Golpear y caer

Mo Qiang naturalmente no tenía idea de que alguien la estaba espiando, ni sabía que había alguien que estaba maquinando en su contra en las sombras. En este momento, estaba pasándoselo bomba mientras la evitaban como si fuera una plaga que mataría a cualquiera que se atreviera a tocarla. 

—Realmente no tienen que tomarse tantas molestias —murmuró Mo Qiang mientras un tritón giraba sobre sus talones y corrió de vuelta a su casa, donde cerró la puerta con llave con fuerza y, si no se equivocaba, podía oír el sonido de alguien empujando un pesado armario detrás de la puerta.

¿¡Realmente parezco tan desesperada?!

—Lento pero seguro se gana la carrera —dijo sabiamente Xiao Jiao mientras yacía sobre la cabeza esponjosa de Mo Qiang—. La dueña original de este cuerpo dejó una impresión tan mala en todos, incluidos los que viven en la estrella imperial, que, por supuesto, te tratarán así... Además —su mirada se posó en el rostro de Mo Qiang, donde soltó una risita y dijo: