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Capitulo 32: ¿Tranquilidad?

Goku estaba a unos metros de la academia, su mente estaba pensando en la charla que tuvo con Suzaku hace unos minutos en su casa.

Sin duda debía hacerse más fuerte de lo que ya era puesto que se avecinaban peleas muy importantes, no sólo contra los ángeles caídos sino contra cualquier enemigo que surgiese.

Por esa razón debía realizar cada Quest que le otorgaba el sistema, subir sus puntos de estado y potenciar o ganar más habilidades de las que ya tenía... y los secretos que aún desconocía.

Había ganado seis puntos realizando la Quest diaria esta mañana, esta vez volvió a lo mismo de hace unos días y distribuyó, sin darle más vueltas a la cabeza, los puntos en la ranura de fuerza.

[Fuerza: 60 -> 66]

[Constitución: 21]

[Agilidad: 60]

[Inteligencia: 30]

[Sentido: 40]

[Carisma: 21]

[Suerte:15]

-Bien, seguro que con este ritmo alcanzo los cien puntos en fuera y agilidad dentro de una semana -habló el pelinegro viendo la pantalla enfrente de el donde se mostraban sus puntos de estado.

No deshizo la pantalla de inmediato ya que vio una notificación que todavía no había leído, así que accedió a ver de qué se trataba aquello.

[¡Felicidades anfitrión!]

[Has aprendido 'lanzamiento de daga']

[Lanzamiento de daga (Lv 1)]

No le hizo falta a Goku recordar el motivo por el que adquirió aquella habilidad, pues a causa de aquel lanzamiento Reynare había muerto.

Él la había asesinado.

-No es momento de pensar en eso ahora, ¿qué más ofrece esta habilidad? -habló el azabache observando la pantalla del sistema en la que se describía brevemente aquella habilidad.

Habilidad activa:

[Costo de mana: 30 MP]

[Lanza tu daga para infligir daño]

[A medida que aumenta el nivel de habilidad, la exactitud y daño aumenta simultáneamente]

-Vaya, en comparación a otras habilidades esta consume menos maná... oh, es interesante -Goku sonrió viendo la pantalla, que luego desapareció.

En aquel momento Goku recordó que también había desbloqueado una llave para acceder a un 'castillo demoníaco' según ponía la pantalla.

Lo más obvio es que el nivel de dificultad fuese sumamente distinto al de otras mazmorras y que en ella Goku se topase con algunos demonios.

Pero en vez de estar asustado, como debería ser, el joven azabache se lo había tomado con calma, dado que tendría que superar desafíos como este para alcanzar su propósito: ser más poderoso.

-Iré a ese castillo por la tarde al salir de clase, me muero de ganas por saber de qué se trata -el azabache apretó con fuerza sus nudillos y esbozó una sonrisa desafiante en su rostro ahora feliz.

Justo estando en medio de sus pensamientos divisó el portón principal de la academia Kuoh, donde como de costumbre se encontraban la presidenta Sona y su vicepresidenta, y ahora amiga, Tsubaki, el dúo del consejo estudiantil.

-Buenos días, Sona-sempai, Tsubaki-sempai -saludó Goku amablemente como de costumbre pero percibió algo extraño en la mirada de Sona y en la de Tsubaki, quienes no respondieron al instante, lo le que extrañó bastante al chico.

"¿Qué les ocurre?"- pensó Goku observando el rostro apático de Sona y el rostro inquieto de su amiga Tsubaki. Seguro algo andaba mal hoy.

-Buenos días, Goku-san -aquellas palabras de Sona fueron como si una daga de hielo le hubieran clavado el pecho, nunca había sentido tanta frialdad en una persona como ahora.

-Bu-buenos días Souna-sempai, Tsubaki-sempai -Goku compartió una leve mirada con su amiga pero ella desvió sus ojos, dejando todavía más confundido a Goku, quien siguió avanzando.

"¿Acaso ellas saben...? No, es imposible"- el azabache tuvo que descartar su idea, más tarde le preguntaría a Tsubaki si ocurría algo malo.

-Espero que Rias consiga saber algo más de él... tenemos que saber cuál es su posición en este asunto -habló Sona mientras ajustaba sus lentes.

Sona compartía con Rias la custodia de Kuoh pero ésta le había prometido que se encargaría de los caídos y que no necesitaría su ayuda para hacerlo, que se encargaría junto a su peerage.

Sona aceptó pero a pesar de todo no podía evitar preocuparse por Kuoh, pero ahora la aparición de Goku les había pillado bastante desprevenidas.

-Estoy de acuerdo Kaichou -Tsubaki no mentía dado que quería saber lo que era Goku en verdad, para poder seguir o no su relación amistosa.

Aunque era un tanto hipócrita de su parte, ¿no? Ella no le confesó al chico que era una diablesa pero lo hizo por el bien de Goku y para no tener que involucrarle en el mundo de lo sobrenatural.

¿Goku habría hecho lo mismo, pensando que ella es una humana...? Podría ser verdad que ambos hubieran errado de la misma manera, por lo tanto nadie tenía la culpa de no haber dicho la verdad.

La falta de sinceridad de ambos casos se debía a la serie de circunstancias en que ambos vivían y en que se habían conocido... pero Tsubaki sabia que los dos tenían que aclarar su situación.

Así como hizo con Sona.

Flashback:

Tsubaki cerró la puerta del consejo estudiantil mientras Sona iba delante de ella, pues tenía que ponerla al corriente de lo que había sucedido en su ausencia.... aunque no sucedió nada destacable.

Después de ver lo que vio en la sala del club de ocultismo se quedó sin palabras, se confirmaron las palabras de Sona al decir que Goku podría estar relacionado con el mundo sobrenatural. Y así fue.

Tsubaki sabía de todo corazón que tenía que disculparse con Sona, su conciencia no le dejaría dormir tranquila hasta que no lo hiciera.

Sona mientras tanto preveía que su reina vendría a disculparse con ella, aunque ella también le debía una disculpas y era entendible pues Tsubaki no tenía amigos y estaba en su derecho de hacer uno.

Ella no solia expresar sus emociones habitualmente así que no sabía que paso dar a continuación, lo mismo sucedía con Tsubaki.

"¿Qué debo hacer ahora...?"- se preguntaron tanto reina y rey, la cual estaba parada de espaldas ante su amiga, pero comenzó a girarse lentamente.

-Tsubaki yo... -iba a decir Sona pero en aquel momento fue abrazada rápidamente por Tsubaki, cuyos ojos estaban liberando algunas lágrimas.

-¡¡¡Perdóname Sona yo... fui una tonta al decirte todas estas cosas sólo... yo sólo!! -habló Tsubaki mientras abrazaba a su amiga. Su mejor amiga.

A Sona se le partió el corazón pues era la primera vez que la veía tan triste, ¿cuántas veces había llorado Tsubaki a sus espaldas? Sona sabía que no fue la mejor amiga para Tsubaki, pero estaba dispuesta a intentarlo, había aprendido de su error.

-Perdóname a mí Tsubaki, no me puse en tu lugar para saber lo que sentías, te he fallado como amiga -se sinceró Sona con una triste sonrisa en el rostro.

Por eso admiraba a Rias, tanto ella como los Gremory eran muy próximos a sus sirvientes y les trataban como un miembro más de la familia. De ahí su lema "nada es más importante que la familia", Sona quería intentar aplicar algo así.

Ambas amigas siguieron abrazadas por unos minutos más sin decir palabra, a veces el silencio era mucho mejor consuelo que mil y un palabras.

Fin del flashback.

Tsubaki sonrió recordando aquel bello momento. Toda amistad tenía un bache de vez en cuando y sólo los verdaderos amigos lo superaban juntos.

Y ambas lo habían superado, superaron ese bache en medio de su amistad, por lo tanto eran verdaderas amigas. No, eran más. Eran familia.

En clase:

Goku estaba caminando hacia su asiento en el aula, tenía los hombros rígidos y la mirada seria. Tenía la sensación de que estaba siendo observado por algo, aunque no sabía el qué.

"Llevo así desde que he llegado a clase, algo extraño está ocurriendo y no me gusta"- pensó el muchacho, pero como de costumbre las chicas corrieron a acercarse al "rey de fantasías".

Todas se pararon al ver la mirada fría de Goku. Inconscientemente el chico les miró de mala manera dado que andaba metido en sus pensamientos y no se fijó en su presencia.

Se sentó mientras las chicas se preguntaban qué había podido pasar con su rey esta mañana. Nunca antes le habían visto tan serio y apático.

"Goku-san..."

Rápidamente salió de sus pensamientos al escuchar una voz a su lado. Alzó la cabeza y vio que se trataba de su amiga Murayama.

-Oh, eres tú... Murayama -esbozó una débil sonrisa y enseguida recordó lo de ayer- Lamento no haber ido ayer, pero tuve cosas que hacer.

-¿Cosas como qué? -preguntó Murayama sin entender, se suponía que iba a ser su primera cita pero le dejaron plantada, esperando en el parque.

"No le puedo decir que estaba luchando contra un ángel caído para salvar a un compañero, rayos..."- por menos que le gustara la idea Goku sabía que tendría que mentir para no revelar nada.

¿Qué podría pretextar? No se le venía nada a la mente para poder justificar su ausencia en la cita de ayer. Y realmente le debía una explicación, le había fallado a Murayama como amigo.

"Goku-san estaba ayudándome"

Ambos alzaron sus cabezas viendo a un joven de cabello rubio apagado y de ojos grises que lleva el uniforme escolar masculino, que consistía básicamente en una chaqueta de color negro con detalles en blanco sobre una camisa manga larga blanca de vestir con un lazo negro en el cuello, pantalones negros y zapatos de vestir cafés.

Murayama sorprendió enormemente al ver de quién se trataba, no era otro que el "príncipe de Kuoh" Kiba Yūto quien también formaba parte del club de lo oculto y era alumno de segundo año.

Varias chicas se sonrojaron al verle y comenzaron a murmurar cosas al ver que Kiba estaba cerca de Goku, "el rey de fantasías".

"Kyaaaaa rey y príncipe juntos"

"Nací para vivir este momentoo"

"Hyan creo que me voy a desmayar"

Los chicos sólo veían con resignación la situación mientras se cruzaban de brazos, estaban a años luz de ambos jóvenes.

-Lo que quiero decir es que le pedí a Goku-san que me ayudara con una tarea y nos llevó más tiempo de lo estipulado -comentó Kiba con una sonrisa mientras veía a una incrédula Murayama.

Goku no mostró su enorme sorpresa, estaba intentando entender adónde quería llegar Kiba con aquellas palabras. Pensó que lo mejor era seguirle el juego así que no tardó en hacerlo.

-Sí... él tenía que arreglar algo y me pidió ayuda -agregó Goku por menos convincente que sonara- ¿Y qué haces aquí Yūto-san? -preguntó, queriendo saber la razón de su presencia en este momento.

-Oh, pues Buchou quiere agradecerte la ayuda que me ofreciste ayer, por eso quiere que vengas conmigo amablemente a la habitación del club de investigación de lo oculto -habló Kiba sonriendo- No te preocupes ella habló con el profesor y tu ausencia estará totalmente justificada.

Goku sonrió amargamente tras haber entendido el porqué de su mal presentimientos y la mirada tan fría y apática de Sona al entrar esta mañana.

Habían descubierto que tenía poderes.

-Está bien, te acompaño -Goku se levantó de su asiento mientras Murayama le miraba sin entender- luego hablamos Murayama, prometo volver enseguida y explicártelo todo mejor.

Murayama asistió débilmente sin entender lo que estaba sucediendo en estos momentos mientras veía con incredulidad cómo Goku se alejaba junto a Kiba hacia una dirección que ella desconocía.

"Bien, veamos qué es lo que quiere Rias Gremory"- pensó Goku con una sonrisa llena de curiosidad yendo hacia la sala del club de lo oculto, donde le esperaba la princesa carmesí.

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