Sal y quédate afuera

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Cuando terminó de hablar, ¡hasta escupió en la hoja de examen!

—¡Señorita Ambers! ¡Él me insultó! —Olivia Walker estaba furiosa.

—¡Insultaste mi hoja de examen!

¡Le importaban mucho sus estudios! Cuando su padre aún estaba en la línea de frente, su familia era especialmente pobre y eran el blanco de ataques. Solo la pequeña flor roja podía hacer desaparecer la cara preocupada de su madre.

Por lo tanto, juró que estudiaría duro. A pesar de que ahora era rica y no le faltaba nada, todavía daba gran importancia a los resultados.

Esto era porque quería ver a sus padres orgullosos.

—Oh... —Wendy Ambers levantó la cabeza para echar un vistazo, luego bajó la cabeza para seguir jugando con su teléfono. Estaba trabajando en una escuela de élite y no le importaría la ética.

¿No era eso una broma? Mientras no ofendieran a los estudiantes, ¡les pagarían generosamente! ¿Quién sería tan tonto para ofender al hijo de la familia más rica de la escuela por un asunto tan pequeño?