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Capítulo 39: Epilogo

Los patrulleros abarrotaban las áreas colindantes al monumento a la libertad del Centennial Park.

Los sirvientes del Joker eran llevados encadenados a los camiones blindados, escoltados por varios agentes preparados y listos para actuar en caso los monstruos se liberarán y volviera el caos. Mejor era extremar las precauciones a lamentar molestos incidentes.

Superman estaba ahí. De pie frente al cráter que había dejado Lex Luthor al estrellarse con el piso. Un hoyo profundo y humeante donde se apreciaba solo un traje vacío, pero del otrora magnate de Luthorcorp ni una sola huella. Un auténtico misterio, solo que ya para otra ocasión.

-Ni rastro de él. De Luthor, quiero decir.

Superman le hablaba a alguien con una gabardina que se acercaba por detrás, con la ropa ondeando por los vientos de la mañana.

-Está muy lejos de casa, comisionada.

La comisionada Bárbara Gordon asintió con un suspiro y dio una leve indicación con el mentón a una bolsa de cadáveres que estaba siendo trasladada.

-El Joker era mi jurisdicción.

-¿Por eso viniste hasta aquí?

-No, en realidad no.

Superman solo calló.

-¿Cómo está él? -preguntó Bárbara ya sin rodeos, preocupada de verdad por un amigo, alguien a quien estimaba demasiado.

Superman le sostuvo la mirada. Eran dos personas que sabían demasiado, que ni estaban seguras de cuanto podían decir. Finalmente...

-El sanara -afirmó con certeza Superman, permitiéndose una sonrisa mitad asombro, mitad tristeza-. Es lo que hacen los humanos.

Ahora le tocaba asentir a Bárbara. Después miró a una figura distante, diminuta en la viva luz de la mañana y en el impresionante monumento.

-Dile -comenzó a hablar Bárbara, pero el torrente de sentimientos se agolpó en su garganta. Realmente había mucho que decir, aunque mínimamente pudo añadir-. Dile que lo siento.

Superman entendía la sucesión de ideas y sentimientos de Bárbara, él también no sabía muy bien que decir en ese momento. Se limitó a sonreír y a hacer un gesto de despedida con la mano. Y ya estaba elevándose al monumento, hacia la diminuta figura en lo alto.

Bárbara miró hacia arriba, viéndolo volar. Se perdió por unos segundos en sus pensamientos, pero no tardo en mirar a su alrededor, a los coches de policía, las cintas de seguridad, las personas uniformadas. Pronto volvió a sumergirse al circo de su vida.

-Bien, gente, tenemos a nuestros malos. Salgamos...

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Batman una vez más estaba con la capucha puesta, ocultando su identidad. Parado en el borde de la cubierta. Mirando al horizonte. A los patrulleros luminosos abajo, al movimiento de la ciudad que ya volvía a la vida.

Abrió la mano y un anillo de oro cayó de ella. Se volvió más y más pequeña hasta finalmente perderse de vista. Desaparecer.

Se dio vuelta hacia Superman.

-La gente no desaparece simplemente -afirmó el Hombre de Acero intrigado por la insólita evaporación de cualquier rastro físico de Lex Luthor. Si alguien sabía bien como generar quebraderos de cabeza era ese terrícola.

-¿Estás seguro? -inquirió Batman con una sonrisa sarcástica, pues acababan de enfrentar a un resucitado Joker, porque debía ser tan increíble la desmaterialización del enemigo principal de Superman. El razonamiento era demoledor, por lo que Superman mejor cerró la boca después de haberla abierto para decir algo. En su lugar fue Batman quien volvió a hablar-. El mal siempre encuentra un camino. El mal sobrevive.

-Quizá por eso estamos aquí -ahora sí Superman supo que decir.

Bruce le dio la razón con un movimiento afirmativo de cabeza. Luego evaluó a Superman, se percató en sus no pocos cortes y magulladuras.

-Te ves como una mierda, por cierto -le dijo.

Superman sonrió al fijarse en quien se lo decía, Batman se hallaba en igual o peor condición.

-Deberías ver al otro chico -le respondió.

Batman casi sonrió.

-Clark...

-Sí, sí, lo sé.

Las palabras sobraban. Clark extendió su mano. Bruce la tomó. El apretón fue fuerte y duradero.

Una amistad renovada.

-Entonces, ¿quieres tomar una cerveza? -Bruce rompió el silencio.

Caminaban por la plataforma.

-Mejor un café -propuso Superman.

-Siempre el boy scout -dijo Batman haciendo referencia a la eterna imagen pulcra de su amigo kryptoniano.

Los dos héroes se alejaban en el horizonte.