Un grito de ayuda

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La enorme bestia que emergía de la caverna medía unos diez metros de largo y cinco de alto. Similar al Tigre Blanco de Crimsonfrons, estaba cubierto de un glorioso pelaje dorado. Incluso antes de hacer un movimiento, ya se podía oler el hedor del derramamiento de sangre en el aire.

Después de entrar en el espacio plegado, se habían encontrado con un buen número de bestias. Sus reinos de crecimiento eran aterradoramente altos, pero su experiencia de lucha era muy escasa. Todavía no había sido fácil tratar con ellos, pero los errores ocasionales que cometieron crearon aberturas explotables.

Sin embargo, era completamente diferente con la enorme bestia que tenían delante. Desde la fuerte intención de matar que parecía estar incrustada en su presencia hasta la extrema cautela en sus ojos, era evidente que era un veterano en la batalla. Sin duda, muchas bestias poderosas habían caído bajo sus garras.