Las llamas continuaban ardiendo. Mientras Gongsun Yang sostenía la espada de Lin Qing, una sonrisa relajada apareció en su rostro. Era diez años mayor que ella, así que a menos que ella fuera un genio sin igual, le sería imposible cerrar la brecha entre ambos.
—Tch, ¡la Srta. Qing'er sí que tiene mal carácter!
Gongsun Yang se rió sin parar mientras aumentaba su fuerza y un furioso Yuan Qi en llamas surgía en la espada de Lin Qing. El arma empezó a temblar tan vigorosamente que la joven casi la soltó.
Se mordió los labios y usó toda su fuerza para aferrarse a ella. Su espada no era de buena calidad, pero la había acompañado desde su infancia, así que tenía un vínculo emocional con ella. Pero ahora sentía una insoportable ola de calor proveniente del arma en sus manos, y sus ojos se nublaban por sus lágrimas.
«¡Qué injusticia!»
Nunca en su vida había sufrido una injusticia tan grande.
Apoie seus autores e tradutores favoritos em webnovel.com