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Casi Tan Peligrosa Como Bowers

Sasha Jones es una chica independiente. No le interesan los demás, solo quiere irse de Derry. Un pueblo muy alejado del estado. Sus padres creen que debería ir a un reformatorio. Pero ella no se dejará tan fácilmente. Le gusta vestir de negro. Chaquetas de cuero color negro, pantalones jeans ajustados color negro y botas color negro. Pero eso si, nunca hacen falta las muñequeras.

Mileven134 · อื่นๆ
เรตติ้งไม่พอ
10 Chs

La pistola indiscreta.

Caminaba por toda mi habitación, pensando, ¿qué haría ahora?. Henry y sus secuaces me habían dicho que si esta noche no iba a la casa de Patrick, ya que sus padres no estaran, le contaran a todos mis secretos más privados. Y bueno, ya tengo suficiente con los rumores que hay en la escuela sobre mi. Tenía tiempo hasta medianoche para llegar a la casa de Patrick, de lo contrario, los rumores sobre mi seran mas y mas.

Sophia- ¡Cariño, a comer!.

Sasha- ¡S-Si, ya voy, ya voy!.

Me acerque a la puerta, y cuando estaba a punto de salir, me detuve para resoplar. Si Steve y Sophia se enteran de esto... hablarán con los padres de los gorilas. Y así, me odiaran mas, y le van a decir a todos mis secretos más profundos.

Camine hasta la cocina, mientras seguía el delicioso olor a carne con fideos con queso. Mi comida favorita, solo si mama la cocina. Al entrar a la cocina, lo primero que vi es a mamá y a Steve sentados en la mesa, esperándome a mí para comer. Mi mama tenia una dulce sonrisa, mientras servía la comida en mi plato. Steve estaba sirviendo el vino para él y ella y, para mi, jugo de fresa, mi jugo favorito. Me senté en mi lugar, con una mueca de disgusto, algo andaba mal.

Sasha- ¿Pasa algo?.

Sophia- ¿Que?. ¡No!- dijo intentando ocultar algo que era imposible de ocultar, un secreto.

Sasha- Mama... ¿que pasa?.

Sophia- Nad-da, no pasa nad--.

Steve- Nos volveremos a casar- un silencio inundo toda la cocina. En mi rostro, mis ojos se abrieron como dos platos, mi entrecejo se frunció. ¿Había escuchado bien?, ¿¡"Nos volveremos a casar"!?.

Sasha- . . .

Sophia- Cariño, lamento que te enteres así- mi mamá intentó tomar mi mano entre las suyas, pero aleje mi mano de inmediato.

Sasha- ¿Por que...?. Apenas apareciste hace unas semanas. ¿¡Y que, ahora te harás el padre de familia perfector!?- dije al punto de explotar por el enojo.

Steve- Sasha Jones, ¡a nosotros no nos hablas asi!¿¡entiendas!?.

Sasha- ¿Así como?. ¿Que creias?¿¡Que con hacerte el padre perfecto iba a olvidar las semanas de depresión que sufrí por TU culpa!?- si mas, me levante de la mesa y, dejando a mis padres con la palabra en la boca, me encamine a mi habitación. Saque fuerza de donde no tengo, y cerré la puerta con todo el enojo del mundo.

Eran las diez y veinte y siete, llevaba dos horas encerrada en mi habitación. No dejaba de pensar en mi diario, y en lo de mis padres. Me aturdía el cerebro el pensar que toda la escuela comenzara a llamarme "zorra" o "mas zorra que Beverly Marsh" y que tambien; mis padres estaran casados. No entiendo, literalmente Steve abandonó a mi madre por años. Y ahora, ella quería casarse nuevamente con el. Un oficial de cuarta que no sabe controlar ni una pistola... pistola... ¡pistola!.

Salte de la cama con una sonrisa, se me había ocurrido el mejor plan que se me ha ocurrido. Mientras me autoconvencia de que lo que estaba de hacer era lo correcto, caminaba hacia mi armario. Quería prepararme para la misión ; recuperar el diario. Abrí el armario y saque una remera de color negro. Básicamente todo mi vestuario era negro, para poder moverme por el pueblo, hasta la casa de Patrick, más fácilmente. Luego de ponerme los zapatos, y colgarme un bolso en el hombro derecho, me levanté y me acerque a la puerta.

Sasha- Se metieron con la chica equivocaba, Gorilas de cuarta- dije mientras abría la puerta y salía de mi habitacion.

Al salir de mi habitacion, cerre la puerta con delicadeza detrás de mí, intentando no despertar a mis padres. Mire a mi alrededor, todo era oscuridad, excepto por los faroles que iluminaban la calle. A paso lento, me dirigi a la habitacion de trabajo de Steve y mama. En realidad, era la de mamá, pero ahora, con Steve en casa, el tambien lo usaba para trabajar. Y también para guardar su pistola.

Al entrar en la habitación de trabajo, lo primero que vi eran los dos escritorios. Uno era de Steve y otro de mama. El de Steve estaba al lado derecho de la habitación, y el de mama estaba en el lado izquierdo de esta. Sobre el escritorio de Steve habían carpetas y más carpetas. Me acerque al escritorio de este y, con cautela, abri una de las carpetas que decia; El Caso De Betty Ripsom. Asombrada, comencé a leer lo que decía en esta.

"Nombre: Betty.

Apellido: Ripsom.

Edad: 13 años.

Estado: fallecida.

Muerte: Se desconoce".

-¿Se desconoce?. Vaya... ni para ser policía sirves, Steve. Mire la carpeta que estaba debajo de la de Betty. Fruncí el ceño al ver el nombre de la carpeta: Georgie Denbrough. Deje la carpeta de Betty en la mesa, desordenada, y tome la del hermano de Denbrough. Comencé a leer el interior, mientras que abría mis ojos cada vez mas y mas.

"Nacido: 18 de septiembre de 1981

Años: 7

Murió: Octubre de 1988

Estado: Fallecido

También conocido como: Georgie, Georgie Denbrough

Género: Masculino"

Mierda... ¿siete años?. Yo pense que era más grande, pero bueno... sigamos con el plan principal, robar la pistola de Steve. Luego de acomodar todo como estaba antes de que llegara, busque por todos los cajones y cajas que estaban sobre el escritorio.

Nada... nada de nada. Frustrada, apoye mis mano en el escritorio, mientras me preguntaba: ¿dónde guardas esa pistola?. Comencé a buscar, con la mirada, por toda la habitación. Y ¡bingo!, había un retrato que antes no estaba. Rápidamente, me acerque a este y, con cuidado, lo descolgué. Vaya, Steve, aquí es donde guardas tu preciada pistola.

Tome la pistola, ahora, mi dedo índice, estaba en el gatillo. Las ganas de disparar inundaban mis pensamientos, quería sentir como era el quitarle la vida a alguien, con una pistola como esta. A mi mente vino Steve, quería que sintiera que era estar al punto de que tu vida se esfume, que escape por tus dedos y aunque quieras alcanzarla, no puedes. Una sonrisa de satisfacción se formó en mis labios, guarde la pistola en mi bolso. Volví a colgar el retrato en su lugar, y con una sonrisa, salí de la habitación. En dirección a la casa de conocido psicópata; Patrick Hockstetter.