Perspectiva: Agis.
Villa Limes, Sexteris 22 de Marzius del 1563.
- ¡Buenos Días Agis! – Bel me saluda casualmente de camino a la escuela.
- Buenos días Bel, ¿Cómo amaneciste? – le saludo como lo hago habitualmente.
- Muy bien, ¿y qué tal tú?
- No tan bien, pero hay voy, aaahhh. – una vez más realizo un bostezo.
- ¿Por qué? ¿te sientes mal? – me pregunta preocupado.
- No, no es nada importante, es solo que no he dormido bien últimamente. – rápidamente doy una excusa.
Las causantes de todo esto son Juno, Ceres y Luzbel, ya que ahora debo turnarme para pasar la noche con ellas; si Juno me monta la pierna cada noche, Ceres y Luzbel me abrazan como un peluche, agregando que poseen una fuerza sobre humana, siempre tengo una noche muy apretada, literalmente.
Ahora que tengo 7 años, me han permitido asistir por mi cuenta a la escuela, aunque realmente no es la gran cosa, ya que la iglesia no está muy lejos de casa, y siempre hay guardias haciendo rondas, por lo que, dudo que algo me vaya a pasar en el camino.
- Oye Agis ¿ya puedes hacer el hechizo [Flecha Oscura]? – pregunta Bel inquisitivamente.
- Ya lo he conseguido, pero tengo que practicar un poco más. – le respondo a Bel con mucha confianza.
- ¡¿en serio?! Yo aún no estoy ni cerca de lograrlo, ¿me vas ayudar? – Bel pregunta sin mucho rodeo.
- Claro, ya que hoy es fin de semana, podríamos practicar después de clases.
- ¡excelente! Si nos va bien, yo podría ser el tercero de la clase en realizar el hechizo, le dije a mi amiga Flora que lo lograría primero que ella. – Bel habla con voz motivada.
Flora es una de las hadas, al parecer, Bel ha querido hacerse su amigo, pero esa niña le ha dicho que primero debe ganarle en el dominio de algún hechizo; parece que es algún tipo de costumbre del Imperio Lignum, agregando que las chicas de otras razas son muy populares, todos quieren ser amigos de ellas.
Las clases son de lunes a sábado, o como le dicen en Alfa, de Lunae a Sexteris; entre semana, tenemos clases tanto en la mañana como en la tarde, pero el último día, ósea hoy, Sexteris, solo nos dan clases en la mañana, para las monjas este día es un poco especial, por lo que nos permiten la tarde libre. Hablando sobre ello, la educación en este país, está dividida en tres niveles: básica, intermedia y avanzada; por supuesto, la educación intermedia y avanzada son bastante costosas, por lo que muy pocos pueden permitírsela; desafortunadamente, en esta villa no hay una escuela intermedia, y si la hubiera, no creo que mi familia cuente con los fondos necesarios para que yo pueda entrar, pero aspiro a ir algún día.
- Oye Agis, ¿Cuántas Unidades Mágicas crees que tienes? – Bel cambia el tema.
- ¡ha! Es cierto, hoy nos van hacer la medición mágica una vez más… – súbitamente recuerdo mi primer día de escuela – la verdad no sé cuántas tenga.
- Debes tener muchísimas, eres de los mejores de la clase.
- Seguramente, de todos modos, lo voy a saber en poco tiempo.
Idara nos informó hace un tiempo, que el día de hoy, se realizará una medición mágica; según ella, se hace con el fin de tener un registro de nuestro crecimiento en estos dos años, y también creo que nos van a comparar con los nuevos estudiantes.
Al parecer, las Unidades Mágicas aumentan paulatinamente mientras realizamos hechizos, hacemos ejercicio, comemos y, en general, durante toda la vida; aunque la cantidad de Unidades Mágicas no es un factor determinante para calificar la fuerza de un individuo, es un elemento importante que define su valor hasta cierto punto; poseer bastas cantidades de esta energía, de algún modo, asegura una buena posición en la sociedad, y determina en gran medida nuestro talento; según Juno, entre más Unidades Mágicas tenga una persona, mejores serán sus oportunidades de conseguir un buen empleo, y ganar un poco más que los demás; no sé qué clase de trabajo es considerado "bueno", pero, probablemente, sea uno bastante peligroso.
Llegando a la Iglesia de la Diosa de la Luna, veo una considerable cantidad de niños nuevos despidiéndose de sus padres, también puedo ver a una niña de cabello rosado esperando junto a la entrada, siendo más exactos, es nada más ni nada menos que Katherine Berdún.
- ¡Agis! Llegas tarde, ¿cómo puedes considerarte mi rival con esa actitud? – Katherine me saluda con su particular forma.
- Buenos Días Katherine, ¿cuantas veces te lo he dicho? Debes saludar a las personas correctamente. – le replico una vez más.
- Buenos días…. – Katherine responde en voz muy baja.
- ¿Cómo dijiste? No te escucho. – le pregunto con vacilación.
- ¡dije que buenos días! – Katherine responde avergonzada en voz alta.
- aa ya veo, con que eso era, vez que si puedes hacerlo. – le respondo con una pequeña sonrisa.
- Buenos días Katherine. – Bel le saluda casualmente.
- Buenos días Bel. – Katherine le responde sin muchas ganas – Agis, en la medición mágica de hoy, seguro que voy a ganarte. – me señala con el dedo en una pose de triunfo.
- Pues eso hay que verlo, esta vez no perderé contra ti. – le respondo con mucho entusiasmo.
- Entonces que tal esto, si yo gano, tú tienes que hacer lo que yo diga, y si pierdo, yo voy hacer algo por ti. – Katherine me propone un reto.
- Bueno, pero la petición no tiene que ser nada exagerada.
- No te preocupes, será muy sencilla de cumplir, además yo….
Katherine interrumpe su frase y se queda mirando con disgusto atrás de mí; instintivamente, me volteo y veo que es Leila, corriendo a mi dirección.
- Buenos Días, Agis. – Leila saluda con su rostro inexpresivo.
- Buenos Días. – le respondo con mi habitual sonrisa.
- …..
- …..
Katherine y Bel se mantienen en silencio, esta escena es muy recurrente, cada vez que Leila aparece, el ambiente se torna extraño e inmediatamente mis compañeros se alejan; si lo veo desde el lado positivo, Leila es un buen elemento para evitar las conversaciones indeseadas, y cortar las que se han extendido demasiado.
- He…haa…. Bueno Agis, Katherine, yo me voy adelantando…– Bel tímidamente se despide y luego se aleja con bastante rapidez.
- Ha sí, adiós Bel, Agis no te olvides de nuestro acuerdo, ya debo irme… – Katherine también se marcha.
- ¿Interrumpí algo? – Leila pregunta mirándome a los ojos.
- No, nada, no era nada importante, no te preocupes. – le respondo casualmente.
- Bueno….
La ley del hielo que le están aplicando a Leila es bastante fuerte, todo esto es orquestado por las monjas, al parecer, están diciendo que juntarse con un Inanire trae desgracias y muchos otros cuentos; otro método de presión indirecto, tanto para aislar a Leila, como para disuadirme de juntarme con ella.
Luego de ese incómodo momento, entré junto a Leila en la iglesia; en el interior, Idara nos lleva a un salón separado para realizarnos la medición mágica rutinaria, y como era de esperarse, no se le permite a la mitad Gelum hacer el examen. Uno a uno, fuimos pasando activando la Tabla de Estado, como de costumbre, anotan en un pequeño papel nuestro resultado; por lo visto, muchos estaban bastante alegres, seguramente, obtuvieron alguna habilidad o un aumento notable en sus Unidades Mágicas.
- ¡Siguiente! – Idara llama en voz alta.
Me acerco al Artefacto Mágico y lo toco, inmediatamente brilla y, esta vez, puedo entender claramente lo que muestra este dispositivo:
Nombre: Agis Jardiel.
Edad: 7 Años.
Raza: Humano.
Atributo: Oscuridad.
Estatura: 118 Centímetros.
Peso: 22 Kilogramos.
Unidades Mágicas: 450000.
Nación: Imperio Caelum.
Sexo: Masculino.
Lugar de Nacimiento: Villa Limes.
Posición Social: Plebeyo.
Fecha de Nacimiento: 6 de Ianuarius del 1556.
Dones: Ninguno.
Habilidades: Ninguna.
¡Vaya! Mis Unidades Mágicas aumentaron considerablemente, parece que mi progreso es bastante alto, a este paso, podría alcanzar el millón en unos cuantos meses. Hablando francamente, 450000 es un número pequeño, según Juno, un adulto promedio posee entre 1,5 y 2 millones de Unidades Mágicas, una cifra bastante elevada, pero tomando en consideración el consumo de los hechizos, el uso de objetos mágicos y otros factores, esta cantidad no es tan alta; sin embargo, para que un niño posea tal cantidad en tan poco tiempo, demuestra que yo podría tener cualidades para alguna clase como Mago, Protector y muchas otras.
Luego de medir al último alumno, Idara nos insta a dirigirnos a nuestro habitual salón de clases, sin embargo, el hecho de que Leila sea la única en no ser medida no me agrada; por ello, voy a intentar apelar la decisión de esta mujer.
- Maestra Idara, por favor permita a Leila hacer la medición. – le hablo a Idara en tono de súplica.
- Agis, ¿no entiendes? Esa Inanire no posee suficientes Unidades Mágicas, por tanto, no puede activar el Artefacto. – Idara advierte lo obvio.
- Entonces yo lo activaré para ella, – realizo mi sugerencia – por favor Maestra Idara, permítaselo en mi nombre.
- Mmmm… – se muestra pensativa – ya que Agis ha demostrado un buen comportamiento, lo voy a permitir; y ahora que lo has pedido en tu nombre, espero que te hagas responsable. – la monja Idara habla con mucha seriedad.
- ¡Sí! Maestra Idara, voy a esforzarme mucho para responder a sus expectativas. – le respondo con una sonrisa y en tono animado.
- Bien.
Mientras Leila toca la Tabla de Estado, yo inyecto Unidades Mágicas para que se active; una vez más, brilla y unas letras se pueden leer:
Nombre: Leila Fraire.
Edad: 7 Años.
Raza: Gelum/Humana.
Atributo: Agua.
Estatura: 116 Centímetros.
Peso: 20 Kilogramos.
Unidades Mágicas: 0.
Nación: Imperio Caelum.
Sexo: Femenino.
Lugar de Nacimiento: Villa Limes.
Posición Social: Plebeya.
Fecha de Nacimiento: 10 de November del 1555.
Dones: Ninguno.
Habilidades: Ninguna.
Cualidades Raciales: Fuerza Aumentada, Regeneración Acelerada, Inmunidad al Frio, Alta Resistencia Física, Alta Resistencia Mágica, Manipulación del Agua y Hielo, Velocidad Aumentada.
El estado de Leila no es muy alentador que digamos: 0 Unidades Mágicas, si de casualidad llegase a utilizar algún hechizo, seguramente, sentiría un dolor agudo en todo el cuerpo, e incurriría en una penalización por exceso. Siempre pensé que los Inanire tendrían una baja cantidad de Unidades Mágicas, pero nunca imaginé que no tenían nada; en mi vida cotidiana, tengo que utilizar la magia para muchas tareas: bañarme, encender una luz, utilizar las diversas herramientas de la casa, y muchas otras cosas más; aunque es posible realizar esas acciones sin la magia, no cabe duda que requiere un poco más de esfuerzo, ahora entiendo que el problema de Leila es mucho más grave de lo que creía.
Por otro lado, sus cualidades raciales son bastante impresionantes, aunque, según Idara, están incompletas ya que es una hibrida e Inanire, sin embargo, demuestra una gran capacidad. La cualidad que me parece más increíble, es la inmunidad al frio, esta debe ser la razón de por qué llaman a las Gelum, mujeres de hielo; agregando las otras capacidades, es seguro decir que esta niña es bastante fuerte; no sé qué cualidades le faltan, pero ahora entiendo porque las Gelum son la raza más poderosa del mundo.
Reunidos en nuestro habitual salón de clases, todos se encuentran presumiendo sus estados a los demás; por mi parte, permanezco en el fondo de la clase junto a Leila, quien parece muy nerviosa; está sudando bastante y le tiemblan las manos, debe ser algún tipo de trauma relacionado con ver su estado.
- No te preocupes Leila, no importa tu estado, eso no lo es todo en la vida. – le hablo en tono amable intentando consolarla.
- Sí, pero yo pensé que tal vez podría tener más Unidades Mágicas. – me responde con una voz triste.
- ¿en la primera medición fue igual?
- Si…
- No te preocupes, yo estoy contigo, a mí no me importan ese tipo de cosas, eres mi mejor amiga. – le hablo muy animado y con una sonrisa forzada.
Que bochornoso, la verdad no soy muy bueno animando a la gente, no puedo confortar adecuadamente a esta niña, solo puedo decir palabras vacías; todo lo que puedo hacer es proporcionarle mi compañía.
- Ya ya, no pasa nada. – abrazo a Leila y le doy unas palmaditas en la espalda.
- Yo soy una inútil, ¿verdad? No soy necesaria, ¿verdad? – Leila me habla con voz triste.
- No, claro que no, Leila es una buena niña, si desaparecieras me harías mucha falta.
- Pero nunca podré usar magia.
- No te preocupes, si no puedes usarla, yo lo haré por ti, siempre vamos a estar juntos. – pronuncio las palabras más cliché que se me ocurren con tal de animarla.
- ¿en serio?
Leila se retira de mi abrazo y me mira a los ojos, su mirada indica que es una pregunta muy delicada, debo responder con cuidado, o de lo contrario, todo podría terminar muy mal.
- Por supuesto, para eso están los amigos, ya sabes, los amigos se ayudan unos a otros y siempre están juntos. – le respondo apresuradamente y luego doy una sonrisa.
- ¿Agis siempre será mi amigo a pesar de todo?
- ¡claro! Puedes contar siempre conmigo. – le respondo con mucho entusiasmo – ¿yo puedo contar contigo?
- ¡sí! Siempre puedes contar conmigo, yo siempre te voy ayudar. – Leila responde con mucho ímpetu.
- Entonces no tienes por qué estar triste, además mira, – tomo el papel donde está escrito su estado – tus cualidades raciales son increíbles, tienes muchas, yo quisiera tener esos poderes.
- No se cómo usarlas correctamente. – me responde con desilusión.
- Entonces en la tarde te ayudo a practicarlas, ¿qué te parece? – le hablo con mucho entusiasmo.
- ¡sí! Yo voy a tu casa. – Leila responde con muchas ganas.
- Bueno, entonces yo te voy a estar esperando, ya quiero ver los súper poderes de Leila. – le doy una sonrisa.
- ¡sí! Ya verás, soy muy fuerte.
- ¡Claro que sí! Yo jamás estaré a la altura de Súper Leila. – le sigo el juego haciendo una pose clásica de héroe: de pie, espalda recta, manos en la cintura, y con una sonrisa de oreja a oreja.
- Ajajajajajajaja, Agis eres muy gracioso. – después de mucho tiempo Leila vuelve a reír.
La risa de esta mitad Gelum es bastante exótica, con su rostro inexpresivo, es como si se estuviera riendo sarcásticamente; al principio, pensé que se estaba burlando de mí, pero en realidad, así es como ríen las mujeres de esta raza, y que lo haga abiertamente demuestra que ahora se encuentra de buen humor; creo que mi objetivo de animarla está cumplido.
- ¡Agis! – Katherine se acerca con una sonrisa que expresa confianza absoluta – ¿recuerdas nuestro acuerdo?
- Por supuesto, el que tenga más Unidades Mágicas gana.
- Pues mira mi estado. – Katherine me entrega un papel con su estado escrito.
Nombre: Katherine Berdún.
Edad: 5 Años.
Raza: Humana.
Atributo: Luz.
Estatura: 117 Centímetros.
Peso: 21 Kilogramos.
Unidades Mágicas: 600000.
Nación: Imperio Caelum.
Sexo: Femenino.
Lugar de Nacimiento: Villa Limes.
Posición Social: Plebeya.
Fecha de Nacimiento: 17 de Mabellus del 1557.
Dones: Si.
Habilidades: Ninguna.
¡¿Qué?! ¡No puede ser! Esta niña tiene más Unidades Mágicas que yo, ahora siento que todos mis esfuerzos fueron inútiles; definitivamente, competir con los genios y talentosos no es algo sensato. Ya que he perdido, debo cumplir con alguna de sus peticiones; acepté porque estaba muy seguro de que podría superarla, no podía estar más equivocado.
Luego de quedar impactado por el estado de esta niña de cabello rosado, la miro a los ojos, ella también lo hace con un rostro bastante confiado; no sé qué cara tengo en este momento, pero supongo que debe ser la de alguna clase de idiota.
- Fufufu… tu cara me dice que has perdido, muéstrame tu estado. – Katherine se ríe de forma burlona con rostro lleno de satisfacción.
Le entrego el papel con mi estado, cuando ella lo ve, puedo notar que también quedó impactada, o tal vez, esta dichosa por su victoria; sea como sea, no hay nada que hacer, he perdido, como decían en mi pueblo: "hay que ser digno en la derrota, y humilde en la victoria".
- Como vez, he perdido, Katherine está en un nivel completamente diferente, por un momento, pensé que podría alcanzarte. – le doy un cumplido bastante modesto.
- Ahora debes cumplir con mi petición. – responde bastante motivada.
- Por supuesto, ¿Qué tengo que hacer?
- Ven aquí un momento…
Katherine me toma de la mano, y me lleva a un lugar apartado de los demás, específicamente hablando, me lleva a una esquina del salón; seguramente, debe ser una petición bastante vergonzosa, o tal vez, es algo que no quiere que nadie más escuche.
- Mmmm… verás hay algo en lo que quiero que me ayudes. – me habla tímidamente.
- No seas tímida, si es algo que puedo hacer, entonces te ayudare. – le respondo calmadamente para que entre en confianza.
- Pues… he… mmm… quería que me ayudaras en mi practica de puntería, es que la Maestra Idara me dijo que no le atino a nada, y tu… pues bueno… eres el mejor de la clase en eso. – me habla un poco avergonzada.
- ¡claro! No te preocupes, yo te ayudaré. – luego le muestro una sonrisa.
- Y también quisiera que… hem… me ayudaras con otra cosa…
- ¿Qué cosa?
- Ahora no puedo explicarte, pero cuando practiquemos, te lo cuento.
- Está bien, no hay problema… ¿qué tal si nos reunimos en tu casa este Dominicus?
- En mi casa no se puede… mi madre y mis hermanas lo podrían ver…
- Entonces que sea en mi casa, ¿Qué te parece?
- Bien... entonces voy a ir a tu casa este Dominicus en la mañana.
- De acuerdo, te voy a estar esperando.
- Gracias Agis. – Katherine me muestra una débil sonrisa.
Luego de esa charla secreta, Idara entró en el salón, y las clases comenzaron como siempre. Desde que dominé mi primer hechizo de combate, [Bola de Fuego], y ahora que domino, [Flecha Oscura], he confirmado que apuntar con un hechizo, es bastante parecido que hacerlo con un arma; cuando apunto, pienso que, en lugar de mi mano, tengo una pistola; con el tiempo, conseguí práctica, por lo que ahora, es muy fácil atinarle a todo tipo de objetivos; definitivamente, el entrenamiento de mi antigua vida no fue en vano.
◇◇◇
Terminadas las clases de la mañana, me dirijo a mi casa. Ya que es fin de semana, las calles están más animadas que de costumbre, multitudes de puestos de comidas, restaurantes y diversos establecimientos atienden a los visitantes que vienen desde muy lejos. Sexteris y Dominicus son días de mercado, por lo que muchos comerciantes vienen desde la ciudad con diversas mercancías; he tomado la costumbre de dar un pequeño paseo por la villa antes de irme a casa; camino por la plaza, la zona de comercio, y la entrada norte; estos lugares siempre están repletos de personas. Al principio, pensé que vería a más individuos de otras razas, pero la mayoría son humanos, y unas cuantas hadas; esta villa no es un lugar muy popular entre las razas, agregando que este es el continente de los humanos; poco a poco, he perdido la esperanza de ver en persona algún dragón o gigante.
Cuando Idara explicó la existencia de las 10 razas, nos mostró imágenes de cada una; aunque la mayoría posee forma humana, los dragones tienen su clásica apariencia de reptil con escamas y alas, aunque, había otras variantes que tienen plumas en su lugar; también hay unos con aspecto humano. Contrariamente a lo que pensé en un primer momento, los gigantes no son nada feos, tienen apariencia humana y son bien parecidos, no hay duda que los estándares de belleza de este mundo están en un nivel diferente.
Por otro lado, los demonios son otra raza bastante particular; tienen forma humana, con alas, cuernos, cola y uñas bastante largas; aunque no todos tenían esa típica apariencia, puesto que, existen algunas variantes idénticas a los humanos. En un primer momento, pensé que esta raza seria fuertemente discriminada o menospreciada, pero a medida que explicaban los detalles sobre esta especie, me di cuenta de que, en realidad, son un gran aliado de los humanos, y las monjas de la Iglesia de la Diosa de la Luna, les tienen mucho respeto; espero conocer a algún integrante de esta peculiar raza.
Habiendo terminado mi paseo recurrente, me dirijo a mi casa para almorzar y realizar mis tareas cotidianas; aunque ahora que recuerdo, Bel dijo que vendría a practicar su hechizo, bueno, le voy ayudar en lo que pueda, supongo que será una visita muy breve. Por otro lado, Leila también dijo que vendría, seguramente, espera quedarse el resto del día, esto será una buena excusa para no pasar la noche con Luzbel.
- ¡Buenas tardes! Estoy de vuelta. – entro saludando muy animado.
- ¡Bienvenido! – toda la familia me saluda.
- ¿Cómo estuvo tu día? – Juno me pregunta con una sonrisa.
- Estuvo bastante bien, he mejorado con el hechizo [Flecha Oscura], ¡ha! Mira esto… – busco en mi maletín, saco el papel donde está anotado mi estado y se lo entrego a Juno – hoy nos realizaron la medición mágica, creo que tengo bastantes Unidades Mágicas.
- ¡waooo! Agis tiene 450000, mami está muy orgullosa. – Juno se sorprende y luego me da un abrazo muy fuerte.
- ¡increíble! Definitivamente mi hijo es muy talentoso. – Egeo se me acerca, me acaricia la cabeza y me da unas palmaditas en los hombros.
Toda la familia se pone muy alegre al ver mi estado, por supuesto, me dan sus elogios, y me llenan de besos y abrazos. Creo que es un logro notable el poseer esa cantidad de Unidades Mágicas, pero no lo suficiente como para celebrar, después de todo, mis compañeros no estaban tan lejos de mi marca; Bel tiene 300000, Flora posee 420000, y en promedio, todos tienen 320000, por lo que no creo que sea tan increíble ni fantástico. Por otro lado, los 600000 de Katherine, son insuperables, eso sí debería celebrarse. Sin embargo, solo para estar seguro, voy a preguntar si en verdad poseer tal cantidad, es tan maravilloso como dicen.
- Mamá, ¿450000 en verdad es una cantidad tan alta? Mi compañera Katherine tiene 600000. – pregunto con tono dudoso.
- ….. – Juno guarda silencio y me mira con un rostro que claramente expresa amargura.
- Mamá, ¿hay algo malo? – pregunto un poco nervioso.
- No, no es nada, verás… tu compañerita Katherine es diferente, tú no puedes compararte con ella, – Juno me explica con muchas dificultades – eso es pelea de tigre con burro amarrado.
- No entiendo mamá, ¿de que estas hablando?
- Es que ella tiene dones, y tú no, las personas que tienen dones siempre tienen más Unidades Mágicas… es algo como… mmmm… – Juno intenta expresarse mejor – ¿te acuerdas que en tu primera medición obtuviste 50000?
- Sí.
- Pues ella debió obtener algo así como 250000 o 300000, así que ella siempre tendrá más unidades que tú, es muy difícil alcanzarla, y aún más superarla, ¿entiendes? – Juno se muestra un poco afligida.
- Si, ya entiendo. – le hablo con mucha calma mirándola a los ojos.
- Qué bueno… – Juno sonríe – hijo, no debes compararte con ella, más bien debes sentirte orgulloso por tus logros.
- Si, hijo, no te menosprecies comparándote con personas que están en un nivel diferente, debes valorarte de acuerdo a las personas de tu alrededor; – Egeo se agacha y pone su mano sobre mi hombro – que esa niña tenga más Unidades Mágicas, no quiere decir que tu tengas pocas, te has esforzado mucho, no demerites tus logros…. tu madre, yo y toda tu familia está orgullosa de ti, definitivamente eres alguien talentoso, no olvides eso. – luego me abraza cariñosamente.
Egeo es un hombre que rara vez muestra sus verdaderos sentimientos, el que lo esté haciendo en este momento, significa que está muy conmovido. Creo que he cometido un error, mi comentario un poco insensible arruinó el buen ambiente que había, debo tener un poco más de tacto la próxima vez que desee mostrar mi humildad. Aunque me encuentre en otro mundo, definitivamente hay cosas que nunca cambian.
- Si papá, perdón por decir tonterías. – me disculpo con rostro avergonzado.
- No te preocupes hermano, es normal que tengas tus dudas; – Víctor interviene – pero debes tenerte más confianza, mira esto… [Almacenamiento]…
Activa su hechizo, saca un papel de la nada y me lo entrega; en él, se encuentra el estado de Víctor cuando tenía la misma edad que yo:
Nombre: Víctor Jardiel.
Edad: 7 Años.
Raza: Elfo.
Atributo: Aire.
Estatura: 119 Centímetros.
Peso: 11 Kilogramos.
Unidades Mágicas: 430000.
Nación: Imperio Caelum.
Sexo: Masculino.
Lugar de Nacimiento: Ciudad Patet.
Posición Social: Plebeyo.
Fecha de Nacimiento: 02 de Febriarius del 1533.
Dones: Ninguno.
Habilidades: Ninguna.
Cualidades Raciales: Fuerza Aumentada, Velocidad Aumentada, Aumento de Unidades Mágicas, Sentidos Aumentados, Disminución de Peso, Alta Resistencia a la Fatiga, Resistencia Física, Resistencia Mágica, Juventud Eterna.
Ya veo, tengo más Unidades Mágicas que Víctor cuando tenía la misma edad que yo, y eso que sus cualidades raciales le dan un aumento; debo admitirlo, me estaba menospreciando un poco; creí que lo que estaba haciendo era lo menos que podría hacer, pero en realidad era todo lo contrario; sin embargo, debo decir que no podía evitarlo, no entiendo muy bien cómo funcionan las cosas en Alfa, tanto esfuerzo y tan pocos resultados, todo eso me hizo pensar que lo que estaba haciendo no era la gran cosa, definitivamente me acaban de dar una pequeña lección de vida; aun así, no debo tragar entero, tal vez este papel es una estrategia de Víctor para hacerme sentir bien, debo comprobarlo.
- ¿en serio este es el estado de mi hermano Víctor? – pregunto con mucho escepticismo.
- ¡pues claro que lo es! – Víctor responde muy avergonzado.
Al ver la reacción de Víctor, todos se burlan de su expresión, por fin se recuperó el buen estado de ánimo.
- Es que no puedo creer que mi hermano tuviera esa cantidad cuando era niño. – le respondo en tono de disculpa.
- Es para que veas que si tienes talento, definitivamente tus esfuerzos no fueron en vano. – Víctor me acaricia la cabeza.
- ¡sí! – le respondo muy animado.
- Víctor es un tonto cabeza de músculo, ¿todavía guardas ese papel? – Thais se burla una vez más.
- ¡Ya no molesten más! – Víctor habla con mucha exaltación.
- Haaaa, tendré que consolar a mi hermanito, está triste porque fue superado. – Royse habla en tono burlón.
- ¡Royse! Ya verás, esta vez si te la ganaste. – Víctor va tras Royse un poco disgustado.
- ¡pues intenta atraparme! – Royse se echa a correr por toda la casa.
Después de eso, almorzamos en familia, hubo una charla muy animada entre todos, reímos y nos divertimos, otro día más en el que todos estamos felices. Al experimentar este tipo de situaciones, me doy cuenta de que tengo mucha suerte, aunque en mi antigua vida mis padres y hermanos no eran tan animados; estas escenas me traen muy buenos recuerdos con mi esposa e hijos. A pesar de todo, aun los extraño.