quedó en silencio por un momento, procesando toda la información. Las oportunidades que estos recursos ofrecían eran inmensas.

Tarek dijo de repente, levantándose, necesitamos asegurarnos de que todo esto esté bien resguardado. ¿Qué hay sobre la sirena? ¿Algún rastro de resistencia o resentimiento tras la esclavización de su alma?

Tarek negó con la cabeza.

No, maestro. Al parecer, su espíritu está completamente subyugado. Aunque fue una batalla difícil, no parece que haya intentado resistirse desde que recuperaste la conciencia. Está aquí dijo, señalando hacia la sirena que seguía observando en silencio desde un rincón oscuro de la cueva.

Ian la observó con detenimiento. Aunque su alma ahora estaba vinculada a él, siempre había un peligro inherente en tratar con seres de gran poder. Sabía que debía estar vigilante.

Bien dijo finalmente. Vamos a prepararnos. Quiero que clasifiques las perlas, el coral y la piedra espiritual.

Tarek asintió y rápidamente se puso a trabajar. Ian, aún sintiendo los efectos residuales de la intensa batalla para esclavizar el alma de la sirena, se dirigió hacia la esquina donde ella se encontraba. La observó detenidamente, buscando cualquier rastro de resistencia o astucia en su mirada. A pesar de estar bajo su control, el poder que emanaba de su alma seguía siendo innegable.

Sora la llamó, probando la conexión que ahora existía entre ellos.

La sirena alzó la vista lentamente, sus ojos brillando con una mezcla de sumisión y desdén. Ian lo notó, pero sabía que no podía bajar la guardia. Los seres poderosos como ella no se someten completamente tan fácilmente.

Cuéntame más sobre este lugar dijo Ian, cruzándose de brazos. Sobre lo que guardas aquí y, sobre todo, lo que esperas hacer con esos recursos.

Sora dudó por un momento, como si estuviera luchando con las cadenas invisibles. Al final, habló con una voz suave y melódica, pero fría. Ian sabia que esto sucede porque aunque pudo esclavizar el alma de sora su abilidad esta incompleta si su abilidad estuviera completa no sucedería nada de esto al esclavizar almas poderosas que el.

Este lugar es un refugio,para preservar mi supervivencia. Es un lugar de emergencia, reservado solo para momentos de gran peligro... cuando las cosas se han salido de control. Aquí guardo lo esencial para mantener mi poder y el de mi gente. Las perlas, el coral de sangre, y las piedras de agua son recursos para recuperarme lo mas rápidamenteposibleen caso de cualquier accidente.

Ian, entendiendo que siempre era una buena idea tener un refugio en caso de emergencia donde recuperarse y hacer un plan, era necesario. Ian, continuo preguntando sobre la información de este mundo y como esta conformado los distintos poderes.

Sabía que bajo el vasto océano se escondían no solo tesoros, sino también poderosos clanes que regían este mundo submarino.

Sora lo observó por un momento, midiendo sus palabras antes de comenzar. Sabía que Ian no era alguien a quien pudiera ocultarle mucho, no tenía más remedio que responder. Con un suspiro suave, empezó a hablar:

El océano es vasto y cada rincón está dominado por un clan diferente. Nosotros, las sirenas, hemos sido uno de los clanes principales durante milenios.