Yi Yun notó que la forma en la que Shentu Nantian miraba a Jiang Xiaorou contenía un rastro de codicia.
La sensación era similar a cuando una serpiente venenosa mira a su presa.
Yi Yun apretó fuertemente la mano de Jiang Xiaorou. Sus palmas sudaban ya que estaba extremadamente nervioso. Una mal presentimiento comenzó a crecer en su corazón.
Realmente no tenía idea de qué hacer si Shentu Nantian quería hacerle algo a Jiang Xiaorou.
Yi Yun siempre tenía un carácter tranquilo, pero ahora, su mente estaba completamente en blanco.
—¿Qué ha sucedido?
En ese momento, dos ancianos caminaron hacia la multitud.
El que iba al frente estaba vestido con una túnica dorada con un dragón de cuatro garras. Su cabello era blanco y sus ojos brillaban. ¡Era el rey Chu!
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