Siguió caminando hasta que llegamos a una puerta, la cual abrió sin problema y entró a una oficina enorme, la decoración era sencilla pero lucia elegante y sofisticada, supuse que le pertenecía al ver un cuadro en la pared en donde estaba él y su hermano. Me llevó a un sofá y con cuidado me dejo en él, caminó hacia una puerta y salió, yo me quede sentada masajeando mi pierna esperando que regresará. Cuando traté de estirar la pierna el calambre se hizo más fuerte y no pude evitar gritar. Inmediatamente él regresó con una pequeña cobija y se arrodillo frente a mi para cubrir mis piernas.
-No te muevas el dolor se hará más intenso. - Vio mi cara y yo asentí, desabotono los botones de las mangas de su camisa y las enrollo.
-Te daré un masaje y el dolor se irá. - Coloco sus manos en mi pierna y comenzó a masajearla, no podía evitar mirarle sorprendida, no parecía ser el tipo de hombre que ayude o se preocupe por los demás, cuando le escuche hablarle a sus empleados de manera fría pensé que no le agradaba estar cerca de otras personas, sabía que él no era mala persona ni nada de eso. Él era extraño, y por alguna razón me sentía cómoda estando cerca de él, yo... quería conocerlo más.
-Deja de mirarme así. - Dijo mientras seguía masajeando mi pierna.
-Y… yo no…- Traté de buscar una excusa y negarlo, pero mi mente se puso en blanco, así que mi cara enrojeció y dirigí mi mirada a su escritorio para evitar que me viera.
- ¿Estas mejor? - Dijo mientras sonreía y me miraba, yo seguía observando hacia otro lado y solo hice un sonido para decirle que sí.
-No me ignores, ¿así es como le pagas a quien te ayudo? - Al oír eso rápidamente lo miré a los ojos y negué con la cabeza.
-No... no es eso, es que… me pones nerviosa. - Cuando vi que sus ojos se llenaban de sorpresa traté de arreglar lo que había dicho. -Es que tú y yo nos conocimos no hace mucho tiempo y solo nos vimos dos veces, hoy te volví a ver, me enteré de quien eras y prácticamente eres mi jefe así que no sé cómo… ehh. - Trate de terminar mi idea, pero no salía nada de mi boca.
- ¿Cómo tratarme? - Dijo mientras trataba de levantarse, cuando vi que sus piernas se habían entumecido le tomé de las manos y le ayudé a sentarse. Me quedé viendo si se encontraba mejor pero Louis solo veía nuestras manos aun unidas, ambos reaccionamos y nos soltamos mientras nos acomodábamos en nuestros lugares. -Gracias… Trátame como a alguien cercano a ti, sin embargo, no como amigo ni como un conocido. - Sus palabras resultaron confusas y lo miré para que se explicará.
Justo en el momento en que él iba a explicarme lo que quería decir la puerta de la oficina se abrió, una hermosa joven de cabello castaño entro, Louis al verla se levantó rápidamente y camino hacia ella.
-Te extrañe mucho Louis. - Dijo mientras se abalanzaba hacia él para abrazarle por el cuello y repartía besos por su rostro. Al observar la escena me sentí extraña, después de todo era lógico que él tuviera a alguien.