El entorno tenue, el ambiente húmedo y la falta de luz ayudaron a ocultar los hilos rojos que acechaban en la oscuridad.
Aproximadamente 8 guardias corrieron hacia la torre, pero ni siquiera habían llegado a la puerta cuando algo parpadeó en la oscuridad.
El Padrino se lamió los labios mientras estaba sentado en el árbol cercano.
—Te atrapé.
En el momento en que los guardias tocaron el hilo, este se tensó y se movió por sí solo.
¡ZAS!
El hilo de metal cortó el cuello, las rodillas, los brazos de los guardias...
La complicada trampa atrapó completamente a los ocho guardias, y con solo un tirón del Padrino controlando los hilos de sangre...
Sus cabezas cayeron al suelo.
Thud. Thud. Thud.
Las cabezas rodaron por el suelo mientras brazos y piernas desmembrados comenzaron a caer del aire.
La sangre salpicó por todos lados, tiñendo el suelo de rojo. El olor a sangre atrajo instantáneamente a muchos monstruos y bestias, pero también alertó a los guardias cercanos.
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