Capítulo 11

Lilith, tumbada en su cama, abre los ojos lentamente, Noelia sentada a su lado para ponerle paños fríos fríos la frente para despertarla. Lilith se incorpora.

_¿Qué ha pasado? - pregunta tomándose la cabeza.

_Dice el señor que has prendido fuego y te desmayaste.

_¿Qué? - la joven abre los ojos como platos - Eso es imposible.

_Eso nos ha contado - sigue Noelia. Lilith se observa al espejo, y ve la mancha de sangre en su piel.

_Soy... ¿una bruja?

_No - dice Noelia intentando calmarla - Usted es muy bueno, no es nada de eso. Ahora tumbese y descanse. No es necesario que baje a cenar. Quédese aquí.

Lilith observa por la ventada que la noche ya ha caído. Después de marcharse la sirvienta, se incorpora para mirarse al espejo. Sin ningún signo de quemadura. Una sirvienta le trae la comida a la habitación y la hace desvestir y lavarse para ponerse el camisón, después se sienta en la cama frente al espejo. "¿Será cierto? ¿Será cierto que sea un monstruo como aquella mujer, caoar de prender fuego?" Se pregunta la mujer.

_Por dentro lo eres Lilith- la voz de la vieja aparece justo detrás de ella.

_¿Qué hace aquí? Marchase de mi cuarto.

La vieja ciega, camina hacia haciéndola mirarse en el espejo.

_Por fin te has mostrado tal y como eres Lilith. Los recuerdos te atormentan, la desesperación, la soledad... Quieres huir - las palabras de la vieja hacen caer en trance a la muchacha - Mírate, eres un trapo al que usan y tiran. Nadie te desea, los hombres solo se burlan de ti. ¿No quieres amor Lilith? ¿Qué es lo qur más deseas?

_Que alguien me quiera - responde la chica con el rostro melancólico.

_Pero quién te va a querer así Lilith - la vieja le arranca el camisón para verse desnuda ante el espejo - A nadie le gustan esas cicatrices. ¿No quieres vengarte hija? Por todos esos insultos, cicatrices, mutilaciones que tu misma te has hecho. Te necesitamos Lilith. Necesitamos a una reina que nos guíe. A nosotras, las brujas, demonios, seres que quieren ser escuchados, maltratados por la injusticia.

_Nadie se merece eso.

_Ten - la vieja le muestra una granada entre sus manos, roja y jugosa - La fruta prohibida. ¿Qué deseas Lilith?

_Alguien que me quiera - dice esta en sollozos siguiendo en trance por la vieja - Que me deseen, que me respeten, ser bonita. Que sufran por sus pecados y el daño que me han hecho.

_Un mordisco y tus deseos se harán realidad - la vieja tiende la fruta, Lilith se muestra rechazante - Cógela, sabes que lo deseas muchacha - la vieja se muestra desesperada por que la chica le de un mordisco. Lilith se siente tentada. Se mira al espejo con las lágrimas en sus ojos. Lentamente se acerca la fruta a los labios. Da un pequeño mordisco a la granada, cual sabe dulce por un lado y amarga por otro.

La chica sufre mareos y sofocos, por poco cae al suelo.

_¿Qué me ha hecho? - pregunta débil.

_Tú misma te lo has hecho niña, pero tales deseos, tendrán consecuencias.

Lilith se acerca para taparse y sentarse en la cama, pero los mareos son más fuertes. La vieja ya no está y sus ojos se nublan.

_Me ha... envenenado....

La oscuridad se apodera de Lilith y ya no abre más los ojos.