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Segunda primera vez

Ha pasado una semana desde que adquirí a Di Tao. Así que le hago una visita. Me la encuentro sobre la cama. De espaldas. Desnuda. Moviendo frenéticamente el consolador que penetra su culo.

–¡¡Aaah!! ¡Quiero más! ¡Aaaah! ¡No es suficiente!– gime

–¿Quieres que te ayude?– le pregunto, acercándome.

–¡Aaahh! ¡¡Kong!! ¡No es lo que parece! ¡Aahh!– entra en pánico e intenta disimular tapándose con las sábanas.

–Yo diría que es exactamente lo que parece.

Intento no reírme. Le arranco las sábanas y las aparto. Me acerco a ella. No se atreve a moverse. El consolador aún vibrando. Lo cojo y empiezo a moverlo. Con la otra mano busco su clítoris. Su vagina está muy mojada.

–¡¡Aaaaaah!! Yo… No… ¡¡HHHHAAAAAaaaAAHHH!!– aún intenta negarlo. Roja. Es inútil.

Añado qi y muevo el consolador hasta que se corre. Puedo ver un pote con una sustancia líquida. Debe ser un lubricante. Supongo que lo ha comprado. No me acordé de darle.

Mientras jadea, me desnudo. Me acerco a su cabeza. Pongo mi miembro frente a ella. Sin tener que decir nada, lo mete en su boca. Mmm. Ha mejorado. ¿Ha estado practicando? Quizás con el consolador.

No hacen falta palabras. No hay amor entre nosotros. Solo sexo. Yo la domino. Ella es mi juguete. A cambio, tiene placer. Noto que quizás sienta algo por mí. Pero no sé muy bien el qué. Pudiera parecer que se parece a mi relación con Fen Huan. Pero Huan me quiere. Estaba incluso obsesionada conmigo. No tengo muy claro qué piensa Di Tao. Aparte de que soy alguien que la domina. Que incluso la azotó.

–A cuatro patas– le ordeno.

Me mira algo reluctante. Aunque obedece. Nunca lo ha hecho así. De hecho, solo ha tenido sexo una vez. Si descontamos el consolador.

Su culo está lubricado. Mi miembro lleno de saliva. Así que la penetro. Su cuerpo se pone rígido.

–¡Aaaaaaahhhh! ¡Eso era! Tan llena… ¡¡HHHAAaaaahhh!!– exclama, gimiendo, apasionada.

Disfruto de su culo. Juego con su vagina, sin penetrarla con los dedos. Con su clítoris. Con sus abundantes pero no enormes pechos. Decido dejarme llevar. Disfrutar simplemente de ella. Llenarla de mí mientras se corre.

–¡¡¡AaaaaaaaaaAAAAHHHhhh!!! ¡Está caliente!

Mientras jadea, vuelvo a embestir. No se lo esperaba. Bueno, en su culo puedo eyacular varias veces. Tiene espacio de sobras. Así que me puedo dejar llevar mientras me la follo.

A la segunda vez que la lleno, su cabeza está contra la cama. A la tercera, tengo que sujetar sus caderas. A la cuarta, la dejo caer sobre la cama. Me pongo encima. Sigo penetrándola. Disfrutando de ella. Absorbiendo su qi. Llevándola a la extenuación.

Cuando me marcho, su culo aún no se ha cerrado. Ella no se mueve. Solo jadea. Me mira de reojo. Roja. No sé si del esfuerzo o de vergüenza. Al menos, no se ha desmayado. Aunque no creo que aguante mucho más con los ojos abiertos.

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Vuelvo a la cabaña e invoco a Rui. Le he indicado antes que prepare su culo. Que lo tenga lubricado y listo para ser penetrado. Me mira expectante.

–Vamos a probar algo. Ven, siéntate de espaldas. Muévete.

Lo hace con pasión. Mi miembro entra y sale de ella continuamente. Gime de placer. Incluso cuando no estoy activamente inyectando qi.

Me he estado fijando en Di Tao. En que es virgen. Al menos vaginalmente. Quiero ver si puedo reproducir el himen en Rui. Lo que resulta ser sorprendentemente fácil. Mucho más que curar a Song. Más rápido que hacerle crecer los pechos a Rong. Lo que faltaría para hacerlo más real sería reforzarlo con qi. Para simular que el qi ha estado circulando durante años. Creo que me costaría semanas para que fuera realista. Tampoco quiero experimentar tanto.

Así que decido atacar los modestos pechos de Rui. Succionar su cuello. Se corre prácticamente al instante. Estaba ya al límite.

La dejo caer. Empiezo a embestir por detrás. Parecido a Di Tao. Disfrutando de ella. Absorbiendo su qi. Poco antes había practicado para hacer sitio a su qi.

Embisto una y otra vez en ella. Aunque no me corro varias veces. Si bien podría, antes ya ha sido suficiente. Cuando lo hago, Bang Rui me mira jadeante desde la cama. Con adoración. Satisfecha.

–He reconstruido tu himen. Mañana probaré a desvirgarte otra vez– le anuncio.

Ella me mira sorprendida. Como si no entendiera qué he dicho por unos instantes. Creo que se está examinando con qi. Sonríe ampliamente.

–¡Sí, amo!– exclama entusiasmada.

No sé si hay para tanto. Solo es una membrana muy fina. Como sea. Sigo con las demás esclavas antes de ponerme a practicar un poco más. Adoro follarlas.

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–Mmm. Hay algo que no nos estás contando– me mira Shi a los ojos.

–Sí, oculta algo– está de acuerdo Liang.

–¿Qué será?– se pregunta Yu.

–¿Deberíamos interrogarlo?– amenaza Song, sacando una cuerda y una pluma.

¿Desde cuándo está tan preparada? ¿Quiere atarme y hacerme cosquillas? ¿¡Cómo puede ser tan cruel!?

–Me parece buena idea– la apoya Yi. Traidora. Lo tendré en cuenta.

–Eh, eh, nos os pongáis así– me defiendo, moviéndome hacia atrás –. No es nada importante. Solo un experimento sin importancia.

Song y Yi sonríen. Se acercan amenazantes. Moviendo sus manos y dedos como si quisieran atraparme. Las otras suspiran o se ríen. Ninguna me defiende. Solo puedo confesar. Tampoco es para tanto.

–Solo tenía curiosidad. Como Di Tao es virgen, me pregunté si podía recrear el himen. La observé. Luego lo probé con Rui. Nada más– confieso.

–Oh. ¿Y funcionó?– pregunta Liang, curiosa.

–Más o menos. La membrana es fina y fácil de recrear. Pero el efecto del qi durante años en ella costaría más. Quizás semanas– explico.

–Entonces, ¿no podemos torturarle?– se lamenta Song.

Aunque está vez Yi no dice nada. Ella y Yu están muy calladas. No sé muy bien por qué.

–Ahora que tienes a esa Tao, ¿cuánto tiempo creer que tardarás en comprimir el qi?– pregunta Shi.

Creo que está tratando de cambiar de tema. Quizás sabe en qué están pensando las gemelas. Hablan mucho entre ellas. Ni idea de qué va. Le seguiré el juego. Total, me lo hubieran preguntado igualmente.

–No estoy seguro. No es que pueda absorberle todos los días. Pero quizás un mes menos– estimo. No sé muy bien si es acertado.

–Oh. Pues deberías buscar a más. ¿Yi, alguna voluntaria que conozcas?– propone Song entre risas.

–No, pero quizás podríamos poner un anuncio– propone ella, riendo.

Parece que han conseguido que se olviden por el momento de lo que sea.

–Algo como: "Sexo gratis para estudiantes frustradas en la etapa dos"– propone Yu.

–Yo puedo diseñar el cartel– se ofrece Ma Lang entre risas.

–Yo podría… Ja, ja, ja. No puedo más… Ja, ja, ja.

Parece que Shun ha sido la primera en caer. El resto siguen poco después. No pueden evitar reírse a mi costa. Yo no le veo la gracia. Acaban despertando a Wei. Shun la acuna en sus brazos. Aún con lágrimas en los ojos de tanto reír. Las demás intentan aguantarse. Song se coge el estómago. En serio, no era tan gracioso.

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Poco después, Shi me abraza. Me besa. Me mordisquea la oreja. Aprovecha para susurrarme.

–Sé suave con las gemelas. No preguntes. Ya te lo explicarán si llega el momento.

Me mira. No sé de qué va. Pero asiento. Ella me besa con mucha dulzura. Suavemente. Jugueteando con mi lengua con delicadeza. Apretándose poco a poco a mí. Íntimamente, su piel se frota con la mía. Noto la suave punzada de sus pezones erectos. Sus manos recorren mi espalda. La suya es acariciada por mis dedos. Sus escalofríos cuando añado qi son muy sensuales. Ella también provoca los míos de la misma forma. Han aprendido. Y les gusta experimentar conmigo.

Lo hacemos despacio. Con todas. Parece que han llegado a algún tipo de acuerdo. Así que las gemelas también son suaves. Aunque diferentes. Están como siempre. Y a la vez más ansiosas de cariño. De caricias. De besos. De tener sexo lento. De ser penetradas despacio. De saborear cada instante sin prisas. De ser mimadas más de lo normal. No sé qué tendrán en sus preciosas cabecitas rubias. No sé qué ocultan sus preciosos ojos verdes. Sea lo que sea, haré lo posible por ayudarlas.

Ma Lang y Shun están especialmente a gusto con sexo lento y suave. Aunque ocasionalmente también lo piden más intenso, normalmente les gusta que las mime. O mimarme a mí

Con Wan no estoy tan seguro. Pero tampoco parece importarle que la penetre poco a poco. Aunque, si tengo que apostar, lo haría a que mañana me pide que sea mucho más intenso.

Como sea, mañana será otro día. Me duermo mientras mi alquimista preferida se aprieta a mí. Con una de sus enormes tetas sobre mi brazo. La otra, estrujándolo por debajo.

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Como es habitual con Wan, tengo que despertarla con sexo. Penetrándola mientras está aún dormida. Sin parar cuando despierta. No se queja. De hecho, me pidió que lo hiciera siempre que quisiera. Gime mientras sus pechos rebotan. Mientras todas sus carnes lo hacen. Diría que ha adelgazado un poco. No mucho. Aunque no necesita comer, lo sigue haciendo. Tampoco hace mucho ejercicio, aparte de sexo. Hacer alquimia no adelgaza.

Como era de esperar, el resto de las chicas quieren hoy sexo más intenso. Song me cabalga sin descanso. Le gusta hacerlo así. A Liang la penetro abrazada a mí. A Yi contra la pared, de espaldas. A Yu contra la pared, de cara. Shi se tumba sobre la cama y me deja hacer, aunque me dirige con sus manos en mi cintura. No deja de mirarme y sonreírme. Lang a cuatro patas. Shun de lado sobre la cama.

Luego le llega el turno a Rui. Normalmente se lo haría para recargar después de copiar una página. Pero hoy toca desvirgarla otra vez. Así que practico un poco con el bastón y la llamo.

La hago ponerse sobre la cama. Mirándome. Sus piernas semiabiertas. Se las coge por los muslos. Me mira fijamente. Ligeramente sonrosada. Mojada sin que tenga que hacer nada.

Inserto mi miembro en su agujero, despacio. Ella se muerde el labio. Hay pasión en su mirada. No tardo en notar una leve resistencia. Pronto desaparece.

–¡Aaah! ¡Amo me ha desvirgado otra vez! ¡Aaaaaah!

Decido follarla despacio. Disfrutando de su estrechez. De la suavidad de su piel. Masajeo sus pechos despacio. Reclamo sus labios. Ella me recibe obediente. Apasionada. Dejándome hacer. Aceptando mis deseos como buena mascota. Sé que incluso si le hiciera daño, obedecería.

Me acaricia el pecho y estómago cuando la dejo hacerlo. Con avidez. Con lujuria. Sus manos expertas se mueven serviciales con suavidad.

A pesar de las veces que la he follado, las paredes de su vagina son estrechas. Apretándome. Envolviéndome. Aunque suficientemente lubricadas como para poder moverme con facilidad.

Dejo sus labios. Me la quedo mirando a apenas unos centímetros. Su boca abierta. Jadeando y salivando. La miro mientras se corre.

–¡¡¡AaaaaaaahhhhhhHH!!! ¡Aaaamoooo! ¡¡¡¡HHHHHHHAAAAaaaaaAAAHHHHHHh!!!!

Suelto entonces sus pechos. Agarro sus muñecas. Las inmovilizo contra la cama. Sin darle tiempo a descansar, empiezo a embestir con más rapidez. Aumento el ritmo. El roce de mi miembro en su interior. La uso para darme placer. Excitando su cuerpo aún sensible por el orgasmo.

No tardo en correrme dentro de ella. Mientras todo su cuerpo tiembla. Mientras el placer la embriaga. Su boca completamente abierta. Su espalda curvada. Su vagina llena y apretándome.

Se me queda mirando con adoración. Con pasión. Mierda. Aún estoy excitado.

Le doy la vuelta. La pongo a cuatro patas y penetro su culo. Inmediatamente, empiezo a usarlo. A embestir. Agarro sus caderas. Ella solo gime. Tiembla a cada embestida.

Acabo eyaculando dos veces más en su culo. Ella se desploma cuando la suelto. Respira pesadamente.

–Ah… Amo… Ah… Increíble. Ah… Ah… Amo… Otra vez soy de Amo…– la oigo murmurar.

Está demasiado cansada. Así que llamo a Ning. La hago limpiarme mi miembro con la boca. Incluso algo de sangre de haber desvirgado a Rui. Ella obedece. Mirando la sangre con curiosidad. Pero deseosa de meterse mi miembro en la boca.

Es demasiado buena. Me acabo corriendo de nuevo. Ella se lo traga con glotonería. La devuelvo. Ya la follaré después. Ahora tengo cosas que hacer. Como copìar unas páginas.

Cuando después la llamo para follarla, me sorprende. Me pide que la desvirgue otra vez a ella también. Parece celosa.

–Rui trabaja mucho más que tú. Tendrás que ser más aplicada. Reduce a la mitad el tiempo de invocar la barrera y lo pensaré– le propongo.

Ella me mira con ojos suplicantes, pero no pienso ceder. No es que me sea un problema. Pero así tengo un aliciente para ella. Aunque no estaba tan dejada como antes, tampoco le pone mucho empeño. A ver si así…