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Capítulo 31: Motivación

[Completo] Flexiones: 100/100

[Completo] Abdominales: 100/100

[Completo] Sentadillas: 100/100

[Completo] Correr: 10/10 Km

Goku se detuvo frente al portón del bloque de apartamento donde residía mientras jadeaba viendo la pantalla situada enfrente de él.

Se había levantado temprano para realizar la Quest como de costumbre y acababa de terminarla. En una hora aproximadamente iniciaban las clases y tendría que estar ahí.

Se adentró y empezó a subir las escaleras mientras usaba la toalla alrededor de su cuello para limpiarse el sudor presente en su rostro.

Cuando subiera a casa ya revisaría más demás recompensas que había obtenido con la Quest diaria, lo primero ahora era llegar a su casa.

El joven se detuvo en medio de un escalón, así como si nada, y se paró como si estuviera indagando profundamente sobre algo.

-Me noto más... ¿distinto? -habló el muchacho de cabello oscuro expresando sus pensamientos en voz alta mientras observaba lentamente sus brazos ahora más musculosos que antes.

Todo aquello se debía al sistema, aquel extraño don que desde hace una semana había cambiado completa y totalmente su vida y su día a día.

Ya era habitual en él realizar las Quest diarias o las especiales, y en cierta manera se acostumbró rápidamente a ello, lo cual supuso una ventaja.

Los primeros dos días fueron para comprender el funcionamiento del sistema y el resto de días fue acostumbrándose a utilizarlo correctamente.

Podía ser algo extraño que alguien que hubiera vivido casi toda su vida en el campo se adaptara tan fácilmente a algo como era el sistema, pero desde pequeño Goku tenía aprendizaje rápido en aquello que le interesaba, como el kendo.

Y si interés era hacerse más fuerte, así que ponía todo el empeño del mundo en conseguir esa meta. Por eso se esforzó en entender lo que representaba el sistema y cómo le ayudaría.

Pasó de ser un estudiante normal y corriente a ser uno que peleaba contra seres sobrenaturales y contra monstruos sin ningún tipo de miedo.

Se había hecho más fuerte peleando contra aquellos seres del mundo sobrenatural y cada día estaba más cerca de su objetivo: ser poderoso.

Hablando de seres sobrenaturales.

-Reynare... ¿por qué lo hiciste? -preguntó Goku apretando ambos puños con fuerza mientras que las imágenes de ayer llegaban a su mente.

Sin duda le seguía fastidiando el hecho de que Reynare hubiera desperdiciado totalmente su vida a pesar de la segunda oportunidad que él le dio.

Quería mentalizarse de que no era un asesino, que mató a Reynare por un bien... ¿pero cuál?

Inicialmente Goku fue allí para proteger a Issei pero de todas maneras Issei terminó asesinado por Reynare y ahora era un demonio preso de un destino que no deseó. Todo fue por su culpa.

Había causado dos muertes y tampoco pudo salvar a nadie, ¿realmente él merecía el sistema? ¿merecía todas esas habilidades si no era capaz de proteger a nadie? ¿Tenía esto algún sentido?

Justo en ese momento Goku se dio percató de que su objetivo estaba algo vacío si no lograba evidenciarlo con unos hechos palpables.

También terminó dándose cuenta de que mató a Reynare en vano, sin su presencia todo habría acabado de la misma manera: con Issei muerto, aunque ella seguiría con vida ahora mismo.

-Para qué hacerme más fuerte... sino he sido capaz de salvar a nadie -susurró Goku bajando la cabeza, y enseguida siguió subiendo escaleras.

Más tarde.

Goku giró tres veces hacia la izquierda la llave y abrió la puerta para entrar en su casa, y en aquel instante un dulce olor golpeó sus fosas nasales.

Dio unos pasos para ver de qué se trataba y se sorprendió al ver a Suzaku haciendo el desayuno mientras vestía un delantal blanco.

-Hey Goku-san, la próxima vez avisa cuando salgas, ¿ok? -habló Suzaku con una sonrisa que sacudió bruscamente la espina dorsal de Goku.

"Es bastante aterradora"- pensó el azabache asintiendo ante las palabras de Suzaku, quien sonrió mientras que llevaba unas bandejas a la pequeña mesa que se encontraba del salón.

-Me sorprende que no tengas casi nada de comida en tu nevera, ¿acaso no haces la compra? -preguntó Suzaku sentándose a la par de Goku.

-Si, pero sólo compro lo necesario -contestó el chico con una sonrisa nerviosa y Suzaku suspiró, antes de sonreír- Y tampoco sé cocinar bien.

-¿En serio? ¿Cómo te las apañas? -preguntó Suzaku con curiosidad y Goku se rascó la mejilla.

-A veces compro comida en lata y otras veces la encargo, parece chiste pero es anécdota jeje -habló el azabache rascándose la nuca y Suzaku sonrió- Pero no es necesario que cocines.

-Tonterías, si voy a pasar una buena temporada aquí lo mínimo que puedo hacer es cocinar, ¿no lo crees? -le preguntó la hermosa Himejima.

-Bueno... si tú lo dices -susurró Goku antes de posar sus ojos en la comida y en aquel momento su estómago rugió como un león hambriento.

Suzaku había preparado el tradicional Asa Teishoku, el clásico desayuno que se componía de arroz, sopa miso, tsukemono o encurtido de verduras japonés, salmón jakijake y huevos.

-¡En verdad huele de maravilla! ¡Itadakimasu! -Goku agradeció juntando sus manos antes de empezar a comer como loco aquello que había preparado Suzaku. Realmente estaba delicioso.

-Me alegra saber que te ha gustado Goku-san... al menos desapareció esa cara triste que tenías hace unos minutos -habló ella haciendo que Goku interrumpiera su comida ante aquellas palabras.

-¿Cara triste? -preguntó a su vez el joven haciéndose el indio. Sabía a qué se refería Suzaku pero ella no tenía porqué saber sus frustraciones personales- ¿A qué te refieres?

-Puede que no nos conozcamos lo suficiente, Goku-san, pero sé cuando alguien está triste y cuándo no -respondió Suzaku acercándose más al azabache- Puedes confiar en mí y contármelo.

Goku no respondió en aquel instante a la pregunta de Suzaku, simplemente bajó la cabeza mientras apretaba sus puños con impotencia.

-¿Sigue doliéndote la muerte de ese chico de cabello castaño...? Pero si te dije que lo más probable es que ahora sea un demonio reencarnado al servicio de Rias Gremory... por tanto no tienes porqué estar así -le habló ella.

-Lo que me duele es no haber sido de utilidad pese a que tenía este poder conmigo, ¿de qué sirve tenerlo si no he sido capaz de proteger a nadie? -preguntó Goku mirándola a los ojos.

Suzaku entendía lo que sentía Goku en estos momentos. Entendía que él había decidido usar su poder para proteger a los indefensos y débiles, y el hecho de que ayer hubiera fallado en su labor le había dejado con muy mal sabor de boca.

-Sé cómo te sientes Goku-san, te sientes frustrado e inútil por no haber cumplido tu objetivo... pero no debes desanimarte por eso, cuento contigo para proteger esta ciudad y esta ciudad también cuenta contigo -habló Suzaku observándole mientras sus ojos resplandecían.

Goku alzó la cabeza y sus ojos ónix se encontraron con los ojos carmesíes de Suzaku en aquel momento, y esbozó una enorme sonrisa.

No podía rendirse justo ahora cuando la ciudad estaba bajo el peligro de los ángeles caídos, eso sería de cobardes y él era todo lo contrario a eso.

-Tienes razón... me haré mucho más fuerte de lo que soy y esta vez no fallaré -aseveró el muchacho apretando su puño izquierdo y ella sonrió- Gracias por tus palabras... Suzaku-san, ahora sé bien que puedo confiar en ti.

Suzaku asintió ante aquellas palabras pero en el momento en que las procesó tuvo un lapsus mental que le hizo fruncir bastante el entrecejo.

-Espera... ¿eso quiere decir que hasta ahora no confiabas en mí? -preguntó Suzaku cruzando los brazos bajo su enorme busto mientras tenía una ceja alzada. Goku tragó saliva mirándola.

-Bu-bueno no quise decir eso aunque es cierto apenas te conozco jejeje -respondió el azabache rascándose la nuca sin darse cuenta de que sólo empeoró las cosas diciendo tales palabras.

-Bien, pues esta DESCONOCIDA se va con su plato de comida -Suzaku tomó la bandeja donde estaba el desayuno de Goku y se levantó caminando hacia la cocina con aire de enfado.

-¡Espera, si no había terminado de comer Suzaku-san! -exclamó el chico pero ya era demasiado tarde. Suspiró exasperado, jamás entendería bien a las mujeres por más que se esforzara. Para él eran muy extrañas...

"Supongo que hoy toca ir a la escuela con el estómago medio vacío..."- Goku contuvo sus lágrimas mientras se levantaba del sofá y se encaminaba hacia su cuarto para tomar su uniforme para marcharse a la academia Kuoh.

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