Enormes árboles se elevaban en el cielo en la cordillera verde exuberante. Esos árboles enormes, que habían crecido durante cientos o miles de años, normalmente eran capaces de crecer hasta varios cientos de metros de altura. Eran los seres vivos más grandes en la cordillera. Incluso la luz solar era bloqueada por sus enormes hojas. Difícilmente había alguien presente en ese lugar. Ocasionalmente, el rugido de una Bestia Mágica aparecía, aterrando a todas las aves descansando en el bosque. El asustado batir de alas formaba una figura blanca que se esparcía por el cielo, pareciendo majestuosa.
Había una elevada cima de montaña que sobresalía en el cielo en la vasta cordillera. La cima de montaña no era muy grande, pero era extremadamente escarpada. Sus muros eran casi verticales, y su precipitada cima de montaña era extremadamente lisa. A menos que pudiera volar, una Bestia Mágica ordinaria tendría dificultad en ascenderla.
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