Encontrándola

—Ah, mierda. Pensé que te dejarías llevar —Eduardo respondió bromeando mientras levantaba la vista de su reloj. 15 minutos...

—¡Eduardo! ¡Natalia está allí afuera! —gritó Reiner.

—¿Cuánto tiempo crees que tardará en recuperar la memoria? —preguntó Eduardo, aún muy tranquilo. ¿Son suficientes 15 minutos?

—¡Muévete! Voy a salir. Voy a encontrarla —declaró Reiner mientras empujaba a Eduardo.

—Experimentación y ensayos humanos. Los odio. A veces, sin embargo, son necesarios e inevitables —Eduardo comenzó a hablar mientras agarraba el brazo de Reiner para detenerlo de irse.

—¿De qué mierdas estás hablando? —preguntó Reiner con voz tensa.

—...cuando eso sucede, lo mejor que podemos hacer es asegurarnos de que el ensayo sea seguro y controlado —continuó Eduardo en un tono calmado.

—Eduardo... Natalia está en peligro. Muévete... —Reiner declaró la realidad desde su perspectiva fríamente.

—Ves este punto rojo aquí... esa es Natalia —Eduardo respondió con una sonrisa burlona a Reiner.