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Comienza el ataque

Después de unos minutos corriendo por el bosque, Shin llego al borde de la isla y se encontró con que Silvana, Tiana y Milena ya estaban en el lugar mirando como la barrera terminaba de desmoronarse.

Silvana sintió su presencia y se giró para mirarlo.

"Estas aquí"

Shin asintió y también miro la barrera.

"¿Cuánto queda?"

Milena se quedó pensativa unos segundos antes de responder.

"Alrededor de…No, ya está comenzando"

Los temblores comenzaron a ser cada vez más fuertes hasta que todos vieron como la barrera rojiza y transparente desaparecía por completo y la tierra comenzaba a elevarse.

Con la barrera rota, ya no había ninguna forma de mantener seguras a las personas dentro de la ciudad por lo que en este momento ya deberían estar comenzado a sentir un dolor inexplicable.

La isla comenzó a moverse y se podía ver como las demás islas también se movían. No importaba si la isla era pequeña o de un tamaño colosal, todas estaban moviéndose hacia algún lugar aparentemente aleatorio.

"¿Cuánto tiempo durara esto?" pregunto Shin al ver como la isla se movió a un ritmo más despacio de o que esperaba en un principio.

Silvana que miraba en silencio las demás islas moviéndose respondió sin mirarlo.

"No hay tiempo exacto, puede durar una hora o incluso un día"

Una hora era muy poco, pero un día completo…era suficiente para que las personas dentro de la ciudad no resistieran la exposición de su alma y murieran en agonía.

Milena que tenía los ojos cerrados y parecía concentrada de repente abrió los ojos y murmuro:

"Se acercan"

Silvana y Tiana parecieron sentir lo mismo que Milena y también se prepararon.

Silvana apretó su agarre sobre una guadaña negra que Shin nunca antes había visto y Tiana sostuvo un arco parecido al que usaba Silvana pero más pequeño.

Shin vio como las tres mujeres se preparaban e inconscientemente apretó la empuñadura de su espada.

No paso mucho tiempo hasta que la isla se acercó a otra isla llena de maleza que media más de 5 metros de alto y se podía ver como varias partes de la maleza se movían, como si algo o alguien se estuvieran moviendo dentro de esta.

Las islas se acercaron tanto que Shin pensó que estaban a punto de colisionar pero metros antes de que ambas se tocaran, la otra isla se detuvo abruptamente y cientos de buscadores de cadenas salieron de la maleza como si estuvieran esperando este preciso momento.

"¡Aquí vienen!"

Silvana sonrió y comenzó a acumular energía de alma sobre su guadaña la cual comenzó a brillar levemente de rojo.

"¡Bien!, ¡Es hora de divertirse!"

Los primeros buscadores de almas que saltaron a la isla fueron inmediatamente cortados en pedazos antes de siquiera tocar el suelo.

Aunque la velocidad no fuera el fuerte de Silvana, Shin solo podía ver destellos rojos y pedazos de carne volando por todos lados.

Tiana estaba disparando flechas que brillaban de un color verde oscuro y que penetraban las cabezas de los buscadores de cadenas.

Milena por otra parte solo miraba desde atrás la batalla con ojos apagados. Shin no sabía que en pensaba la mujer pero entendió que estaba esperando el momento correcto para actuar.

Shin tampoco entro en la batalla, por lo menos no mientras Silvana y Tiana fueran suficiente para bloquear a todos los buscadores de cadenas.

Pasaron los minutos y los buscadores de cadenas no dejaban de aparecer de entre la maleza. Parecían no tener miedo por sus vidas ya que seguían llegando y muriendo como polillas atraídas a la luz.

Sin embargo de repente se escuchó un rugido y la maleza de la otra isla comenzó a moverse intensamente.

Los buscadores de cadenas dejaron de saltar a la isla y Silvana regreso al lado de Shin.

La mujer parecía estar en perfecto estado ya que no tenía ningún solo rasguño en su cuerpo y su ropa estaba en perfecto estado, ni siquiera mostraba signos de fatiga.

Silvana seguramente tenía una gran cantidad de energía del alma almacenada en su cuerpo y podría luchar por horas a este ritmo, al igual que Tiana. Sin embargo ambas parecían estar conteniéndose como si supieran que algo estaba por venir.

"¡Aquí viene la segunda oleada!"

Silvana miro a Shin y sonrió burlonamente.

"Suficiente descanso, es hora de que me muestres los avances de estos meses"

Shin dejo de mirar a Silvana y se concentró en la maleza que estaba extrañamente calmada. Tomo un gran respiro y apretó la espada prístina que comenzaba a brillar de un color morado suave.

"…Si, es momento"

Shin estaba ansioso pero expectante para ver cuanto había mejorada en estos meses. Si lo que le habían dicho era verdad, entonces no tendría un descanso en mucho tiempo. Por lo que la única forma de entrenar seria directamente en batalla.

De un momento a otro los buscadores de cadenas volvieron a salir de la maleza y de grandes saltos aterrizaron en la isla. Detrás de ellos saltaron encapuchados gigantes cuales Shin reconoció como el que lo persiguió cuando estaba en el lago rojo.

Pero no era uno solo, eran diez.

En este momento Shin podía sentir más precisamente lo que pasaba a su alrededor y percibir de alguna forma la energía de alma que emanaba cada persona si esta no quería ocultarlo. Y sintió que en su estado actual aun no podía enfrentarse a esos gigantes.

Silvana comenzó a dar pasos lentos hacia los buscadores de cadenas que caminaban lentamente hacia ellos y levanto su guadaña con un brazo.

"Yo me encargo de los grandulones, tu concéntrate en los demás. Tiana, tu apoyas a Shin"

"Si"

"Entiendo"

Respondieron Tiana y Shin al tiempo.

Silvana tenía un aura de guerrera pero también sabia transmitir indicaciones como un gran líder, Shin nunca lo había podido ver pero ahora podía entender mejor a la mujer que siempre estaba buscando diversión y peleas con Milena.

Cuando estaba relajada era una mujer completamente diferente a la Silvana actual quien solo se enfocaba en el enemigo frente a ella.

Los diez gigantes encapuchados rugieron al aire y comenzaron a correr hacia Silvana haciendo temblar el suelo con cada paso que daban.

Silvana se inclinó un poco hacia adelante y también corrió hacia los gigantes estrellándose de frente contra uno de ellos.

A su vez, los demás buscadores de cadenas ignoraron la batalla que estaba ocurriendo frente a ellos y corrieron hacia adelante.

Shin tomo un último gran respiro y se inclinó esperando a que los buscadores de cadenas se acercaran los suficiente.

Cuando el primer buscador de cadenas estuvo a unos pocos metros de él, blandió su espada al tiempo en el que avanzaba hacia adelante y una cabeza voló por el aire antes de caer al suelo y rodar unos metros.

El cuerpo decapitado del buscador de cadenas cayo al piso y Shin escuchó una voz en su cabeza.

[Has matado a un buscador de cadenas en etapa mortal]

Pero no tuvo tiempo para nada mas cuando otro buscador de cadenas se acercó con la intención de atacarlo con sus filosas garras que sobresalían de su túnica negra.

Shin esquivo el ataque y de otro ataque de su espada acabo con el buscador de cadenas volviendo a escuchar una voz en su cabeza.

Con solo estas dos muertes, Shin se dio cuenta de lo que había cambiado desde que había llegado a este mundo. Se dio cuenta de que los movimientos de los buscadores de cadenas eran más fáciles de leer y su cuerpo era mucho más rápido que antes.

Todo esto debido claramente a su control sobre la energía de almas que potenciaba su cuerpo y el entrenamiento que recibió por parte de Silvana.

Los buscadores de cadenas no eran diferentes a animales hambrientos saltando a su presa sin pensarlo dos veces por lo que sus movimientos eran monótonos y fáciles de aprender.

Teniendo eso en cuenta, Shin comenzó a acabar con más buscadores de cadenas mientras evitaba quedar rodeado de ellos. Aunque estaba retrocediendo ya que la diferencia numérica era simplemente muy grande para soportar, aún seguía matando a cada vez más encapuchados.

Tiana también había reducido el ritmo al cual disparaba flechas por órdenes de Milena que tenía la intención de ver de que era capaz Shin.

El aún era un novato en peleas reales y sobre todo peleas como estas donde era mejor llamarlo una guerra que meras peleas individuales.

Sin embargo para sorpresa de ambas mujeres Shin estaba siendo más ágil y letal de lo que esperaban.

Si, para su nivel actual Shin no era nada. Podían acabar con el muy fácil, pero también se dieron cuenta de que para alguien en la etapa mortal era fuerte.

No todos, por decir casi nadie en la etapa mortal podía controlar su energía de alma. Shin era un caso anormal y si no fuera por las circunstancias correctas el tampoco sería capaz de manipular dicha energía.

Sin embargo ahora estaba cortando a los buscadores de almas que se le acercaban con una pequeña sonrisa en su rostro la cual ni siquiera él era consciente de que tenía.