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47 Nombre en clave SHADOW

Apenas salió el sol Gregor abrió los ojos, hoy es un día especial para el, hoy es el día en que la guerra empiece y su misión es de suma importancia, el era el encargado de informar directamente al Conde en caso de que hubiera un cambio en la situación, esta tarea le fue designada personalmente por el conde, lo que demuestra lo valorado que es por este mismo, todavía recuerda el momento en el que el conde le pregunto su nombre, desde ese punto sabía que se venían cosas buenas para el, ahora solo espera realizar su última misión en esta guerra y las recompensas serán generosas, lo único que le molesta es que el conde designó a su criada como líder de esta misión y tiene que hacer lo que le ordené esta mujer, estaba muy enojado no soportaba ser mandado por una mujer.

"Todos, el ejército de nuestro señor Conde acaba de partir, en una hora empiezan a desplegarse según sus instrucciones, cada uno de ustedes tome una cantimplora de agua y un paquete de carne seca, estás serán sus provisiones para el día y recuerden mantenerse hidratados, no queremos accidentes por qué alguien no bebió suficiente agua y no informó a tiempo"

Al escuchar las palabras de la criada Gregor estaba enojado, no quería recibir órdenes e inconscientemente no quería tomar las s suministros, perolo principal era cumplir con su misión entonces miró con odio a la criada, como si una mujer pudiera dar órdenes en el campo de batalla se dijo a sí mismo, pero aún así cumplió con la orden.

Una hora paso rápidamente y todo el grupo de exploradores partió hacia su posición, a pesar de ser temprano en la mañana el sol brillo intensamente Gregor se alegró de haber tomado su cantimplora de agua y no seguir su orgullo, le quitó la tapa y tomo un gran sorbo de agua refrescándose la garganta y siguió su camino, pronto llego a su destino, desde esta distancia podía ver el magnífico ejercito del conde y sonrió con orgullo, destapó su cantimplora y bebió mucha agua para hidratarse.

De repente sintió un fuerte mareo y callo al piso, luego sintió que se le secaba la garganta un calor abrasador se apoderó de él, entonces miró la cantimplora que chorreaba agua junto a él y se dio cuenta lo que estaba pasando, esta agua debe estar envenenada, entonces la oscuridad empezó a apoderarse de su conciencia, con su último rastro de conciencia pensó en la criada, sabía que no debía confiarse en una mujer, temiéndose lo peor Gregor respiró su último aliento.

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Tiempo atrás antes del amanecer.

Lisa caminó hacia la estación del ferrocarril, dirigiéndose hacia la zona de guarda equipajes en un cajón predeterminado, asegurándose que no hubiera nadie abrió el cajón y tomó una pequeña bolsa que había en él, cuando salí a la estación se encontró con El conde de Blair y se puso un poco nerviosa pero rápidamente se tranquilizó.

"Lisa qué haces tú aquí" El Conde se sorprendió a ver a la criada en este lugar a estas horas.

"Mi señor Conde simplemente no podía dormir y salí a dar una vuelta, ese lugar me parece muy extraño y simplemente quise venir a mirar" Lisa rápidamente encontró una excusa algo convincente.

"Ho parece que pensamos lo mismo, yo también estaba intranquilo con este lugar, qué es lo que llevas en la mano?" El Conde ya su excusa pero rápidamente notó la bolsa en las manos de Lisa.

"Ho esto es una pequeña bolsa de azúcar que tomé de la sala de suministros, pensaba realizarme un té de hierbas antes de empezar mi labor de trabajo" la creada habló casualmente con El Conde.

"Ho pareces estar nerviosa, está bien el te es bueno para pasar los nervios, si todo sale bien te recompensare generosamente" el conde no siguió con el tema.

"Gracias mi señor Conde, todo sea en su favor no necesito reaompensa" la criada se inclinó levemente.

"Está bien por eso confío plenamente en ti, tu tarea será la más peligrosa y la más importante, crees que puedes hacerlo?"

"Sí mi señor, en un momento prepararé los suministros para cada uno de los exploradores" Lisa informó Sus acciones.

"Está bien ve no retrasaré tu tiempo"

"Con permiso señor" la criada se inclinó y se alejó de la estación.

Mirando la partida de Lisa el conde sonrió levemente, esta mujer la quiere para el, cuando celebre su victoria la hará suya.

Lisa llegó a la sala de suministros, aparto una gran cantidad de cantimploras e hizo pequeños paquetes de carne seca, luego aparto un barril de agua hacia una esquina, se aseguró de que nadie la estuviera viendo y entonces tomó la pequeña bolsa y la vertió en el barril, luego de mezclar un poco procedió a llenar las cantimploras.

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Volviendo al tiempo presente.

Lisa estaba parada fuera de la estación, mirando el grupo de hombres que yacían tirados en el suelo no había fluctuaciones en su rostro, había cambiado su dulce sonrisa por un rostro frío e inespresivo, en su mano sostenía una daga manchada de sangre y a sus pies había un cuerpo ensangrentado, esto se debía a que era el único que no bebió el agua, entonces Lisa estaba lista detrás de él cuando empezaron los síntomas del envenenamiento, ella no quería tener fallas en esta misión.

Puuf! Puuf! Puuf! Puuf!

De repente un fuerte sonido vino de entre las montañas, causando que el rostro frío de Lisa sonriera por un momento, su misión estaba cumplida.

Pronto dos locomotoras llegaron a la estación de black City, de la primera se bajó un hombre de mediana edad y se acercó a Lisa sorprendido con la escena que tenía en frente, luego de solo un instante salió del asombro, pero sus hombres miraban a Lisa con algo de miedo.

"Este es el coronel Hugo Barris, por favor informar su nombre en clave" el coronel no se relajo su vigilancia, debía confirmar la identidad de Lisa antes de confiar completamente en ella.

"Agente especial de la CIA, nombre en clave shadow, le informo que todos los exploradores que el conde puso en la retaguardia, para este momento deberían de haber muertos por lo cual mi misión acaba aquí y me retiro, el resto queda en sus manos" con una fría voz desprovista de emociones, shadow le informo al coronel Hugo la situación y se fue sin prestarle más atención, todos la vieron entrar a una de las locomotoras y está misma partió de la estación, en su interior llevaba un solo pasajero. En un futuro muchos de los soldados presentes le contarían historias a sus nietos de la única vez que vieron a este legendario agente, que tantas leyendas dejaría en este mundo.