La atmósfera en la Posada Seis Espadas se puso tensa.
Gongsun Yang retrocedió un paso tras otro. Recién entonces la gente se dio cuenta de que probablemente había reconocido a Jiang Yidao desde el principio. De esa manera se podían explicar las diversas anomalías en su comportamiento.
—¿Te has recuperado de tus heridas? —preguntó Yi Yun con una sonrisa sarcástica.
—S-sí… —respondió Gongsun Yang inconscientemente por su nerviosismo.
—¿Eh? Parece que tu secta pagó un precio muy alto para curarte. Me pregunto si esta vez podrán hacerlo de nuevo…
Yi Yun miró a Gongsun Yang y se le acercó.
Casi instantáneamente, Gongsun Yang sintió que su cuero cabelludo se tensaba, y tuvo un escalofrío de pies a cabeza.
Por el tono de Yi Yun, ¡planeaba volver a dejarlo lisiado!
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