Unos días más tarde de que subieran mis pervertidas, es la 12ª cita en grupo. Es el nombre oficial que le han decidido poner. Aunque solo entre nosotros.
También hace un par de días que Hong subió a 8. Ya está casi como las demás. Amenazaba con superarlas en breve. Aunque le queda trabajo para dominar sus técnicas.
Por cierto, ayer mis mamás estuvieron especialmente alegres. Les aseguré que podía traer a alguien experimentada como comadrona si no encontraban a nadie. Guo Xua dijo que seguiría buscando, aunque se la veía aliviada. Le quita un gran peso de encima. Si no, igual se vería obligada a pedir un favor a alguna de las concubinas. Quizás, la que está moviendo los hilos para hacérselo complicado. Y puede que sea eso lo que quiere.
También llegó un mensaje de la familia de las gemelas. Esta vez, no de sus padres. Aunque no hay muchas novedades. Viene a decir lo mismo que les adelantaron. Ofreciendo recursos si los piden. Aunque seguro que no serían muchos. Las gemelas lo han explicado con bastante desdén.
De todas forma, eso fue ayer. Ahora tengo a mis dos pervertidas que han venido a buscarme. Han entrado en mi cabaña en cuanto he abierto. Me han besado muy apasionadas. Y se han ido riendo poco después. Después de provocarme. De tentarme. ¡Esto no quedará así!
–Xiulan'er dijo que venía con Ye Bi. La muy cobarde se ha escapado de nosotras– se queja Bei Liu.
–No seas mala con ella– la regaño, casi riéndome.
–La consientes demasiado– se queja Bi Lang.
–Pero, es demasiado tímida y adorable. ¿Cómo no consentirla?– me defiendo, poniendo una voz artificialmente aguda.
–Ja, ja. Tonto– me golpea Bei Liu el hombro con su puño, bastante suave.
Casi esas mismas palabras las dijo ella días atrás. Quería hacer como que la imitaba.
–¡Ay!
–Quejica– me critica su amiga.
–Es ella que es muy violenta– exagero –¡Ay!
Ahora me ha mordido. Aunque le sigue un dulce beso. Y el mordisco apenas se ha notado.
Hablando y jugando llegamos a las plataformas. Ye Bi y Yan Xiulan no tardan mucho en llegar.
–Ya están flirteando– se queja Ye Bi.
Como respuesta, recibe el abrazo de mis dos pervertidas. Lo devuelve sonriendo. Yan Xiulan lo devuelve más avergonzada. Me mira. Sonrío.
–Vamos.
Ella asiente y me sigue. Por el camino, me vuelve a agradecer. Hace un par de días, mis chicas encontraron unas gemas baratas de las que le interesaban. Y las compraron para ella. No eran muchas, pero estaba encantada. Podrá probar joyas nuevas. Incluso me besó. Solo en la mejilla.
De nuevo, volvemos a practicar. Por lo que me contó Bei Liu, solo lo hace así conmigo. Ahora, una vez al mes. Quizás, practica las habilidades sola. Pero no va a la zona de entrenamiento. Fue solo una vez. Y la acosaron.
Aquí, conmigo, con sus amigas mirando, se siente segura. Al menos, eso me aseguró Bi Lang. Ser tímida tiene algunos problemas. También es cierto que yo tampoco voy mucho por ahí. Aunque mis razones son un tanto diferentes.
Sin duda, se concentra en la tarea en curso. Mmm. Ha mejorado desde la última vez. Su control del qi es más fluido. Aún le falta, pero la mejora es evidente. Además, va probando cosas diferentes. Incluso empujar el qi sobrante contra mí. No le sale muy bien la primera vez. A la tercera, me envía bastante. Le va cogiendo el truco.
Quizás, el mayor problema es que nadie la había guiado. Y que está demasiado obsesionada con la joyería como para preocuparse más. Ahora, con mis consejos y los de Fen Huan, sabe más o menos por dónde tiene que ir. Quizás, le falta más detalle de la alabarda, pero todas las armas tienen partes comunes. Así que ahora, al menos, tiene más o menos claro qué puede mejorar.
De todas formas, en un tiempo, sería bueno que viera a un experto. Podría acompañarla, pero no sé si sería bueno. Más que protegerla, podría hacer que la miraran mal. Una cosa es que me vean con ella de vez en cuando. Otra que actúe como su novio en público. Sobre todo, si a algunos no les gusta mi presencia.
Hay una solución mejor. Que la acompañe Fen Huan. Le preguntaré cuando llegue el momento. Lo hablaré con las demás.
Por supuesto, ciertas espectadoras la animan a ella. Y me abuchean. Una razón más para vengarme de ellas. ¿Qué les podría hacer?
–Gracias– me agradece de nuevo cuando paramos.
–No me cuesta nada, y ya estaba aquí. O entreno contigo, o esas dos me acosan. Me has salvado. Ya has visto como iban en contra mía– me hago la víctima.
–Ji, ji. No seas malo con ellas– me regaña, divertida.
Me encanta verla reír. Está un poco más relajada después de entrenar.
–Has mejorado bastante. Lo has notado, ¿verdad?– la alabo.
–Bueno, sí, pero… Me falta aún mucho– se queja.
–A mí también me faltaría mucho si tuviera que estudiar joyería u otra profesión. Lo importante es que vas mejorando. Sigue así– la intento animar.
–Sí…– asiente, algo tímida, pero no roja.
Bueno, al menos no está roja hasta que ciertas dos intervienen. Y la abrazan. Como si fuera la ganadora de un gran torneo. A mí me sacan la lengua. Jugando. A Ye Bi le hace gracia. Está hablando con Pen. Fen Huan me mira. Asiento. También vamos a practicar.
Le muestro mi progreso con activar técnicas con el qi caótico de los impactos. La cojo por sorpresa la primera vez, golpeando su pierna. Frunce el ceño. Me mira acusadora. Se calma cuando le sonrío. Aunque no la vuelvo a pillar por sorpresa.
Es experimentada. Puede leer el flujo de qi. Y así adivinar lo que intento. También detiene mis golpes con habilidad. Es realmente buena. Al menos, más que cualquier otro con el que haya practicado. A excepción del maestro de bastón, claro. Él está a otro nivel.
Me pilla por sorpresa una vez con una técnica. Cuando detengo su golpe, este es proyectado como qi. Mediante el qi sobrante del propio golpe y los anteriores. Me sonríe cuando la miro. Rencorosa. Pienso azotarla por esto. Claro que no será un castigo para ella. Más bien, un premio. No importa. La azotaré igualmente.
Cuando acabamos, aún no ha llegado nadie. Las chicas nos aplauden. Ye Bi se acerca a Fen Huan.
–Oye, ¿practicarías un poco conmigo? Bajaría el qi al tuyo. No tengo muchas oportunidades de entrenar por culpa de… Bueno, eso da igual. ¿Qué dices?– pide.
–Claro, ningún problema– acepta ella.
Otra cosa no, pero entrenar le encanta. Aunque sea enseñar. Y mejor si su oponente es más fuerte.
Nos las quedamos mirando. Fen Huan tiene más habilidad. Ye Bi es mejor que yo, aunque es normal. Su cultivación es alta. A 5-10 años por cada etapa en alma, son unos cuántos. Por poco que haya practicado, debe de ser mucho. No sé qué edad tiene. Su apariencia es similar a la de las demás. La edad no importa mucho en los cultivadores.
Además, como confesó Yan Xiulan, las profesiones ayudan a mejorar el control de qi. Quitan tiempo para entrenar técnicas de combate, pero algo ayudan. Por supuesto, Ye Bi sería mucho más temible si usara sus talismanes. Y Yan Xiulan sus joyas. Quizás, estaría bien practicar con sus bártulos alguna vez. Aunque primero mi joyera tiene que mejorar un poco más.
Aprovecho para grabarlas sin que se den cuenta. He sacado una gema de memoria del almacén. La tengo en el bolsillo. Para que no se note. No creo que lo noten. Si perciben las fluctuaciones de qi, puedo decir que estaba probando el control. Por no hablar de que están entretenidas mirando. Lo grabo para Song, por si le sirve de algo. Ye Bi usa lanza también.
Noto que Ye Bi aumenta su qi. Hasta la etapa cuatro, creo. Fen Huan se defiende perfectamente. Incluso contrataca con una etapa menos. Es realmente buena. Tendría que volver a quedar con ella para practicar. Quizás, cuando suba de nivel. Ahora, no tengo mucho qi.
De hecho, he gastado antes demasiado. He estado haciendo pruebas que gastaban poco. Entrenando más mis reflejos y ejecución. Casi no me queda de la etapa uno. El de la dos, prefiero no gastarlo. Perjudicaría mi cultivación.
–¡Muchas gracias! ¡De verdad! ¿Te importaría que el próximo día lo hagamos otra vez?– pide Ye Bi.
–No hay problema. También me es útil a mí. Sobre todo, si usas qi de la cuatro. El de la cinco es demasiado por ahora. Aún no me he acostumbrado del todo– asiente Fen Huan.
–El idiota de tu acosador está mirando de lejos– le susurra Bei Liu a Ye Bi.
–Ese pesado… Si no fuera porque le daría problemas, besaría a Kong para ver si le da un ataque al corazón– gruñe ella. Me da la impresión de que lo odia.
Curiosamente, aún no ha llegado nadie. Resulta que hemos venido un poco más pronto de lo normal. Cosa de mis pervertidas. Tendría que regañarlas. Pero conozco la razón. Lo han hecho para que podamos practicar sin preocupaciones. Bueno, quizás las castigaré luego un poco menos. ¿O quizás más?
Al cabo de un rato, empiezan a llegar. Xi Siyu viene con su novia. Se los ve acaramelados. Mientras que Song está mirando la grabación. No sé si le servirá de algo.
–Desde la última vez, se han peleado dos veces y han hecho tres las paces– me susurra Bei Liu.
–¿Tantas? No sé qué pensar de ellos– me sorprendo.
–No creas que tienen el récord. La del pelo morado con cola se ha peleado al menos quince veces este mes– cotillea Bi Lang.
Las miro. Ellas me sacan la lengua. Y se van a saludar a los recién llegados.
–¿En serio? ¿Quince veces?– oigo a Ye Bi sorprenderse.
–Si lo dicen ellas, seguro que es verdad– asegura Pen, que tampoco acaba de dar crédito.
Pronto empiezan lo combates de mentira. Y otros un poco más serios. Una vez más, varios me piden entrenar. Y varias se lo piden a Fen Huan. Los chicos no se atreven a pedírselo a ella. ¿Las chicas me tienen miedo a mí? ¿O quizás a quienes están conmigo? ¿Debería preguntarle a mis pervertidas? Mejor no. Si no, se burlarán de que quiero ligar con ellas.
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Después del evento, acabo con mis pervertidas, Fen Huan y Pen en la cabaña de las últimas.
–Así que abucheándome… Merecéis un castigo– acuso a las dos primeras.
–¿Qué tipo de castigo?– pregunta Bei Liu, expectante.
–Yo puedo ayudar– se ofrece Pen, sacando el látigo.
–¿¡De parte de quién estás!?– se queja Bi Lang.
Al final, el castigo es con hielo. Las estoy tentando un buen rato. Vendadas. Recorriéndolo por su piel. Hasta que suplican que las folle.
–Ahora no me acuerdo, pero seguro que he hecho algo malo– se apunta también Pen.
–Ah… Envidiosa…
Así que recibe el mismo trato. Se estremece cuando el frío la recorre. Junto con un poco de qi. Tentándola. Pero sin acabar de darle lo que quiere. También acaba suplicando. Un poco exagerada.
En cuanto a Fen Huan, el hielo no es suficiente.
–Has estado muy crecida antes en la plataforma. Usando técnicas contra mí por sorpresa…– la acuso, por mucho que yo haya hecho lo mismo.
–¡Aaah! Amo… He sido mala… ¡¡Aaaaaah!!
Es castigada por sus ofensas con el látigo. ¿O premiada? Sin duda, lo disfruta.
Al principio, no quería que sus dos amigas supieran de esa faceta. Resultó que ellas ya lo sabían. Así que ya no había razón para esconderse.
–Es más pervertida que nosotras– critica Bei Liu mientras sodomizo a su amiga.
–Bueno, no sé si más. De forma diferente– valora Bi Lang.
–Es bueno que reconozcáis que sois pervertidas– me burlo de ellas.
Ellas se miran. Me miran. Se miran.
––¡Tú eres el más pervertido!–– me acusan a la vez.
–En eso estoy de acuerdo– las apoya Pen.
–Antes no decías lo mismo– la provoco.
–Antes es antes, y ahora es ahora– ríe ella.
–Huan'er, ¿tú qué dices?– pregunto mientras la penetro hasta el fondo.
–¡¡Aaaaahhh!! ¡¡Amo es el mejor!! ¡¡¡AAAAAAAaaaahhhhH!!!
–Tch. Eso es hacer trampas– se queja Pen.
Se levanta y me coge el látigo. Empieza a azotar a su esclava. Añade qi. Deja algunas marcas en su espalda.
–¿Quién es la mejor?– exige saber.
–¡¡Aaaahh!! ¡Ama es la mejor! ¡¡Aaahhh!!– se somete Fen Huan.
–Y yo hago trampas– me quejo.
Ella me saca la lengua. Mis pervertidas animan a Pen. Yo follo a Fen Huan. Supongo que en realidad, todos somos un poco pervertidos. O más de un poco. ¿A quién le importa?
Luego, mientras descansamos, están de acuerdo con mi idea. De enviar de escolta a Fen Huan para Yan Xiulan. Curiosamente, a ella parece gustarle bastante la idea. Espero que no quiera buscar pelea. No me extrañaría. Se quejaba de que no querían practicar con ella. Que le costaba más así dominar su qi de la etapa tres.